Brasil será «radicalmente menos desigual» y menos vulnerable a turbulencias externas cuando cumpla sus 200 años de vida independiente, si se ejecuta el plan que elabora la Secretaría de Asuntos Estratégicos (SAE) para los próximos 12 años, según un alto funcionario.
El Plan 2022 deberá estar listo en los próximos meses, "antes de la Copa Mundial de Fútbol" que se disputará en Sudáfrica en junio y julio, anunció este viernes a corresponsales extranjeros el ministro Samuel Pinheiro Guimarães, titular de la SAE, vinculada a la Presidencia de Brasil y encargada de proyectar el desarrollo del país a largo plazo.
Ese programa tendrá "metas factibles y ambiciosas", que serán debatidas con la sociedad en un amplio proceso de consultas con todos los sectores, dijo Guimarães, sin detallar metas sectoriales ni cuantitativas.
Los grandes objetivos incluyen "integrar el sistema productivo" nacional, para hacerlo más eficiente, y tener un régimen político "más democrático y participativo", además de igualdad y seguridad externa, resumió el ministro, un diplomático que entre 2003 y 2009 fue el número dos de la cancillería brasileña.
En los últimos años, este país sudamericano de 192 millones de habitantes redujo enormes desigualdades económicas, de género, étnicas, regionales y urbanas, especialmente a través de sus programas sociales, como la Beca-Familia, que beneficia a 55 millones de personas pobres, destacó el ministro.
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Pero queda mucho por hacer, admitió.
Seguramente se ampliarán esos programas, destinados a la población de bajos ingresos absolutos. Y alguna forma de pobreza relativa, que puede ser distinta en áreas diversas, se podrá usar como parámetro para extender esos subsidios a otras familias, explicó.
"La eliminación de vulnerabilidades" fue el asunto en el que más profundizó Guimarães, conocido por sus ideas nacionalistas. En la dimensión económica, los avances se confirmaron en la rápida superación de los efectos de la crisis financiera mundial, "que prosigue en muchos países desarrollados", dijo.
Las reservas de divisas, superiores a los 200.000 millones de dólares y acumuladas en los últimos años, y las exportaciones diversificadas en productos y mercados, contribuyeron a ese desempeño de la economía brasileña, también fortalecida por un mercado interno en expansión, tanto por las políticas sociales como por nuevas formas de crédito.
En Brasil el comercio exterior aporta solo 14 por ciento del producto interno bruto, "una pequeña participación, gracias a Dios", pues eso permitió que la recesión de 2008 en los mercados externos tuviera un impacto reducido en el país, celebró.
El Plan 2022 contempla también riesgos externos en las áreas política, militar y tecnológica. Con el fin de neutralizar vulnerabilidades políticas, Brasil pretende un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas —vital para la "gobernanza global"—, así como en otros organismos internacionales, justificó.
Este país tiene unas Fuerzas Armadas que "no se corresponden al tamaño de su territorio", y su presupuesto militar es bajo y proporcionalmente inferior al de sus vecinos latinoamericanos, dijo el ministro, que defiende su expansión y la "recuperación de la industria de defensa".
"Ningún país es soberano sin defensa", arguyó.
En el área tecnológica, Brasil también tiene que superar rezagos, ya que "no genera patentes" en la cantidad equivalente al peso de su economía.
Otro desequilibrio afecta al parque productivo brasileño, que está entre los 10 mayores del mundo, pero carece de "integración", lo que exige una mejor infraestructura de transporte, con más ferrocarriles y mejores puertos y aeropuertos.
También se necesita ampliar la producción nacional de fertilizantes, pues la mayoría hoy son importados, una situación similar a la que vive la industria farmacéutica.
Guimarães reconoció que no hay garantías de que el Plan 2022 oriente a los futuros gobiernos, ya que la oposición podría triunfar, por ejemplo, en las elecciones presidenciales de octubre de este año. Pero reducir desigualdades y vulnerabilidades y mejorar la eficiencia productiva son objetivos que cualquier administración persigue, razonó.
Brasil tiene excelentes condiciones de desarrollo y seguridad, porque es uno de los tres países que están entre los 10 primeros del mundo en tamaño territorial, población y producto a la vez, sostuvo el ministro. Los otros dos son China y Estados Unidos.
Además, el país dispone de recursos naturales impares y podrá disponer de más minerales en el futuro, ya que solo un cuarto de su territorio fue rigurosamente sometido a estudios geológicos, acotó.
Se suma el potencial humano aún por desarrollar, a través de la educación y los programas sociales.
Ante la pregunta de si Brasil es vulnerable por no disponer de armas nucleares, Guimarães contestó que esas armas existen, pero "difícilmente son usadas".
Por su Constitución, esta nación solo emplea energía nuclear para fines pacíficos, pero tiene "conocimientos y tecnología" para producir el combustible. Además, cuenta con la sexta mayor reserva de uranio del mundo y está construyendo un submarino de propulsión nuclear.