La caída de siete de los 60 bancos que tiene Venezuela permitió al presidente Hugo Chávez iniciar una cruzada anticorrupción, mientras sus opositores muestran presuntos lazos entre funcionarios y empresarios súbitamente enriquecidos.
Uno de los más cercanos colaboradores del mandatario, Jesse Chacón, debió renunciar a su cargo de ministro de Ciencia y Tecnología para franquear el paso a investigaciones, porque su hermano, Arné Chacón, fue detenido junto a otros siete dueños y directivos de bancos mientras la policía busca a una veintena de ejecutivos más.
"Los bancos intervenidos estaban dirigidos por delincuentes; quienes cometieron las irregularidades son estafadores. Unos están presos, a otros los están buscando. Estamos arreglando un entuerto que hizo una parte de la banca privada y sus redes de negocios especulativos", dijo Chávez en una de sus intervenciones sobre el tema.
La crisis estalló a mediados de noviembre, cuando cuatro pequeños bancos propiedad de Ricardo Fernández fueron intervenidos a puertas abiertas, es decir con posibilidad de retirar los depósitos. A fines de ese mes, en vista de las irregularidades comprobadas, la intervención cambió a puertas cerradas y hubo corridas de depositantes en otras instituciones financieras.
"No se equivoquen, aquí lo que va a caer es el sistema privado de bancos, no Chávez. Y le digo a todos los banqueros: el que se resbale, pierde; le quito el banco sin importar el tamaño. No tengo problema en nacionalizar toda la banca" si hace falta, clamó el mandatario.
La Fiscalía General comenzó a librar órdenes de captura contra banqueros como Chacón y Fernández, y la prensa publicó informes que relacionaban a los investigados con funcionarios del círculo más próximo al presidente.
Hubo reacciones de desencanto. Gabriela García, de 65 años, depositante en uno de los bancos intervenidos, dijo a IPS en Caracas que en esa entidad tenía sus " de años de trabajo". "Seguramente me los devolverán, pero me quedará la desconfianza de cuál será el próximo banco en caer y qué decidirá el gobierno entonces", añadió.
Desde San Cristóbal, ciudad del sudoeste fronterizo con Colombia, Genaro Rodríguez, un inmigrante del vecino país que manufactura y empaca dulces y chocolates, dijo a IPS que está "sacando todo el dinero que tenía en tres cuentas de bancos".
Piensa reunirlo y llevárselo a Colombia, donde perderá con el cambio, pero igual prefiere hacerlo porque "una parte quedará segura". El Ministerio de Finanzas y la Superintendencia de Bancos presentaron un esquema para devolver a cada uno de las decenas de miles de ahorristas sus depósitos hasta un total de 4.600 dólares. En tanto que Chávez cambió su discurso hacia el ofrecimiento de garantías sobre la solidez de la banca privada, tras agradecer la cooperación de las principales instituciones.
"No se dejen llevar por los rumores, los necesitamos de nuestro lado. Esta revolución fortalece la propiedad privada", dijo entonces el mandatario. "Tomaré medidas drásticas de ser necesario", y "que vaya a prisión todo el que tenga que ir", agregó.
Los banqueros involucrados en el escándalo "son unos rateros de cuello blanco", escribió Chávez en su columna dominical de prensa.
"Pero aquí los delincuentes de cuello blanco van a parar a la cárcel", aseguró.
"En este momento buena parte del país ve a Chávez transfigurado en un San Jorge, que lanza en ristre va contra el dragón de la corrupción, embistiendo contra los ricos y contra algunas figuras de su entorno histórico", opinó Teodoro Petkoff, editor del diario opositor Tal Cual.
En cambio, el analista político Manuel Malaver dijo a IPS que "esta es una derrota política e ideológica para Chávez, porque al cabo de años pregonando un socialismo debe admitir, muy a su pesar, que la banca que favoreció no funciona sino la que sigue patrones capitalistas, que son los principales del país".
Los expertos concuerdan en alabar la sagacidad del mandatario, que ha presentado como un compromiso contra la corrupción la purga en el entorno empresarial que rodea a su gobierno y que sus opositores llaman "boliburguesía", aludiendo a ejecutivos aceleradamente enriquecidos por su vecindad con el partido chavista.
