El resultado de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Ucrania representa una recuperación excepcional para Víktor Yanukovich, el candidato opositor que representaba al antiguo régimen soviético y hace cinco años fue relegado en la llamada Revolución Naranja.
El caos político y económico hizo que las expectativas dieran lugar a la decepción con el gobierno prooccidental desde que el saliente presidente Víktor Yushchenko y la actual primera ministra Yulia Timoshenko encabezaran con éxito la revuelta popular de noviembre de 2004, que denunció un fraude electoral a favor del entonces candidato progubernamental Yanukovich y logró repetir los comicios.
Gracias a esa decepción, y tras una campaña marcada por acusaciones mutuas de conspiración para arreglar el resultado electoral, Yanukovich obtuvo 48,8 por ciento de los votos en la segunda ronda electoral del domingo 7, seguido de cerca por Timoshenko, con 45,6 por ciento.
El principal resultado de la primera ronda, realizada el 17 de enero, había sido la clara derrota del presidente Yushchenko y su línea antirrusa.
Pese a la fatiga popular por las elecciones anuales, la participación electoral fue cercana al 70 por ciento. Representantes de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), la Organización del Tratado del Atlántico Norte, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y la Unión Europea consideraron libres y justos los comicios, e instaron a todas las partes a aceptar los resultados.
Joao Soares, jefe de la misión de la OSCE, dijo que la votación del domingo fue "un ejemplo impresionante de elección democrática", mientras que Matyas Eorsi, jefe de misión de la Asamblea Parlamentaria, dijo en una conferencia de prensa que los dos candidatos "deben aceptar que las elecciones fueron democráticas, y Ucrania debe ser aplaudida por eso".
Yanukovich logró la victoria con un mensaje de unidad nacional, moderación geopolítica y estabilidad política y económica, para un país que ha estado dividido e inestable desde la Revolución Naranja.
"Creo que hemos dado el primer paso hacia la unión del país", dijo Yanukovich. "No escatimaré ningún esfuerzo para que los ucranianos, sin importar en qué parte del país vivan, se sientan protegidos y en paz en un país estable", agregó.
Yanukovich, acusado durante años de no ser auténticamente democrático, dijo que, aunque considera "una pesadilla" el período siguiente a la Revolución Naranja, no se opone a las consignas democráticas prooccidentales promovidas en aquel entonces.
Aunque está claro que las relaciones con Rusia continuarán por la vía de la normalización, favorecida por los dos candidatos presidenciales, la principal pregunta es en qué medida los gobiernos occidentales aceptarán a Yanukovich como un socio confiable.
Yanukovich no promete el ingreso a la Unión Europea a corto plazo, pero su apoyo a una europeización gradual muestra que el objetivo de incorporarse al bloque regional se ha vuelto consensual en las elites políticas de Ucrania.
Hasta la tarde de este lunes, Timoshenko se negaba a aceptar la derrota y sostenía, al igual que muchos de sus aliados, que hubo fraude. Pero los analistas creen que al final admitirá la victoria de su rival.
"Timoshenko fue derrotada con dignidad, los números muestran que fue por poco. Pero si decide oponerse a esos resultados, perderá apoyo internacional", advirtió Balazs Jarabik, experto de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE), con sede en Madrid.
Yanukovich reconoció que Timoshenko fue "una rival fuerte" pero la exhortó a perder "con dignidad".
"Probablemente necesite tiempo para consultar con sus aliados políticos y decidir si debe dejar de ser un obstáculo y concentrarse en su cargo de primera ministra", dijo Jarabik a IPS.
Dado que Timoshenko tiene todavía la mayoría parlamentaria, es muy probable que la crisis de gobierno continúe. Si no se llega a un acuerdo de cogobierno, la solución puede ser que Yanukovich llame a elecciones parlamentarias anticipadas para consolidar su poder con una nueva mayoría legislativa.
Poco después de conocer su victoria, Yanukovich recordó a la primera ministra que "debe prepararse para dejar el cargo".
Sin embargo, es posible que el presidente electo no logre desembarazarse de Timoshenko sin ayuda. El saliente presidente Yushchenko ha insistido en que no dejará la política, y podría ayudar a Yanukovich a despedir a la premier a cambio de ciertas garantías, opinó Jarabik.
"Yushchenko está dispuesto a liquidar a Timoshenko a cambio de un alto precio, que podría ser un importante cargo ministerial para un aliado o para sí mismo, aunque eso sería algo extremo", dijo Jarabik a IPS.
Las elecciones también pusieron de manifiesto que los ucranianos están menos preocupados por las cuestiones nacionales, simbólicas e históricas promovidas por el actual presidente que por la difícil situación socioeconómica.
Yanukovich heredará un país sumido en una profunda crisis económica. Tendrá que demostrarle al Fondo Monetario Internacional que es un socio más confiable que sus antecesores para poder obtener los créditos que el país necesita.