Líderes de la comunidad haitiana en Estados Unidos preparan esfuerzos de ayuda humanitaria para su país, mientras se constata el alcance de los daños provocados por el terremoto de magnitud 7.0 en la escala de Richter.
El número de víctimas fatales por el sismo que azotó el martes ese país caribeño es aún incierto, aunque autoridades haitianas temen que la cifra supere los cientos de miles.
La comunidad haitiana en Estados Unidos enviará a un par de personas al terreno este miércoles para una rápida evaluación de la situación. La meta es llevar luego unas 300 personas, la mayoría profesionales de la salud e ingenieros para apoyar los esfuerzos de otros gobiernos.
Se establecerá un centro comando, y luego se espera la llegada de voluntarios. Se prevé que todo esté pronto para este fin de semana.
"Nuestra meta es hacer trabajo humanitario, y no primeros auxilios", explicó el médico Jean Claude Compas, durante la conferencia de prensa.
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"El gobierno cubano, el gobierno estadounidense, el gobierno venezolano y el gobierno dominicano están todos haciendo tareas de rescate", indicó.
La comunidad llama a otros gobiernos e individuos a que donen agua y alimentos. La infraestructura de la capital, ya precaria, está ahora destrozada. La imagen más significativa es el colapso parcial del Palacio Nacional de Haití, otrora símbolo de lujo en un mar de pobreza.
Las comunicaciones se vieron en gran medida interrumpidas, imposibilitando tener una completa idea del daño. Varias réplicas sacudieron al país luego del sismo principal, y muchos edificios se encuentran endebles.
En diversas zonas no hay electricidad.
El terremoto, el más fuerte que sacudió Haití en más de 200 años, hizo colapsar un hospital a donde muchas personas habían acudido pidiendo ayuda, así como un cuartel general de las fuerzas de paz de la Organización de las Naciones Unidas.
Funcionarios estadounidenses informaron que había cadáveres en las calles, y un trabajador humanitario dijo que la situación era de "total desastre y caos".
Karel Zelenka, representante en Puerto Príncipe de los Servicios Católicos de Ayuda, dijo a sus colegas de Estados Unidos antes de que fallara el servicio telefónico que debía haber "miles de muertos", según contó Sara Fajardo, portavoz de esa organización.
"Informó que era simplemente un desastre total y un caos, que había nubes de polvo rodeando Puerto Príncipe", señaló Fajardo desde las oficinas del grupo en el nororiental estado estadounidense de Maryland.
Además de los esfuerzos de esa organización, muchas personas comenzaron a utilizar la red social por internet de Facebook para colaborar en los esfuerzos de ayuda. Se organizaron varias actividades de recolección de fondos en clubes nocturnos de Nueva York y Boston, así como del sudoriental estado de Florida.
El embajador de Haití en Estados Unidos, Raymond Joseph, dijo desde su oficina en Washington que habló con Fritz Longchamp, jefe de gabinete del presidente Rene Preval, justo después del terremoto.
Longchamp le dijo que "los edificios se derrumbaban a la derecha y a la izquierda" cerca del Palacio Nacional. El diplomático no pudo contactarse de nuevo con funcionarios en su país.
Al no haber comunicación telefónica, algunos recurrieron a redes sociales en la web como Twitter. Richard Morse, un conocido músico que administra el Hotel Olafson, lanzó una serie de informes sobre las réplicas y los daños.
Las noticias, basadas en su mayoría en informes de segunda mano y fotografías, eran perturbadoras. Las imágenes mostraban a las personas gritando de miedo y a las calles bloqueadas por escombros. El tugurio de Belair se convirtió un completo caos.
El epicentro del terremoto se ubicó a 15 kilómetros de Puerto Príncipe y a una profundidad de ocho kilómetros, informó el Geological Survey de Estados Unidos.
La geofísica Kristin Marano, de esa oficina, señaló que se trató del sismo más fuerte desde 1770 en lo que ahora es Haití. En 1946, un terremoto de magnitud 8.1 sacudió a República Dominicana y por añadidura al territorio haitiano, provocando un tsunami que mató a 1.790 personas.
El del martes parece haber ocurrido en lo que se conoce como una falla geológica "de rumbo", en la que los bloques de roca se deslizan horizontalmente, según el experto en terremotos Tom Jordan, de la Universidad de California del Sur.
La proximidad del terremoto con Puerto Príncipe probablemente causó un alto número de víctimas y de daño en infraestructura. Un sismo así "es un verdadero asesino", afirmó.
La mayoría de los nueve millones de habitantes de Haití viven en la pobreza, y tras años de inestabilidad el país no tiene reales estándares de construcción de infraestructura.
En noviembre de 2008, después del colapso de una escuela en Petionville, el alcalde de Puerto Príncipe estimó que alrededor de 60 por ciento de los edificios fueron mal construidos o son inseguros en circunstancias normales.
El terremoto del martes se sintió en República Dominicana, que comparte frontera con Haití en la isla de La Española. Algunos residentes de Santo Domingo entraron en pánico y salieron de sus casas, pero no se reportaron daños en esa ciudad.
En el este de Cuba, algunas casas se sacudieron, pero no hubo informes de daños significativos.
* Especial para IPS, de The Haitian Times.