La estatización y reorganización de los bancos intervenidos por irregularidades, más las entidades que ya poseía el gobierno, dejan en sus manos una cuarta parte del negocio financieros en Venezuela.
El Estado es dueño de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), una de las mayores empresas del Sur en desarrollo y proveedora de 90 por ciento de las divisas que ingresan al país, y de otras 12 de las primeras 15 firmas nacionales. Con las estatizaciones que Chávez ordena constantemente ha reunido hasta ahora en las arcas públicas desde hoteles hasta fábricas de jugos.
Pero un misterio, al margen de los fríos datos económicos, es cuánto erosionará o apuntalará al gobierno esta crisis de algunos bancos y la divulgación de presuntos lazos entre colaboradores del presidente y empresarios que usufructuaban recursos públicos.
Henry Ramos, secretario general del partido opositor Acción Democrática, dijo a IPS que "es imposible que Chávez desconociera el entramado de la corrupción, por ejemplo que un hermano del ministro Chacón hubiese comprado un banco hace tres años, después de no tener un centavo".
Chávez en sus intervenciones ha dicho que "la revolución (su gobierno) tenía los radares apagados.
¿Cómo es posible que Arné Chacón, un pata-en-el-suelo (expresión coloquial venezolanisma que identifica a quien no puede comprar ni sandalias), de pronto aparezca como dueño de un banco y (costosos) caballos de carrera?"
Según las denuncias de Ramos, "una docena de boliburgueses, entre los que se encuentran Rafael Ramírez, ministro de Energía y presidente del gigante estatal Pdvsa, y Alejandro Andrade, tesorero de la Nación, coaligados con empresarios se han enriquecido mucho más rápido que los narcotraficantes".
Parte del enriquecimiento provendría de contratos diversos con el Estado, en particular de seguros, y de la manipulación cambiaria con títulos de deuda de Argentina y otros países, por miles de millones de dólares.
Esos bonos fueron pagados a la tasa de cambio oficial y luego colocados en instituciones que trabajaban con el Estado a un precio muy superior en bolívares, según las denuncias procesadas por Ramos.
El caso de Fernández sería emblemático, porque emergió como importador y luego empresario agroindustrial durante la huelga patronal y sindical de diciembre de 2002 y enero de 2003 que pretendió forzar la renuncia de Chávez y amenazó el abastecimiento del país en materia de alimentos y combustibles.
Convertido luego en gran abastecedor de las redes gubernamentales que venden en todo el país alimentos a precios subsidiados, Fernández acumuló una fortuna que la prensa local estima en más de 1.500 millones de dólares.
Al incursionar en el negocio bancario adquirió una entidad y luego otras tres, usando el dinero de depósitos públicos, según las denuncias. Sólo se estrelló cuando este noviembre intentó comprar una de las tres firmas de telefonía digital que operan en el país, sin demostrar satisfactoriamente el origen de los fondos, según el gobierno.
Los denunciantes desde la oposición sostienen que Fernández es apenas "la punta del iceberg" de la corrupción que involucraría a altos mandos del gobierno.
Una investigación del diario conservador El Universal, de Caracas, mostró nexos entre banqueros y otros empresarios, detenidos o prófugos, con Chacón, Andrade y Ramírez, pero también con Adán Chávez, gobernador del sudoccidental estado de Barinas y hermano del presidente, y con el ministro de Obras Públicas, Diosdado Cabello.
También señaló como asociados a las redes al ex vicepresidente José Vicente Rangel, al ex ministro de Educación y ex alcalde caraqueño Aristóbulo Istúriz, y al general Hugo Carvajal, director de la Inteligencia Militar.
Malaver dijo que "entre 1993 y 1995 Venezuela vivió una crisis bancaria, que forzó la estatización de 60 por ciento del sector, pero entonces se trató de empresarios que aprovecharon la situación económica, pero en esta oportunidad se trata de individuos que han utilizado en su beneficio los resortes del poder y su cercanía con él".