El estancamiento del proceso de paz en Medio Oriente llevó a dirigentes de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) a adoptar una estrategia razonable para lograr fortalecer la presión internacional y hacer que Israel vuelva a la mesa de negociaciones.
El director del Centro de Medios del Gobierno Palestino, Ghassan Khatib, conversó con IPS sobre la estrategia de la ANP de buscar apoyo internacional para que Israel garantice el congelamiento de la construcción de asentamientos judíos en territorios palestinos, como está previsto en la hoja de ruta.
Ghassan Khatib es un influyente ex ministro de la ANP y co-editor de la revista electrónica Bitterlemons (limones amargos, en inglés).
IPS: ¿La llamada solución de los dos estados para el conflicto palestino-israelí sigue con vida o feneció?
GHASSAN KHATIB: Sigue viva, pero la expansión de los asentamientos israelíes la está matando. Tal como están las cosas, todavía es una posibilidad. Pero si no ocurre pronto y si se mantiene la construcción en las colonias judías, podría llegar a ser imposible de implementar desde el punto de vista práctico.
IPS: Llegado el caso, ¿no vale la pena intentar que el asunto de los asentamientos le salga por la culata al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu?
GK: Hay dos problemas. Primero, él no dijo "congelar". Segundo, calificó enormemente su política sobre los asentamientos diciendo que no equivalía a ningún congelamiento.
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Hizo una excepción con Jerusalén porque, según los israelíes, es equivalente a 22 por ciento de Cisjordania. También exceptuó los permisos de construcción ya otorgados y las edificaciones públicas. No hubo ningún cambio.
Esa estrategia ya la probamos. Fue precisamente con lo que insistió el presidente (George W.) Bush (2001-2009) en la víspera de (la cumbre de Annapolis, organizada por Washington en esa ciudad estadounidense en noviembre de 2007).
Entonces, Bush nos dijo que no teníamos que pedir como condición la detención de la construcción en los asentamientos, sino que debíamos plantearlo en las negociaciones. Si la actividad se frenaba, pues mejor. Si no, los palestinos tendríamos una posición más fuerte para reclamar su interrupción en el futuro.
Pero no funcionó. El resultado fue una mayor expansión de las colonias y una menor presión internacional para frenar la actividad allí.
IPS: Pero de reiniciarse las conversaciones, ¿eso no significará más presión sobre Israel?
GK: Tenemos dos objetivos: primero, que la comunidad internacional nos ayude a organizar conversaciones bilaterales constructivas, al tiempo que aprendemos de las lecciones del pasado. Las negociaciones tienen que tener términos de referencia claros. Con eso no pretendemos imponer ninguna condición.
Segundo, las negociaciones deben basarse sobre la hoja de ruta, acordada por todas las partes. El documento implica ciertas obligaciones para todos los actores, incluido el congelamiento de la construcción en los asentamientos. No veo por qué Israel no debe cumplir con su parte.
IPS: ¿Está decepcionado con la propuesta del presidente de Estados Unidos, Barack Obama?
GK: Todavía tenemos confianza y somos optimistas respecto de que Obama logre marcar una diferencia. Pero está demorando más de lo que esperábamos. De todas formas, su enfoque es completamente diferente al de su predecesor. Eso es más que bienvenido.
IPS: Ante la falta de avances, ¿es inconcebible que Estados Unidos abandone el proceso? ¿Esa posibilidad preocupa a los palestinos?
GK: No me preocupa, no pueden hacer eso. Hay una interrelación muy fuerte entre el conflicto palestino-israelí y la situación regional. La estabilidad en Medio Oriente es esencial para todo el mundo. Es fundamental para los intereses de Estados Unidos. Obama está dispuesto a ayudar.
IPS: Pero ante la falta de avances, ¿una mejor opción para los palestinos puede ser concentrarse en una estrategia unilateral?
GK: De ninguna manera. Déjeme aprovechar esta oportunidad para aclarar nuestra posición.
Ningún órgano palestino adoptó nunca ninguna decisión vinculada a una estrategia unilateral. Nuestra política se desarrolla en dos sentidos.
En primer lugar, alentar a la comunidad internacional a aumentar su participación, lo que por naturaleza significa un enfoque multilateral.
En segundo lugar, estamos concentrados en construir las instituciones de nuestro Estado. Por supuesto que en eso hay un componente de unilateralidad, pero es un elemento positivo. Es nuestro trabajo y no contradecimos a nadie cuando decimos que trabajamos para que nuestros planes lleguen a buen término.
Tenemos que estar preparados para nuestro estado. Por elección, nuestra estrategia de paz es bilateral y multilateral, y no unilateral.
IPS: ¿Acaso la división de Palestina entre la ANP, en Cisjordania, y Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica), en Gaza, no es un gran obstáculo para la creación del futuro estado?
GK: La situación interna de los palestinos es, por supuesto, un aspecto negativo que atenta contra nuestras aspiraciones. Pero debo señalar que la insistencia de Israel en retirarse de Gaza de forma unilateral, sin negociaciones mediante y sin que sea uno de los resultados del proceso de paz, contribuyó a fortalecer a Hamás y a debilitar a la ANP.
Asimismo, la prohibición de desplazamientos entre Cisjordania y Gaza sigue teniendo grandes perjuicios.
IPS: Uno tiene la sensación de que los palestinos están atrapados en un limbo político. ¿No es acaso una situación peligrosa?
GK: Es verdad que la situación de limbo no puede durar mucho más. El tiempo no está de nuestro lado, pero el primer ministro palestino (Salaam) Fayyad habla en serio cuando le pide a la comunidad internacional que se involucre más y nos ayude a construir las estructuras de nuestro futuro estado.
Por cierto que el estatus quo actual, la división funcional que hay de hecho en el control territorial entre Israel y la ANP no es para nada saludable. Tampoco es sostenible. Tenemos que avanzar hacia la construcción de dos estados, de uno palestino, o la situación puede deteriorarse de una forma imposible de prever.
IPS: ¿Usted cree que Netanyahu está realmente comprometido con la paz?
GK: Netanyahu no es un socio para la paz. Su prioridad son sus partidarios internos, en especial los de derecha. Trata de complacer a la derecha, en vez de satisfacer las necesidades de la paz. La comunidad internacional critica cada vez más a Israel.
IPS: ¿El presidente de la ANP, Mahmoud Abbas, hablaba en serio cuando anunció su renuncia a otro mandato?
GK: No tenemos motivos para pensar lo contrario. Es un mensaje político que subraya la urgencia que hay en resolver el conflicto.
IPS: ¿Eso significa que los próximos seis meses serán críticos?
GK: Espero que la situación no se vaya de las manos y que las cosas comiencen a moverse, que Egipto logre avanzar hacia la reconciliación entre la ANP y Hamás, una vez que el ansiado intercambio de prisioneros entre Israel y el movimiento islámico se realice, y que, en los próximos seis meses, la comunidad internacional logre sacarnos del actual estancamiento.
Además, debe ser más eficiente para impulsar las conversaciones bilaterales, para detener la expansión de los asentamientos, en función de la hoja de ruta, y para seguir ayudándonos a crear la infraestructura de nuestro futuro estado.
IPS: ¿El pueblo palestino tendrá paciencia?
GK: Creo que la tiene, pero no es para siempre. El tiempo es un factor muy importante.