TAILANDIA: Oposición abre «escuelas políticas» para campesinos

El opositor Frente Democrático Unido contra la Dictadura de Tailandia creó una novedosa escuela para adultos en esta nororiental localidad a la que concurren arroceros interesados en comprender las profundas divisiones políticas y sociales de esta monarquía constitucional.

Más de 700 hombres y mujeres llenaron un domingo el vestíbulo principal de un politécnico privado de Baan Muang, en la nororiental provincia tailandesa de Sakon Nakhon, para recibir su primera lección. Las edades de los estudiantes variaban de 30 a poco más de 70 años. Algunos son de esta localidad y otros de aldeas vecinas.

El atuendo que lucen para participar en conferencias y debates revela su afinidad política, que en esta nación de Asia sudoriental se expresa con colores.

Todos llevaban las camisetas rojas característica del Frente, el movimiento favorable al ex primer ministro Thaksin Shinawatra, depuesto por un golpe de Estado en septiembre de 2006, el número 18 desde que este país se convirtiera en una monarquía constitucional en 1932.

La arrocera Songkan Chumpunsa, de 39 años, retomó los estudios después de 25 años de haber terminado la enseñanza primaria, a los 12. Su situación es similar a la de muchas otras personas de esta comunidad rural.
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La necesidad de aprender de Songkan comenzó en abril de 2009, cuando estalló el caos en Bangkok después de que partidarios del Frente chocaran con el ejército y fueran vencidos.

"Es la primera vez que me uno a esta escuela", relató la madre de dos niños. "Después de que me convertí en miembro activa de los ‘camisetas rojas’, tras la represión de abril del año pasado, quiero aprender sobre la injusticia y sobre lo qué está mal en nuestro país", añadió Songkan.

Pathamawan Sriwongudonslip abandonó el cuidado dominical de sus orquídeas para ponerse la camiseta roja y escuchar conferencias sobre las injusticias políticas, sociales y económicas sufridas por los campesinos de Tailandia a manos de la maquinaria política, dominada por los monárquicos de Bangkok.

El manual de 67 páginas que reciben los estudiantes no deja dudas de que esas "escuelas políticas", como las llaman los dirigentes del Frente, apuntan a algo más que a reducir los cada vez más profundos problemas políticos y sociales de este país.

La cobertura rosa pálido disimula que el texto arremete contra la estructura política monárquica o "Amart", en tailandés.

Desde el punto de vista de Amart, "la mayoría de los tailandeses son ignorantes, se pueden comprar con facilidad y tienen poca consciencia moral. No es apropiado que las clases bajas se sirvan del poder de la mayoría", reza uno de los capítulos de "Pautas Políticas", para explicar la opinión que tiene la elite capitalina sobre los campesinos pobres.

"Tailandia tiene que destruir ese tipo de lucha basándose sobre el poder de la mayoría, sin importar que no sea democrático ni cuánta gente muera", prosigue, en un intento de explicar a los campesinos el poder del voto y de quién trata de quitárselos.

"Quiero poner en evidencia las contradicciones de nuestra sociedad, el doble discurso y las injusticias económicas y políticas", explicó el médico Weng Tojirakarn, uno de los dirigentes del Frente que encabeza las "escuelas políticas" para los cada vez más politizados partidarios del movimiento opositor.

"Tratamos de educar a la gente para que entiendan quiénes son los verdaderos enemigos de la democracia tailandesa", añadió.

Su papel como educador político atrae al médico de familia de 58 años a Sakon Nakhon. Los fines de semana, Weng se dedica a dar conferencias recorriendo el interior de esta provincia y el resto de los días atiende pacientes en su clínica de Bangkok.

Weng y sus cuatro compañeros se preparan para el arduo trabajo que les espera debido a la creciente demanda de "escuelas políticas" en las provincias del norte y noreste del país.

La escuela dominical de Baan Muang es la número 10 que se abre desde que el Frente se lanzó en esa línea de actividad a fines del año pasado. Encuentros similares se organizaron en las provincias de Chiang Mai, Khon Kaen y la vecina de Udon Thani.

"Este fin de semana vamos a abrir cuatro nuevas escuelas", indicó Jaran Ditapichai, ex integrante de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y dirigente del Frente. "Su interés es permitir que los partidarios de los ‘camisetas rojas’ aprendan más sobre el movimiento y el rumbo que está tomando", explicó.

Los encuentros de todo un día suelen terminar con debates sobre cómo organizarse en el ámbito comunitario para poder "tener una mejor coordinación", confirmó Jaran tras la charla que dio en Baan Muang. "En parte, eso incluye que la comunidad pueda elegir a sus propios representantes", añadió.

Pero las "escuelas políticas" no son el único elemento de la estrategia de evolución del Frente para dirigirse a sus bases rurales.

En esta provincia, por ejemplo, la afiliación al movimiento conlleva una tarjeta de teléfono con tres números de celular para llamar a un centro de información que despeja dudas y ofrece detalles sobre movilizaciones de los "camisetas rojas".

Los afortunados partidarios de esta provincia que no puedan pagarse una antena parabólica, podrán ver los programas en un canal de televisión favorable al Frente en las próximas semanas.

El movimiento ofrecerá un primer paquete de unas 1.000 antenas parabólicas a unos 1.200 baht (equivalente a unos 35 dólares) cada una.

Agricultoras como Songkan podrán acceder a todos los canales de información del Frente. Además de las "escuelas políticas" y del canal de televisión, ya tienen un grupo de emisoras de radio comunitarias, periódicos, revistas y sitios de Internet.

Uno de los beneficiarios clave de esa red de información es Thaksin, quien ganó las elecciones de 2001 y 2005 por amplia mayoría.

El ex primer ministro cuenta con un apoyo creciente en zonas rurales, que lo deja mejor parado para el 26 de este mes, cuando la Corte Suprema de Justicia emita un veredicto fundamental sobre el destino de los activos de 2.200 millones de dólares de Thaksin, que le fueron congelados por la junta que lo derrocó en septiembre de 2006.

Thaksin, quien reside en el extranjero para evitar una condena de dos años de cárcel por corrupción, tiene un gran apoyo en zonas rurales.

Las simpatías del campesinado del norte y noreste de país hacia quien fuera un magnate de las telecomunicaciones, obedecen a las políticas que implementó durante su gobierno, que les fueron favorables. Pero ese apoyo mayoritario, no se tradujo en estabilidad política para él.

Thaksin fue asediado durante meses por manifestaciones en la capital que reclamaban su partida. La oposición, conformada por las clases acomodadas de Bangkok, la elite conservadora y partidarios de la monarquía, crearon un clima de tensión política.

Los partidarios del Frente están furiosos con la justicia por tratar de privarlos de sus derechos electorales.

En diciembre de 2008, cuando un partido favorable a Thaksin, elegido el año anterior, fue proscrito tras un cuestionado fallo judicial, se allanó el camino para que la actual coalición de gobierno, encabezada por el primer ministro Abhisit Vejjajiva, fuera diseñada por altos funcionarios castrenses en negociaciones secretas para llenar el vacío.

El malestar de algunos "camisetas rojas" de provincias como la centro-oriental Khon Kaen hace que miren más allá de la suerte de Thaksin en su lucha contra "Amart" y en defensa de su derecho a elegir a sus gobernantes.

"Aun si Thaksin renuncia o si pierde el caso, está bien", señaló Sunan Ankaew, propietario de un comercio de venta de automóviles usados. "Seguiremos aprendiendo lo malo de la política tailandesa y seguiremos luchando", añadió.

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