La población cubana recibió con cierta decepción informes oficiales sobre el desempeño económico del país en el año que finaliza y las proyecciones para 2010, que no prevén un desahogo a corto plazo en sus vidas cotidianas.
"Esperaba anuncios importantes, medidas que alivien la situación", dijo a IPS una maestra de enseñanza primaria, madre de dos hijos, tras escuchar a las autoridades el fin de semana. Contrario a sus deseos, el mensaje que dejó la segunda y última reunión anual del parlamento cubano apunta a que, si 2009 fue complejo, el nuevo año no será mejor.
"Tengo conciencia de las expectativas y honestas preocupaciones, expresadas por los diputados y los ciudadanos en cuanto a la velocidad y profundidad de los cambios que tenemos que introducir en el funcionamiento de la economía, en aras del fortalecimiento de nuestra sociedad socialista", admitió el presidente de Cuba, Raúl Castro, al término de las sesiones.
Castro agregó que "en la actualización del modelo económico cubano, cuestión en la que se avanza con un enfoque integral, no puede haber espacio para los riesgos de la improvisación y el apresuramiento".
"Es preciso caminar hacia el futuro, con paso firme y seguro, porque sencillamente no tenemos derecho a equivocarnos", advirtió.
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Algunos analistas concuerdan con esa estrategia, aunque alertan que el tiempo es un factor que a la larga podría jugar en contra. "Seguimos alargando los plazos (
). Estamos contrarreloj", comentó a IPS una fuente académica que prefirió no ser identificada. En su opinión, resulta determinante saber hacia qué modelo se orienta el país en lo económico-social y político.
En todo caso, investigadores consideraron positivo el anuncio del ministro de Economía y Planificación, Marino Murillo, de que ya se trabaja en la proyección de la economía a mediano plazo. "Llevamos muchos años respondiendo a emergencias. Hace falta un programa, una línea que defina hacia dónde vamos", reiteró un académico.
Una resolución económica emitida en el V Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), en 1997, trazó las proyecciones para los cinco años subsiguientes. Pero la sexta cita partidista, que debió realizarse en 2002, viene siendo postergada desde entonces y los lineamientos de su quinta edición fueron superados por el tiempo.
Al respecto, Murillo admitió que la compleja situación económica internacional y su impacto en Cuba, junto al trabajo que "demanda la realización del próximo Congreso del PCC, hacen necesario contar con una visión perspectiva de las posibilidades de desarrollo del país a mediano plazo".
Según el titular, una proyección preliminar para el período 2011-2015 que prepara el gobierno debe quedar concluida en el primer trimestre del próximo año, "con la participación de todos los organismos de la administración central del Estado y los Consejos de Administración Provinciales".
"Nos guiamos por la máxima de que si en épocas normales la planificación es un instrumento imprescindible para la labor de dirección, en el complejo escenario que estamos viviendo se convierte en una necesidad vital para excluir los riesgos que entrañan la improvisación y la falta de integralidad", remató Castro.
Según los informes presentados en la última de las dos sesiones anuales del parlamento cubano, la economía creció 1,4 por ciento este 2009, mientras que lo planificado inicialmente era de seis por ciento. La razón de este cambio es atribuida al impacto de la crisis financiera global y a la onda expansiva de los tres ciclones que afectaron el país en 2008, entre otros factores,
La comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) había previsto en su balance preliminar de las economías latinoamericanas que el producto interno bruto (PIB) cubano crecería este año sólo de uno por ciento, teniendo en cuenta el incremento de 0,8 por ciento en el primer semestre.
El gobierno de Castro debió reducir en dos ocasiones su meta de crecimiento para 2009. Primero de seis a 2,5 y luego a 1,7 por ciento. En 2010 se propone crecer 1,9 por ciento, meta considerada realista por sectores económicos, entre otras razones por la "incertidumbre ante el curso posible de la crisis global".
En ese contexto, se prevén nuevos recortes en los programas sociales para liberar al Estado del exceso de subsidios y gratuidades. "Estamos seguros de que, sin afectar la calidad de la salud y la educación que se brinda gratuitamente a todos los ciudadanos, e incluso mejorándola, es posible reducir de modo apreciable los gastos", afirmó Castro.
Fuertes rumores de que como parte de esa política podría ser suprimida la libreta de abastecimiento, un sistema que garantiza una cantidad mínima de productos a toda familia cubana, quedaron descartados por el momento con el anuncio del titular de Economía de que se presupuestaron casi 2.000 millones de dólares para esa canasta básica.
Aunque sólo resuelve una parte de las necesidades alimenticias a precios subsidiados por el Estado, entre sectores de menores ingresos existe preocupación por la eventual eliminación de ese sistema. Al parecer, el tema de comenzar a subsidiar personas en vez de productos está aún en estudio por parte de las autoridades. De otra parte, el gobierno negocia con varios de sus acreedores externos la reprogramación de sus deudas y decidió priorizar el fomento de aquellas actividades que aseguran ingresos y sustituyen importaciones, así como la producción de alimentos, para de reducir paulatinamente la dependencia existente del mercado exterior en esta materia.
En la reunión parlamentaria se recordó nuevamente que la política hostil de Estados Unidos y el embargo económico y comercial impuesto a Cuba, pese al rechazo de la comunidad internacional, agrava sus dificultades financieras y de todo tipo. Según el mandatario cubano, Washington sigue alentando "la subversión abierta y encubierta" contra su país.
No obstante, Castro renovó su voluntad de "solucionar definitivamente el diferendo con Estados Unidos, a partir de un diálogo respetuoso, entre iguales, sobre cualquier asunto, sin menoscabo para nuestra independencia, soberanía y autodeterminación".