El atentado fallido contra un avión de una aerolínea de Estados Unidos por un nigeriano presuntamente relacionado con la organización radical islámica Al Qaeda despertó la atención de los medios de este país hacia Yemen, el más pobre de los países árabes.
El atentado del día de Navidad, frustrado por pasajeros que neutralizaron al presunto terrorista Umar Farouk Abdulmutallab, de 23 años, mientras intentaba explotar una bomba, podría hacer que Washington incremente la ayuda militar y económica al régimen del presidente yemení Alí Abdulá Saleh, como exhortan influyentes centros de investigación en esta capital.
Abdulmutallab habría sido entrenado en Yemen por la red radical islámica Al Qaeda.
El incidente también podría reanudar la discusión sobre si la "sede central de Al Qaeda", ubicada en la frontera de Afganistán y Pakistán, constituye el "epicentro del extremismo violento", como aseguró el presidente Barack Obama cuando anunció a principios de mes el envío de 30.000 soldados más a territorio afgano, o si grupos de estructura más flexible representan ahora una mayor amenaza para la seguridad de Estados Unidos.
"Este intento de atentado no parece tener conexión alguna con Afganistán", comentó el lunes a la revista Newsweek el analista Paul Pillar, experto sobre Asia que argumentó en contra de la escalada de la presencia militar estadounidense en Afganistán.
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"El incidente nos recuerda que para contraatacar este tipo de terrorismo no es cuestión de tener el control sobre determinados trozos de bienes raíces extranjeros sino de un trabajo menos visible realizado por los servicios de inteligencia y la ley", agregó.
En una breve aparición el lunes para anunciar medidas de control más rigurosas y tranquilizar a los viajeros sobre la seguridad de la aviación comercial, Obama destacó que está decidido a castigar a quienes ayudaron a Abdulmutallab, aunque no mencionó a Al Qaeda de manera expresa.
"No descansaremos hasta hallar a todos los involucrados", dijo en Hawai, donde se encuentra de vacaciones con su familia.
"Utilizaremos cada elemento de nuestro poder nacional para desbaratar, desmantelar y derrotar a los extremistas violentos que nos amenazan, sean de Afganistán o Pakistán, Yemen o Somalia, o de cualquier lado donde estén tramando atentados" contra Estados Unidos, agregó.
En un mensaje que apareció el lunes en varias páginas islámicas radicales en Internet, el grupo Al Qaeda en la Península Arábiga asumió la responsabilidad por el atentado fallido en el vuelo de Northwest Airlines que llegaba a Detroit desde Ámsterdam. Abdulmutallab había viajado a Ámsterdam de Lagos el 24 de este mes.
Según los informes, Abdulmutallab dijo a sus interrogadores que había recibido entrenamiento y explosivos de Al Qaeda en Yemen, algo que las autoridades procuran confirmar.
El explosivo utilizado por el presunto terrorista, PETN, fue el mismo empleado en agosto por otro integrante de Al Qaeda en un fallido intento de asesinato del príncipe Mohammed Bin Nayef, el director del programa antiterrorista de Arabia Saudita, señalaron funcionarios.
El padre de Abdulmutallab, un destacado banquero nigeriano que habría advertido a las autoridades de Estados Unidos y Nigeria sobre la aparente radicalización de su hijo desde que se graduó del University Collage de Londres, dijo que el joven viajó a Yemen, donde nació su madre, en el otoño boreal antes de romper todo contacto con la familia en noviembre.
En su mensaje por Internet, Al Qaeda en Península Arábiga sostuvo que el atentado fallido se llevó a cabo en represalia por las incursiones de las fuerzas de seguridad de Yemen contra presuntos escondites de la organización en tres ciudades. Las autoridades afirman haber matado a 34 combatientes islámicos, entre ellos comandantes, y arrestado a 17 más.
Las redadas contaron con apoyo de "los servicios de inteligencia y la capacidad bélica" de Estados Unidos, explicó a la prensa de esta capital un funcionario de Washington. Posteriormente, funcionarios yemeníes negaron que misiles crucero o aviones no tripulados estadounidenses hayan participado de las incursiones. En homenaje a los muertos en las incursiones, un integrante de Al Qaeda en Península Arábiga llamó a tomar represalias contra "Estados Unidos y sus agentes", según una traducción de IntelCenter, una empresa privada que investiga actividades terroristas. "Llevamos una bomba para golpear a los enemigos de Dios", dijo.
Una semana después de esas incursiones, aviones de guerra yemeníes bombardearon un complejo en la provincia austral de Shabwa, donde el gobierno dijo que se reunían jerarcas de Al Qaeda en Península Arábiga.
Más de 30 combatientes islámicos murieron en la incursión, incluso el líder del grupo, Nasir al-Wuhayshi, y su segundo en el mando.
También habrían muerto Anwar al Aulaqi, un clérigo yemení nacido en Estados Unidos que mantuvo contacto por correo electrónico con el mayor del ejército estadounidense que en noviembre mató a 13 de sus compañeros soldados en Fort Hood, Texas. Pero la familia de Aulaqi niega que haya estado presente en el lugar de la redada.
Otros 29 integrantes de Al Qaeda en Península Arábiga fueron arrestados el lunes por tramar atentados contra varios objetivos gubernamentales y la embajada británica en la capital de Yemen, Sana'a, afirmaron fuentes oficiales.
Un artículo del diario The New York Times el lunes aseguraba que Washington ha proporcionado cada vez más asistencia militar y de inteligencia, mayormente encubierta, a ese país.
La ayuda incluye a agentes de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) y comandos de las Fuerzas de Operaciones Especiales que comenzaron a entrenar a las fuerzas de seguridad yemeníes en tácticas antiterroristas, agregó el diario.
Washington duplicará esa ayuda, a más de 70 millones de dólares, en los próximos 18 meses, según el New York Times.
Las visitas que el director del Comando Central de Estados Unidos, el general David Petraeus, y el jefe de antiterrorismo de Obama, John Brennan, realizaron por separado a Yemen a fines del verano boreal representaron un "punto de inflexión" para lograr que el presidente Saleh hiciera de Al Qaeda una prioridad de su gobierno, según el artículo de prensa.
El gobierno central se enfrenta a un movimiento separatista en el sur y, más acuciante, a una fuerte insurgencia en el norte, donde se encuentra la comunidad chiita zaydi, que compone la tercera parte de los 23 millones de habitantes. Hasta hace poco, el gobierno de Yemen consideraba a ambos elementos una amenaza mayor para su seguridad que Al Qaeda.
En un informe publicado en noviembre, el influyente Center for a New American Security (CNAS) varios de cuyos investigadores ahora trabajan para el gobierno de Obama advirtió que Yemen, el más pobre de los países árabes, "yace hoy sobre el filo de la navaja".
El CNAS pidió a Washington que incremente la ayuda militar y de desarrollo a Yemen como parte de una estrategia mayor de contrainsurgencia para asegurar la supervivencia del estado y repeler la creciente amenaza de Al Qaeda.
Washington planea proporcionar casi 40 millones de dólares de ayuda económica al gobierno en 2010, frente a 24 millones este año.
El CNAS también solicitó a Washington que busque una solución política a la rebelión en el norte, para que "el gobierno pueda tomar con mayor seriedad la amenaza que representan terroristas trasnacionales presentes en territorio yemení".
*El blog de Jim Lobe sobre la política exterior de Estados Unidos puede leerse en inglés en http://www.ips.org/blog/jimlobe/.