No sólo miles de viviendas quedaron en el suelo tras el destructor terremoto y posterior tsunami del 27 de febrero en Chile. Monumentos históricos, zonas típicas, museos, teatros, iglesias y parques naturales también integran la lista de damnificados.
"El país tiene que hacer un esfuerzo por salvar todo aquello que sea salvable", resumió a IPS Magdalena Krebs, directora del Centro Nacional de Conservación y Restauración de la gubernamental Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam).
Las evaluaciones preliminares hablan de más de 100 monumentos históricos y más de 30 zonas típicas dañadas, principalmente en las centrales regiones de O'Higgins, El Maule y Bío-Bío, entre 80 y 500 kilómetros al sur de Santiago.
Aún no hay estimaciones del costo que tendrá la reparación de estos inmuebles devastados por el sismo grado 8,8 en la escala de Richter, que golpeó fuertemente a seis regiones del país con un saldo de cerca de 500 personas muertas y más de un centenar de desaparecidos, especialmente producto del posterior maremoto.
La principal preocupación de las autoridades hoy es el comienzo del otoño austral y la llegada de las lluvias en la zona centro y sur de este país sudamericano con 17 millones de habitantes.
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Por ello, autoridades sectoriales y expertos relacionados con el patrimonio nacional le solicitaron al flamante presidente de Chile, el derechista Sebastián Piñera, incluir este tema en el trabajo de la recién creada Dirección de Reconstrucción Nacional, dependiente del Ministerio de Vivienda y Urbanismo.
"Tenemos que evaluar el daño y luego requerir fondos de emergencia para protección y restauración, que pueden venir de dos fuentes, de las intendencias o de la reasignación presupuestaria que está haciendo el Ministerio de Hacienda", explicó el secretario ejecutivo de la gubernamental Comisión Bicentenario, Julio Dittborn.
"Queremos hacer un esfuerzo coordinado entre los diferentes entes del Estado, sumando a los privados y a organismos internacionales para recuperar lo más que se pueda", enfatizó Krebs.
Entre los monumentos nacionales gravemente afectados por el terremoto se destaca la iglesia de Guacarhue, ubicada en la comuna de Quinta de Tilcoco, en la región de O'Higgins y 123 kilómetros al sur de Chile, explicó a IPS el secretario ejecutivo del gubernamental Consejo de Monumentos Nacionales, Óscar Acuña.
Se trata de una construcción de 1779, diseñada por el famoso arquitecto italiano Toesca, de la cual se podrán rescatar algunos muros.
En la misma situación se encuentra la casa patronal de la antigua Hacienda San José del Carmen de El Huique, ubicada en la misma región y convertida en museo del ejército. Algunas localidades declaradas zonas típicas, como Chanco, Lolol y Cobquecura, en las regiones de O'Higgins y El Maule, también se vinieron abajo, al igual que los centros históricos de ciudades como Rancagua, Talca, Curicó, Linares y Concepción. En la capital se intenta recuperar el tradicional barrio Yungay.
"Hablamos de arquitectura en barro y fundamentalmente en adobe", anteriores a las normas sísmicas, explicó Acuña.
Según el funcionario, las consecuencias del terremoto son "un llamado a buscar algunas técnicas que permitan un mejor amarre de las iglesias", deterioradas en todo el país producto del sismo, considerando casos como el del capitalino templo de San Francisco, que sufrió diversos desperfectos, pese a que había sido recientemente restaurado.
En Santiago sufrieron fisuras, grietas, desprendimientos y derrumbes parciales el Museo de Arte Contemporáneo, el Museo de Historia Natural, el Teatro Municipal de Santiago, la ex sede del Congreso legislativo y las casas centrales de la estatal Universidad de Chile y de la Universidad Católica, por nombrar algunos.
Ante el cierre temporal de sus instalaciones para reparar las averías, el Teatro Municipal de Santiago debió reprogramar y reubicar en otras salas sus espectáculos, como la Ópera internacional Cavallería Rusticana.
Una buena noticia es que los 93 millones de documentos que custodia el Archivo Nacional resultaron intactos, informó la Dibam, gracias a la buena calidad de sus bóvedas.
En la región de El Maule, preocupa la situación del visitado Parque Nacional Radal Siete Tazas, ubicado 291 kilómetros al sur de la capital chilena. Sus caídas de agua, denominadas "tazas", se secaron tras el terremoto, aunque los últimos monitoreos indican que la cascada podría volver a la normalidad.
El 15 de este mes, el Colegio de Arquitectos, que ha desplegado a sus asociados por el país para evaluar las consecuencias del movimiento telúrico, hizo un llamado urgente a las direcciones de obras municipales para evitar la demolición indiscriminada de inmuebles patrimoniales.
"El terremoto ha sido de un alcance de devastación nunca antes visto en la historia de Chile, con excepción del terremoto (registrado en la sureña ciudad de) Valdivia (en 1960), donde el daño fue más concentrado", dijo a IPS el presidente de ese colegio profesional, Patricio Gross.
"Lo que está inhabitable no es sinónimo de demolible, es perfectamente recuperable en muchos casos", dijo el profesional, para quien es necesario sentarse a pensar con calma cómo se reconstruirán localidades que tenían sellos de identidad muy definidos.
También llamó a respetar los estudios que indican que algunos pueblos no podrán levantarse en los mismos lugares por los riesgos de maremoto.
Los expertos ven en esta coyuntura una oportunidad para modificar las leyes de Monumentos Nacionales, de 1970 y modificada en 2005, y de Donaciones Culturales, de 1990 y reformada en 2001, para establecer incentivos que generen un espacio de articulación más potente con el sector privado en la tarea de reconstrucción.
"En este momento, lo más importante es proteger a los inmuebles del cambio de estación, de la lluvia. En segundo lugar, articular recursos públicos y privados para poner en valor el patrimonio y trabajar con la comunidad en la concientización de que ésta es una tarea de todos", concluyó Acuña.