«Trabajo con el presidente ruso Dimitri Medvédev para reducir el arsenal nuclear de Estados Unidos y de Rusia», declaró el mandatario estadounidense Barack Obama cuando aceptó el premio Nobel de la Paz en diciembre. Tres meses y medio después, la promesa se cristalizó.
En una llamada telefónica este viernes por la mañana, los dos gobernantes ultimaron los detalles de un pacto que reemplazará al Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Start, por sus siglas en inglés) que expiró en diciembre.
El hecho es considerado uno de los logros más significativos de Obama en materia de política exterior. La noticia se conoció tras la aprobación de la controvertida reforma de la salud en este país. El presidente parecer atravesar un buen momento.
Pero el recorrido para llegar al pacto de 10 años al Start, forjado en 1991, se hizo más largo de lo esperado.
El acuerdo comenzó a gestarse hace casi un año, cuando Obama abogó en Praga por un mundo libre de armas nucleares. La capital checa fue el lugar elegido para suscribir el nuevo tratado el 8 de abril, un año y tres días después de aquel discurso.
[related_articles]
El tratado deberá ser ratificado por los parlamentos de ambos países y, al igual que ocurrió con la reforma de la salud, entre otros asuntos importantes, el Senado de Estados Unidos puede enfrascarse en una dura batalla legislativa contra la agenda del presidente del Partido Demócrata.
Para lograr la mayoría de dos tercios que se necesita para ratificar un acuerdo, algunos miembros del opositor Partido Republicano deberán apoyar la propuesta. Pero muchos de sus legisladores se han opuesto en varias oportunidades a conceder a Rusia todo lo que pueda limitar la capacidad de Estados Unidos de tener programas de misiles de defensa.
Rusia pretendía incluir los misiles de defensa en el nuevo tratado, pero Estados Unidos sólo quería poner los sistemas ofensivos. Esa fue una de las grandes razones por las cuales no pudieron llegar a un acuerdo antes del vencimiento de Start, el 5 de diciembre.
La versión final reconocerá esa diferencia sobre los misiles defensivos, pero no restringirá la capacidad estadounidense de ampliar esos sistemas
Rusia, por su parte, se reservará el derecho de denunciar el tratado si se siente amenazada por la defensa misilística de Estados Unidos, por ejemplo con el planificado escudo defensivo para Europa.
El secretario de Defensa, Robert Gates, explicó que "las reducciones no afectarán la fortaleza de nuestra defensa nuclear, ni se limitarán nuestros planes para proteger al país ni a nuestros aliados mejorando y desplegando sistemas de defensa misilística".
Hay "buenas perspectivas" para que el Senado lo ratifique, añadió Gates.
La secretaria de Estado (canciller) Hillary Rodham Clinton también dijo esperar apoyo bipartidista al pacto, pero no habló de plazos.
"El tratado es de interés para Estados Unidos, pues nos coloca en un claro liderazgo para tratar situaciones como la de Irán, la de Corea del Norte y la de otros países a los que reclamamos mayores esfuerzos para proteger materiales nucleares", dijo Clinton.
Los funcionarios añadieron que el tratado colocaría a Rusia como socia de Estados Unidos en esta posición de liderazgo.
Obama se refirió a otros esfuerzos en los que los dos antiguos rivales están cooperando. En materia de no proliferación nuclear, sostuvo, "trabajamos juntos presionando a Irán para que cumpla con sus obligaciones internacionales".
El gran avance en las negociaciones parece haberse forjado cuando los dos mandatarios hablaron por teléfono el 13 de este mes, según el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, quien al ser consultado sobre la importancia de esa conversación respondió: "ayudó a impulsar algunos asuntos, sí".
El tratado establecerá una reducción de las ojivas nucleares de los misiles desplegados y cohetes de cada país de las actuales 2.200 a 1.500. La disminución se llevará a cabo en un plazo de siete años desde la fecha de entrada en vigor. También se reducirá la cantidad de misiles desplegados y de reserva, cohetes y proyectiles que transportan ojivas a un total de 800.
El Start original, suscrito el 31 de julio de 1991, significó una disminución de 40 por ciento del arsenal de ambos países.
Los nuevos límites representan una disminución de 74 por ciento respecto del Start.
El tratado se firmará días antes de la cumbre nuclear que se realizará en Washington el 12 de abril, un poco antes de la Conferencia de las Partes encargada del examen del Tratado sobre No Proliferación de Armas Nucleares (TPN), entre el 3 y el 28 de mayo.
El gobierno de Obama aprovechará esos encuentros para aumentar la presión sobre los países acusados de violar el principio del TPN que impide la proliferación nuclear.
Las negociaciones con Rusia para concluir un nuevo Start son vistas como parte de la estrategia de Washington para presionar a Corea del Norte e Irán a que pongan fin a sus programas atómicos.
Obama anunció en enero en su discurso sobre el Estado de la Unión que su esfuerzo para alcanzar un nuevo Start "fortalece nuestras manos para lidiar con aquellos países que insisten en violar los tratados internacionales y dotarse de armas nucleares".
Pero 95 por ciento de las ojivas nucleares del mundo están en manos de Estados Unidos y de Rusia.