Organizaciones defensoras de los derechos humanos creen que la decisión del gobierno de Estados Unidos de reforzar los controles de los viajeros procedentes de 14 países, en su mayoría islámicos, no serán eficaces y provocarán discriminación.
El gobierno de Barack Obama anunció el domingo que someterá a los ciudadanos de esas 14 nacionalidades que vuelen a Estados Unidos a mayores controles en los aeropuertos, incluido el registro exhaustivo y el uso de escáneres corporales.
Todos los ciudadanos de Afganistán, Arabia Saudita, Argelia, Líbano, Libia, Iraq, Nigeria, Pakistán, Somalia y Yemen deberán someterse a esos cacheos y a una revisión adicional de su equipaje de mano antes de abordar un avión destinado a Estados Unidos, anunciaron las autoridades.
Los ciudadanos de Cuba, Irán, Sudán y Siria, catalogados por Washington como "estados patrocinadores del terrorismo", también deben cumplir con el mismo requisito.
La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés), dependiente del Departamento de Seguridad Interna, informó que la mayoría de los viajeros internacionales serán sometidos a inspecciones aleatorias similares, aunque no sean ciudadanos de alguno de esos países.
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Pero el organismo niega que las nuevas disposiciones impliquen la realización de perfiles raciales, la práctica policial y de inteligencia que consiste en la elaboración de "perfiles criminales" o en la vigilancia selectiva de determinadas personas sobre la base de su origen racial y religioso.
"La TSA no hace perfiles. Como siempre, las medidas de seguridad de la TSA se basan en las amenazas, no en los antecedentes étnicos o religiosos", declaró la portavoz Kristin Lee.
"Sólo somos tan fuertes como nuestro punto más débil", dijo Cindy Farkus, encargada de programas de seguridad internacional de la TSA. "Siempre procuramos adelantarnos a dónde podrían surgir las amenazas".
Pero representantes de la organización Consejo Musulmán de Asuntos Públicos dijo a IPS que las nuevas disposiciones de la TSA son "una solución política a un problema de seguridad".
La directora de comunicaciones del Consejo, Edina Lekovic, exhortó la adopción de inspecciones basadas en la conducta y no en los perfiles raciales, y describió las disposiciones de la TSA como una "solución de perezosos, que posiblemente nos haga sentir bien, pero que de hecho solo crea lagunas que aumentan la inseguridad".
"Los extremistas violentos podrán identificar y aprovechar estas lagunas. Además, la nueva política socava profundamente el compromiso declarado del gobierno de Obama con los derechos civiles, la igualdad ante la ley y la necesidad de recomponer las relaciones entre Estados Unidos y el mundo musulmán", agregó.
Lekovic también reveló que integrantes de su comunidad le indicaron que los funcionarios de la TSA en el aeropuerto Dulles, en Washington, tienen instrucciones de realizar inspecciones adicionales a las mujeres con pañuelos en la cabeza. La versión no pudo confirmarse con la TSA.
Según la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), el gobierno debe "adherir a los estándares de sospecha individualizada y cumplir medidas de seguridad que representen la menor amenaza para las libertades civiles y cuya eficacia esté comprobada".
"Los perfiles raciales y los registros corporales sin objetivos específicos no cumplen esos criterios", determinó la organización.
"Debemos concentrarnos en investigaciones basadas en la evidencia, con objetivos definidos y fundamentadas en la sospecha individualizada, lo cual sería más coherente con nuestros valores y más eficaz que desviar los recursos hacia un sistema de sospecha colectiva", recomendó Michael German, asesor de seguridad nacional de la ACLU en Washington y ex agente del FBI (Oficina de Investigación Federal).
"Las políticas muy generales como los perfiles raciales y el registro corporal invasivo de todos los viajeros no solo violan nuestros derechos y valores, sino que también derrochan recursos valiosos y desvían la atención de las amenazas reales", advirtió.
Para la ACLU, el plan del gobierno de someter a los ciudadanos de algunos países a un registro discriminatorio más riguroso es una mala estrategia porque no hay forma de predecir el origen nacional de un terrorista y porque muchos terroristas surgieron de países que no están en la lista.
