La acordada, aunque dudosa, solución a la crisis financiera mundial fue que individuos y gobiernos de los países más ricos pudieran pedir prestado más para gastar más. Sin embargo, crece el número de personas que no podrán ni pedir ni gastar.
Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) divulgado el miércoles muestra alarmantes niveles de desempleo en los países del Norte.
El índice de desempleo en las economías industrializadas saltó a 8,4 por ciento en 2009, contra seis por ciento en 2008 y 5,7 por ciento en 2007, indica el estudio.
«Se estima que el número de desempleados en (las economías industrializadas y en) la región (de la Unión Europea) creció más de 13,7 millones entre 2007 y 2009, con un incremento de casi 12 millones de desempleados solo en 2009», indica.
A pesar de representar menos de 16 por ciento de la fuerza laboral global, las «economías industrializadas y la región de la Unión Europea respondieron por más de 40 por ciento del incremento de la desocupación mundial desde 2007», indica el informe.
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«Se espera que el desempleo en las economías industrializadas y en la Unión Europea permanezca elevado, con un proyectado incremento en la tasa de desocupación regional a 8,9 por ciento en 2010», añade.
«Esas son cifras dramáticas», dijo a IPS el jefe de la unidad de tendencias de empleo de la OIT, Jeff Johnson, en entrevista desde Ginebra.
De los 6.000 millones de habitantes del planeta, 3.000 millones son económicamente activos. Entonces, cuando se dice que, de estos, 212 millones están desempleados, no parece mucho. Pero 1.500 millones de ellos, cerca de la mitad, tienen empleos precarios.
«El desempleo es la punta del iceberg. El tema a largo plazo es un enorme déficit de trabajo decente en todo el mundo».
Esencialmente, el informe también dice que los países pobres parecen haber perdido menos porque, en primer lugar, tienen menos qué perder.
No obstante, parece que ser desempleado en un país industrializado, relativamente hablando, es casi un privilegio.
«La mayoría de los trabajadores en los países industrializados tienen un mecanismo de protección social, en términos de sistemas de seguro por desempleo, mientras que en el Sur muchas veces no lo tienen», dijo Johnson.
«Pueden ir y solicitar protección por desempleo, por lo cual cuentan con un mecanismo de sustitución de ingresos», añadió.
«Si tienes a una persona en Etiopía, en una fábrica que cierra, no hay protección, tienen que ser capaces de proveer un sustento por ellos y sus familias, y entonces van y consiguen cualquier empleo», indicó.
«Pueden abrir algo como un pequeño puesto de comidas, pero trabajarán. En el Norte, se hace una transición al desempleo. En el Sur, hacen una transición al empleo precario».
Según el informe, en muchos países industrializados, el trabajo asalariado «puede llegar hasta 90 por ciento, mientras que en muchos países en desarrollo puede ser tan bajo como 20 por ciento, e incluso 10 por ciento», explicó Johnson.
Pero hay otras formas en las que las estadísticas pueden disimular más de lo que revelan. Según la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, el desempleo en ese país afecta a 10 por ciento de la mano de obra potencial, o 15,4 millones de personas. Sin embargo, el número real podría de hecho ser mayor.
El número no incluye a individuos que han renunciado a buscar trabajo, explicó Heather Boushey, economista del Centro para el Progreso Estadounidense, con sede en Washington.
«Ese 10 por ciento se basa en un estudio de hogares realizado por el BLS todos los meses, preguntando ¿Estaba usted disponible para trabajar la semana pasada y estaba buscando trabajo activamente?», explicó
«La cifra probable es de alrededor de 17,2 por ciento, dijo Boushey. «La mayoría de los economistas piensan que el índice de desempleo permanecerá alto a lo largo de 2010 y probablemente seguirá aumentando por algunos meses», añadió.
«Debido que el crecimiento fue de solo 2,2 por ciento en el tercer trimestre, y a que todos los economistas dicen se debió principalmente al paquete de recuperación, hay mucha preocupación porque la expansión económica sea lenta en 2010. Si eso es verdad, será difícil reducir la tasa de desempleo», sostuvo Boushey.
Menos empleo significa menos compra. «Setenta por ciento de la economía estadounidense es conducida por la demanda de los consumidores, por el consumo», señaló.
«No puedes tener una robusta recuperación si tienes un número sin precedentes de personas sin trabajo», añadió. Y, por esa razón, la caída del consumo en Estados Unidos, debido en parte también al aumento de los ahorros, va a herir la economía y a los empleos en el resto del mundo, que tiene a ese país como gran mercado.
Algo similar ocurre en Europa occidental, donde el desempleo se agrava aunque los economistas oficiales prometen una recuperación.
En Francia también creció el desempleo a 10 por ciento. «Entre los jóvenes menores de 25 años, la desocupación es mucho peor, y afecta a casi 25 por ciento de la población», dijo a IPS Philippe Frémeaux, ex director de la Agencia para la Investigación y Proyección Económica y ahora editor en jefe de la revista mensual Alternative Economiques.
«La crisis seguirá destruyendo empleos, lo que afectará la demanda interna», dijo a IPS el director del Observatorio Económico Francés, Xavier Timbeau. «Además, bancos y compañías de seguros sufrieron pérdidas de más de un billón de euros, y afrontan oscuras perspectivas».
Las propias estadísticas son a veces inciertas, incluso las oficiales. En Alemania, la Agencia Federal de Empleo prevé que el número de desocupados aumentará a 4,1 millones este año. En diciembre reportó un total de 3,3 millones de desempleados, esto es, alrededor de 8,1 por ciento de la fuerza laboral.
No obstante, la Oficina Federal de Trabajo señaló que ha ido cambiando la tendencia en los últimos meses, y que el número podría detenerse en cuatro millones, aunque se espera un aumento en la desocupación este año.
Mientras, en Gran Bretaña, se prevé un continuo incremento en el desempleo al menos hasta mediados de este año, y llegaría a 2,8 millones.
Algunas cifras hablan de una desempleo de 4,3 por ciento en China, pero el cálculo más aceptado para las áreas urbanas es de entre ocho y 10 por ciento. Y, otra vez, estas cifras podrían referirse explícitamente a la desocupación, sin incluir el subempleo.
Si se añade la cifra oficial de personas sin trabajo en países tan grandes como China e India a la de las personas con empleos precarios o que trabajan en la pobreza, se llega a una cifra gigantesca.
La tasa de desempleo en India se ubica oficialmente en 7,32 por ciento. Y, como en China, la cifra real seguramente sea bastante más alta. En ambos casos, dado el tamaño de su población, esto quiere decir que los números reales son enormes.
*En esta serie de tres informes, corresponsales de IPS analizan el efecto de la recesión en el empleo, los esfuerzos para que los gobiernos sean más cercanos a la gente y las medidas adoptadas en países en desarrollo para reducir la dependencia del mundo industrializado.