Cuba y Estados Unidos pondrán a prueba su voluntad de diálogo al sentarse este viernes a la mesa para analizar acuerdos que firmaron hace más de 15 años en búsqueda de una migración legal, ordenada y segura.
Fuentes diplomáticas de Estados Unidos confirmaron a IPS que la ronda de pláticas sobre asuntos migratorios, la segunda desde que Barack Obama gobierna en Estados Unidos, tendrá lugar en La Habana, para revisar la marcha de los convenios de 1994 y 1995. La primera fue celebrada en julio en Nueva York.
La delegación estadounidense estará encabezada por Craig Kelly, subsecretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, e integrada además por representantes de todas las agencias involucradas en el manejo de los temas migratorios.
Para esta cita, Cuba mantiene su propuesta de incluir en la agenda la idea de negociar un nuevo acuerdo migratorio y establecer una cooperación para luchar contra el tráfico de personas, según declaró a fines de enero el canciller Bruno Rodríguez.
La Habana presentó esa iniciativa en la reunión de julio, considerada fructífera por el vicecanciller Dagoberto Rodríguez, quien preside la delegación cubana en estas conversaciones. En su opinión, estas pláticas constituyen un mecanismo útil para evaluar la marcha de los convenios migratorios.
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Desde que se firmaron los acuerdos, fueron centro de conversaciones bilaterales dos veces al año, en sedes alternas en uno u otro país. Autoridades cubanas han dicho que ese proceso de evaluación se interrumpió en diciembre de 2003 por decisión "unilateral" del entonces gobierno de George W. Bush (2001-2009).
Los acuerdos concebidos para asegurar que la migración entre los dos países sea "segura, legal y ordenada", comprometieron a Estados Unidos a repatriar a eventuales emigrantes de Cuba interceptados en el mar y a conceder un mínimo de 20.000 visas anuales para inmigrantes legales cubanos.
A su vez, Cuba se obligó a tomar medidas para impedir las salidas inseguras "usando fundamentalmente métodos persuasivos". Los dos gobiernos se comprometieron además "a tomar acciones oportunas y efectivas para impedir el transporte ilícito de personas con destino a los Estados Unidos".
Asimismo, acordaron "oponerse e impedir el uso de la violencia por parte de toda persona que intente llegar o que llegue a los Estados Unidos desde Cuba mediante el desvío forzoso de aeronaves y embarcaciones". La legislación cubana prevé hasta prisión perpetua para el delito de tráfico de personas.
Cuba y Estados Unidos sostienen un conflicto político y diplomático de casi medio siglo, marcado por el bloqueo económico que Washington impuso a La Habana en los años 60.
La Habana se queja de que la emigración ilegal desde su territorio se ve favorecida y hasta promovida por normativas estadounidenses como la Ley de Ajuste Cubano, según la cual los cubanos que llegan a Estados Unidos pueden permanecer allí aunque carezcan de visado.
Además, en virtud de la política de "pie mojado/pie seco", que se puso en práctica en la administración de Bill Clinton (1993-2001) solo son deportados los indocumentados interceptados en el océano, pero quienes logran tocar tierra firme pueden quedarse.
Estados Unidos es el principal destino de la emigración cubana y, según datos aportados por el sociólogo e historiador Antonio Aja en su libro "Al cruzar las fronteras", la aplicación de la Ley de Ajuste Cubano benefició a 611.240 emigrantes de esta isla caribeña que ingresaron al vecino país entre 1966 y 2006.
El investigador añade que, debido al auge del tráfico de inmigrantes, a partir de 1999 aumentó el número de personas que optaron por la emigración ilegal por vía marítima. Se estima que un viaje desde Cuba en lanchas de contrabandistas cuesta entre 5.000 y 10.000 dólares.
La prensa de Estados Unidos reportó a fines de 2009 que más de 18.000 cubanos salieron de esta isla hacia Estados Unidos cruzando el Estrecho de Florida y México en el año fiscal 2007, en tanto en 2008 la cantidad de quienes siguieron la misma ruta descendió a poco más de 15.000.
Aja cita un informe de 2007 de la Dirección de Asuntos Consulares y de Cubanos Residentes en el Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores, según el cual el total de cubanos establecidos en el exterior es de 1.704.764 personas.
Por zonas geográficas, la mayor concentración de emigración cubana, con 1.446.600 personas, se encuentra en América del Norte (Estados Unidos y Canadá), seguida de Europa, con 119.916, y América del Sur, con 84.715 personas.
Aja sostiene que los seis primeros años de este siglo constituyen el segundo período, desde 1960, de saldo migratorio externo negativo de este país, por la salida de 226.078 personas. Entre 2001 y 2005, el saldo promedio anual de emigrantes fue de 32.296, con un componente femenino predominante (54,5 por ciento).
El investigador añade que las causas fundamentales para optar por la emigración se vinculan con factores como "las transformaciones políticas y económicas, las contradicciones sociales, las cadenas migratorias que se establecen y el desarrollo de redes sociales".