La organización mencionó el caso del "terrorista del zapato", Richard Reid, un ciudadano británico que en 2001 pretendió estallar con explosivos escondidos en sus zapatos un avión que recorría la ruta entre Paris y Miami. También eran británicos los cuatro responsables de los atentados con bomba en el metro de Londres, que mataron a 56 personas en 2005.
"El separar a los viajeros de unos pocos países específicos para someterlos a un registro mayor es esencialmente un pretexto para el perfil racial, que es ineficaz, inconstitucional y viola los valores estadounidenses", afirmó la ACLU.
"Los estudios empíricos de terroristas muestran que no existe un perfil del terrorista, y el utilizar un perfil que no refleje esa realidad sólo desviará los recursos al hacer que los agentes del gobierno se concentren en personas inocentes", señaló German.
"El perfil racial también puede ser contraproducente al socavar el apoyo de la comunidad a las gestiones antiterroristas del Estados y generar una injusticia que los terroristas pueden aprovechar para justificar más actos de terrorismo", agregó.
Nihad Awad, director ejecutivo de la organización Consejo de las Relaciones Americano-Islámicas, dijo en una declaración pública que "con estas disposiciones, casi todo estadounidense musulmán que viaje a visitar familiares o amigos o esté en peregrinación a la Meca automáticamente quedará marcado para ser sometido a inspecciones especiales de seguridad. Eso es realizar perfiles raciales".
"Aunque individualizar a los viajeros según su religión u origen nacional logre que algunas personas sientan mayor seguridad, sólo sirve para alienar y estigmatizar a los musulmanes y no hace nada para mejorar la seguridad en las aerolíneas", sostuvo.
"Todos apoyamos las medidas de seguridad eficaces que protejan al público viajero de un atentado como el del día de Navidad", dijo Awad. "Pero las políticas adoptadas como actos reflejo no resolverán este grave desafío para la seguridad pública".
El enlace de este Consejo ante el gobierno, Alejandro Beutel, dijo que "las nuevas directrices de la TSA representan una victoria propagandística a (la red radical islámica) Al Qaeda y otros grupos extremistas violentos, ya que privan a ciertos grupos de personas de sus libertades civiles basadas en su origen étnico y su país de origen".
"Llámele como quiera, pero esto es perfil religioso y étnico del peor tipo", opinó.
Varios juristas también criticaron las nuevas medidas.
"El peligro con los perfiles basados en la nacionalidad es que abarcan a gran cantidad de personas inocentes, pueden alienar a quienes necesitamos de nuestro lado si hemos de reducir el reclutamiento de Al Qaeda", dijo David Cole, profesor de Derecho de la Universidad de Georgetown, en Washington.
Ese tipo de estrategia, además, "nos quita la atención de aquellos, como Richard Reid y Zacarias Moussaoui, que son ciudadanos de otros países que no encajan en el perfil", añadió. Moussaoui es un ciudadano francés, procesado por conspiración para asesinar a ciudadanos estadounidenses, como parte de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.
El ex Secretario de Seguridad Interna, Michael Chertoff, comentó que "este caso ilustra el peligro y la tontería que implican los perfiles", en respuesta a los numerosos políticos que exigían la realización de perfiles raciales.
"Creo que no sólo son problemáticos desde el punto de vista de los derechos civiles, sino que, francamente, al final no son demasiado eficaces", sentenció.
Un informe del Departamento de Justicia de 2003 concluyó que "los perfiles raciales en la aplicación de la ley no solo son un error, sino también ineficaces".
Los supuestos basados en la raza "perpetúan los estereotipos raciales, que son perjudiciales para nuestra rica y diversa democracia y empañan materialmente nuestros esfuerzos por mantener una sociedad justa", determinó el reporte.
Varias autoridades de seguridad en el transporte recomendaron que Estados Unidos adopte las prácticas de registro que utilizan los aeropuertos y las empresas de aviación de Israel.
La aerolínea israelí El Al, una de las más seguras del mundo, dedicó años a desarrollar métodos de inspección basados en la conducta de los pasajeros, y no en su aspecto, vestimenta o país de origen.