CAMBIO CLIMÁTICO-EUROPA: Automotoras contra mejor rendimiento

Muchas de las empresas automotrices que hace tres años lograron relajar los estándares de la Unión Europea (UE), para disminuir la contaminación de los automóviles, ahora tratan de frenar una iniciativa para optimizar el gasto de combustible de las camionetas.

Las propuestas que se discuten en Bruselas, sede de la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, prevén que las camionetas no emitan más de 135 gramos por kilómetro de dióxido de carbono, uno de los llamados gases de efecto invernadero, para 2020.

La iniciativa implica liberar 68 gramos por kilómetro menos de lo permitido a una camioneta promedio en 2007.

En teoría, la medida apunta a disminuir la incidencia del transporte en el cambio climático, acelerado por el recalentamiento global causado por los gases invernadero.

Las emisiones de dióxido de carbono disminuyen en la mayoría de los sectores, pero en el de transporte aumentaron 36 por ciento entre 1990 y 2007. Las camionetas representan 12 por ciento de los vehículos de carga livianos de la UE y aumentaron 50 por ciento entre 1997 y 2007.
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La industria automotriz dice estar comprometida con la reducción del impacto ambiental de los vehículos, pero realiza una campaña enérgica contra los nuevos estándares propuestos.

"No es factible" alcanzar ese objetivo para 2020, señaló Sigrid de Vries, portavoz de la Asociación de Fabricantes Europeos de Automóviles (ACEA, por sus siglas en francés).

"Es muy fácil culpar a la industria de frenar todo", protestó. "El sector no se opone a esas normas. Pero ese tipo de vehículos tienen limitaciones técnicas. Es fácil decir que se pueden cumplir los nuevos objetivos para disminuir las emisiones, pero ¿a qué costo?", añadió De Vries.

Por su parte, los activistas consideran que los argumentos de la industria automotriz son infundados.

Algunas de las grandes empresas del sector ya probaron la posibilidad de mejorar la eficiencia en el uso de combustible de los nuevos modelos que aparecen en el mercado.

Las últimas camionetas de la empresa alemana Volkswagen, T5, por ejemplo, ahorran 10 por ciento más combustible que las de 2007.

La coalición ambientalista belga Transporte and Environment (T&E) sostiene que los fabricantes de vehículos usaron argumentos similares hace tres años, cuando convencieron a los gobernantes europeos de relajar las metas para disminuir la contaminación de los automóviles.

Los avances tecnológicos mostraron en los últimos años que sus excusas eran engañosas, según T&E.

Los dos vehículos más vendidos en Europa, el Volkswagen Golf y el Ford Focus, tienen modelos que consumen 99 gramos de combustible por kilómetro, lo que muestra que las empresas del sector no tienen grandes obstáculos para mejorar la eficiencia de las camionetas en los próximos 10 años.

"Los grupos de presión del sector automotor se resisten a las restricciones sobre el dióxido de carbono, pero los ingenieros probaron que estaban equivocados", señaló Kerstin Meyer, de T&E. "Ahora atacan los objetivos a largo plazo que se prevén para las camionetas, pero la experiencia indica que sus argumentos no son creíbles", añadió.

De hecho, Meyer pretende lograr un objetivo más ambicioso que el recomendado por la Comisión Europea para las camionetas y llegar a 125 gramos por kilómetro.

La falta de eficiencia es una innecesaria pérdida de recursos económicos y las medidas para disminuir la contaminación son sensatas desde ese mismo punto de vista.

"Las empresas gastan unos 41.000 millones de dólares al año en combustible para las camionetas", señaló Meyer. "Ese dinero se hace humo y podría invertirse mejor en capacitación, tecnología e innovación", añadió.

Los ministros de Ambiente de la UE discutieron el lunes los nuevos estándares para las camionetas, propuestos por primera vez por la Comisión Europea en octubre de 2009.

En el debate, varios gobernantes trataron de reformar la propuesta de la Comisión Europea para introducir de forma paulatina la disminución de emisiones de gases invernadero en los próximos años.

La iniciativa prevé una disminución en etapas, primero bajar a 175 gramos por kilómetro para 2016 y luego pasar a 135 gramos por kilómetro para 2020.

Alemania, Gran Bretaña, Italia y Polonia presionan para que el cronograma de reducción comience después de lo que propone la Comisión Europea.

Los gobiernos, algunos de los más fuertes de la UE, sostienen que el plan actual será demasiado pesado para los fabricantes de camionetas. También quieren un acuerdo para que haya un proceso de evaluación formal en 2013 sobre la factibilidad de alcanzar ese objetivo en 2020.

Pero la comisaria europea de políticas sobre cambio climático, Connie Hedegaard, sostuvo que el proyecto original es realista. Además aseguró que cada propietario de una camioneta se ahorrará más de 2.700 dólares durante la vida útil de su vehículo.

"Proteger al sector automotriz europeo para que no cumpla con los ambiciosos estándares en materia de cambio climático sólo dificultará la innovación y los amparará hasta la muerte", señaló la activista Franziska Achterberg, de la organización ambientalista Greenpeace.

"Tras años de inactividad, el sector finalmente da muestras de ponerse en movimiento en lo que respecta al uso eficiente del combustible. La UE necesita fijar altos estándares y no desaprovechar la oportunidad", añadió.

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