CHINA: Cultura alcohólica es letal

Los superiores del sargento de policía Chen Lusheng, quien murió después de una noche de juerga y mucho alcohol, trataron de declarar que era un «mártir» caído «en cumplimiento del deber» para que la familia pudiera recibir una indemnización mayor.

El policía murió en diciembre en la meridional ciudad china de Shenzhen después de beber mucho con otros compañeros que no estaban de servicio.

La muerte de Chen podría entrar en la categoría de "cumplimiento del deber" si se tiene en cuenta el papel que desempeña el consumo de alcohol en el trabajo y en la vida social de los funcionarios públicos de este país.

El episodio, que concentró la atención pública sobre el alcoholismo en algunas funciones que se caracterizan por el despilfarro, no fue un hecho aislado.

Tres miembros del gobernante Partido Comunista murieron en 2009 tras consumir demasiado alcohol. Un funcionario ebrio perdió su trabajo en Shenzhen el año anterior tras difundirse fotografías y vídeos en los que aparecía haciendo insinuaciones sexuales a una niña de 11 años.
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Esos incidentes pusieron en evidencia la gran cantidad de reuniones con mucho alcohol. El problema se propagó de la administración pública a los jóvenes, lo que llevó al gobierno a pedir que se profesara con el ejemplo y que se disminuyera el gasto en fiestas y comidas oficiales.

Muchos chinos suelen beber una o dos botellas de cerveza en la cena, pero las reuniones oficiales se caracterizan por el exceso de alcohol. Se consume "baiju" o "licor blanco", un destilado de arroz o sorgo, que se bebe de un trago.

Además se considera una falta de respeto no concurrir a esos encuentros. El consumo de bebidas alcohólicas es un ingrediente más de las relaciones sociales, de los vínculos corporativos y de los encuentros para cerrar acuerdos. Pero las consecuencias suelen peores que recuperarse de una terrible resaca.

"Tuve que retirarme antes. No porque hubiera hecho mal mi trabajo, sino porque lo hice demasiado bien", escribió el ex funcionario Long Bowen en un artículo publicado en el China News Net, del Partido Comunista.

Long, un prometedor jugador de baloncesto, debió jubilarse porque le diagnosticaron diabetes, cirrosis y exceso de líquido entre los tejidos que separan el abdomen de los órganos abdominales.

"Mi cuerpo se debilita por todos esos años de hacer un ‘muy buen trabajo’", continuó. Sin embargo, él es de los funcionarios con suerte.

El subdirector de la oficina de agua de Wuhan, capital de la central provincia de Hubei, murió de un infarto el 13 de julio de 2009, a los 47 años, a causa del excesivo consumo de alcohol.

Ese mismo mes, Lu Yanming, un inteligente y muy respetado funcionario de la ciudad de Zhenjiang, en la sudoccidental provincia de Jiangsu, quedó en coma tras consumir demasiado alcohol y falleció dos semanas después.

Shen Hao, secretario del Partido Comunista de la sudoriental provincia de Anhui, murió en octubre de 2009 intoxicado por el exceso de alcohol ingerido en una fiesta con empresarios y funcionarios.

Las reuniones con mucho alcohol se convirtieron en blanco de críticas del público. Especialistas chinos estimaron que los funcionarios gastan unos 73.000 millones de dólares al año en fiestas oficiales.

El gobierno prohibió en reiteradas oportunidades los banquetes fastuosos para combatir la corrupción y el gasto excesivo. El Partido Comunista divulgó en febrero un nuevo código de conducta con 52 normas, entre las que se prohíben casamientos y funerales opulentos.

Pero el exceso de alcohol no sólo se da en círculos oficiales. En los últimos años, el problema se propagó a la juventud con el crecimiento de la clase media y el arraigo de bares al estilo Occidental.

Todos los fines de semana, los grandes centros bailables alrededor del Estadio de los Trabajadores, en el centro de Beijing, están repletos de clientes, casi exclusivamente chinos. Son jóvenes con dinero a quienes les gusta beber.

"El alcoholismo entre los jóvenes es un problema que llama la atención", señaló el profesor Hao Wei, del Instituto de Salud Mental de la Universidad Centro-Sur.

El consumo de alcohol aumentó con el desarrollo económico. El gobierno respondió con leyes para controlar el problema, pero no existen programas nacionales de prevención, añadió.

Cao Yon trabaja en un banco y le gustan los karaokes y los "bares ruidosos" con amplias pistas de baile. Va casi todos los fines de semana y gasta entre 29 y 40 dólares cada vez. "Mi padres no lo saben porque no viven en Beijing. No les voy a contar", señaló el muchacho de 25 años.

Liu Qingyun es gerente de proyecto en una empresa de informática y va a los bares por la misma razón que los otros: porque es divertido.

"Son lugares de reunión y se pueden conocer nuevos amigos. Además, después de un día o una semana de trabajo es relajante ir a un bar y tomarse unos tragos", añadió.

Ninguno de ellos se mostró preocupado por el alcoholismo. Pero hay estudios que muestran que es un problema que aumenta entre los jóvenes.

El consumo en ese sector de la población aumentó 500 por ciento en los últimos 20 años, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud de 2006. Además, más de 80 por ciento de las camas de los hospitales psiquiátricos están ocupadas por personas con problemas derivados del alcoholismo.

Otro estudio realizado ese mismo año por profesores de la Universidad de Peking mostró que 51,1 por ciento de los 54.040 estudiantes entrevistados, de entre séptimo y doceavo grado, dijeron haber consumido alcohol, y 14,1 por ciento reconocieron haberse emborrachado en 2005.

Los estudiantes con antecedentes de alcoholismo tienen más posibilidades de comenzar a fumar, drogarse, pelear y tener comportamientos de riesgo, concluyó la investigación.

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