Parlamentarios y activistas japoneses depositan grandes esperanzas en la muy debatida Revisión de la Postura Nuclear de Estados Unidos, a la que el gobierno de Barack Obama da los toques finales.
Encargada por el Congreso legislativo, esta evaluación determinará el tono y la dirección de la política de armas nucleares de Estados Unidos para los próximos cinco a 10 años.
La decisión de revisar la política nuclear en curso es la primera en casi dos décadas luego del fin de la Guerra Fría.
Japón es el único país que sufrió ataques nucleares —contra las ciudades de Hiroshima y Nagasaki—, en 1945. Por lo tanto está ansioso de que se determine una nueva orientación del rol y la misión de las fuerzas nucleares de Estados Unidos, particularmente en un contexto de intermitentes "temblores atómicos" de parte de Corea del Norte.
"La posibilidad de que Japón participe en el desarme nuclear está, en gran medida, delante nuestro", dijo el ex viceministro japonés de Relaciones Exteriores Masayoshi Hamada a IPS en una entrevista por correo electrónico desde Tokio.
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Hamada, quien representa al opositor Partido Nuevo Komeito en la cámara alta, es uno de los 204 miembros de la bicameral Dieta, el parlamento japonés, que han aprobado una carta a Obama, a la secretaria de Estado (canciller) Hillary Clinton, al secretario de Defensa Robert Gates y a altos miembros del Congreso.
La carta respalda la reanudación del Tratado Estratégico de Reducción de Armas (Start, por sus siglas en inglés) entre Estados Unidos y Rusia.
También tiene lugar luego de una que el canciller Katsuya Okada envió a Clinton en diciembre. En la misiva, Okada se distanció del apoyo que el gobierno japonés anterior dio a una fuerte postura nuclear estadounidense, y expresó su preocupación en cuanto a que algunos funcionarios japoneses puedan haber presionado a Estados Unidos para no reducir su arsenal nuclear.
Esa posición "claramente estaría en desacuerdo con mis puntos de vista, que están a favor del desarme nuclear", dijo.
La carta de Okada también apoyó la idea de que el rol de las armas nucleares se restrinja a disuadir el uso de las armas nucleares, y que se prohiba su utilización contra estados no nucleares miembros del Tratado de No Proliferación.
La misiva de los parlamentarios señala una serie de acontecimientos inminentes, entre ellos una cumbres sobre seguridad nuclear que se realizará en abril en Washington, y una conferencia de evaluación del Tratado de No Proliferación, en mayo en Nueva York.
Muchos se preguntan si ese texto tendrá algún impacto en la Revisión de la Postura Nuclear del gobierno de Obama y en la decisión del Congreso de Estados Unidos, particularmente dado que apenas 204 de 700 legisladores firmaron la carta.
Esa cantidad de firmantes "no significa que el resto se opongan a la carta o que sean reticentes a firmarla", dijo Akira Kawasaki, miembro del comité ejecutivo de Peace Boat, una organización mundial con sede en Japón, y asesor de los copresidentes australiano y japonés de la Comisión Internacional sobre No Proliferación y Desarme Nuclear.
"Si los iniciadores de la medida hubieran sido proactivos, todos los miembros de la Dieta habrían firmado la carta", agregó.
"Los miembros del Partido Comunista no firmaron la misiva porque consideraron que era demasiado modesta, y en cambio favorecieron dar más pasos a favor del desarme", dijo Kawasaki en una entrevista por correo electrónico desde Tokio.
Hans M. Kristensen, director del Proyecto de Información Nuclear en la Federation of American Scientists (Federación de Científicos Estadounidenses), dijo a IPS por correo electrónico desde Washington que la carta de los miembros de la Dieta "junto con las declaraciones del gobierno japonés cumplen un rol importante de transmitir en voz alta y clara que el aliado más importante de Estados Unidos en el Pacífico no se opone a la visión de desarme nuclear del gobierno de Obama, pero apoya no sólo reducciones de las armas nucleares sino también una reducción de la misión que tienen esas armas".
La Revisión de la Postura Nuclear reafirmará el compromiso de Estados Unidos hacia una disuasión nuclear extendida en el Pacífico y otros lugares, pero también cuenta con apoyo japonés para la reducción en este sentido, añadió Kristensen.
"Aunque a algunos expertos en seguridad nuclear del Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio de Defensa (en Tokio) les preocupa que haya cambios significativos en las políticas de Estados Unidos, prácticamente no hay posibilidad de que esas preocupaciones perjudiquen la alianza o conduzcan a un cambio en las actitudes de al elite japonesa sobre su fuerte apoyo al Tratado de No Proliferación y el desarme nuclear", dijo el analista Gregory Kulacki en una entrevista por correo electrónico desde Cambridge, en el nororiental estado de Massachusetts.
Kulacki es gerente de proyecto en la estadounidense Union of Concerned Scientists (Unión de Científicos Comprometidos).
Las preocupaciones a las que aludía tienen que ver con que Estados Unidos deje a Japón expuesto a la amenaza nuclear china y eventualmente norcoreana.
"El gobierno de Japón ha aprobado fuertemente las recomendaciones de la Comisión Internacional sobre No Proliferación y Desarme Nuclear de una declaración inmediata de Estados Unidos en cuanto a que el único fin de sus armas nucleares es disuadir y, como último recurso, responder al uso de armas nucleares por parte de otro país", señaló.
* Este artículo es parte de un proyecto de IPS y Soka Gakkai International (SGI) sobre abolición nuclear.