DDHH-ZIMBABWE: Mugabe acusado de orquestar violaciones

«Cuando el décimo hombre terminó de violarme, dijo que también iban a violar a mi hija. Grité, pero ni siquiera podía pararme. Ellos violaron a mi hija (mientras) yo estaba allí y no pude hacer nada para detenerlos. Ella tenía cinco años».

Este testimonio es de una mujer de Harare, una de las 70 sobrevivientes que prestaron declaraciones juradas para el informe de AIDS-Free World titulado "Electing to Rape: Sexual terror in Mugabe’s Zimbabwe" ("Eligiendo violar: Terrorismo sexual en el Zimbabwe de Mugabe").

AIDS-Free World es una organización internacional que promueve respuestas globales más urgentes y efectivas ante el VIH (virus de inmunodeficiencia humana), causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida).

Presentado el jueves en Johannesburgo en ocasión del Día de los Derechos Humanos, el informe sirve dfe llamado a los líderes mundiales para dejar de ignorar la violencia perpetrada contra la población de Zimbabwe y a declarar crimen de lesa humanidad a la violación sistemática de mujeres antes durante y después de las elecciones de 2008.

"El informe establece de modo inequívoco que Robert Mugabe y sus secuaces fueron culpables de crímenes contra la humanidad", dijo el codirector de AIDS-Free World, Stephen Lewis.
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"La campaña de violencia sexual, sistemática y políticamente orquestada, desatada contra las mujeres que apoyaban al opositor Movimiento por el Cambio Democrático (MDC), marca otro capítulo más en los anales del legado de depravación de Robert Mugabe", agregó.

A lo largo de 11 meses, AIDS-Free World pasó unas 300 horas con su equipo legal, entrevistando a decenas de mujeres que describieron golpizas brutales, violaciones por parte de pandillas, secuestros y torturas a manos de personas a las que señalaron como claramente identificables como jóvenes de las milicias de la Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (ZANU-PF) o veteranos de guerra.

Betsy Apple, directora legal y asesora general de la organización, dijo que el informe de 64 páginas, que documenta 380 violaciones cometidas por 241 perpetradores en 10 provincias de Zimbabwe, será usado para presentar una demanda legal contra Mugabe y los perpetradores.

Nueve de las mujeres entrevistadas dijeron haberse infectado con VIH/sida a consecuencia de las violaciones, y los análisis de otras 17 dieron positivos en los meses posteriores a los ataques sexuales, lo que plantea la posibilidad de que sus violadores las hayan contagiado. Además, 10 mujeres quedaron embarazadas en esos incidentes.

Por otra parte, 96 por ciento de las mujeres testificaron que los hombres que las violaron hicieron alguna clase de declaración política, indicando que eran de la ZANU-PF, o que estaban atacándolas a causa de la participación femenina en el MDC, o por ambas cosas.

"Mientras me violaban me dijeron que debía unirme a la ZANU-PF y renunciar al MDC. Simultáneamente pude ver y oír a otras mujeres siendo violadas a mi alrededor", relató una mujer.

Otra mujer de Harare recordó: "Mientras me violaba dijo que tenía una enfermedad de transmisión sexual, así que quería que yo muriera por esa causa. Luego de violarme, ellos dijeron que yo iba a morir por el VIH".

Lewis señaló que el informe fue el primer paso en la búsqueda de justicia para las víctimas de violencia en Zimbabwe y otros países donde ocurren violaciones a los derechos humanos, y que ahora estaban determinados a realizar un seguimiento de estos casos.

También dijo que la organización hará un sondeo entre los líderes de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC), así como los de la Unión Africana, y otros actores clave para actuar contra estas atrocidades.

"La ira se suscita cuando uno se da cuenta de que quienes pueden poner fin a la locura, que (tienen el) poder para librar a Zimbabwe de Robert Mugabe, para poner fin al reinado del terrorismo sexual, para estrangular la cultura de la impunidad, para impedir que los horrores de las últimas elecciones vuelvan a ocurrir en las próximas, aquellos que tienen el poder se niegan a ejercerlo", enfatizó Lewis.

El codirector de AIDS-Free World continuó diciendo que, al negarse a tomar medidas contra Mugabe, los países individuales, sub-regiones, regiones enteras y la comunidad internacional eran cómplices de lo que el presidente zimbabwense estaba haciendo, y de los crímenes contra la humanidad.

La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, dijo el año pasado que "el Consejo de Seguridad de la ONU y los tribunales internacionales han establecido claramente que la violación y otras formas de violencia sexual pueden equivaler a crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Los perpetradores deberían ser llevados a la justicia si se quiere frenar los ciclos de violencia y de represalia brutal".

Apple se hizo eco de las palabras de Pillay y dijo que aunque se realizó una reunión "tranquilamente" con varios miembros del gobierno de unidad nacional, los ministros expresaron su incapacidad de hacer frente a los crímenes internamente, a consecuencia de las actuales limitaciones legales dentro de Zimbabwe.

Otras opciones legales incluyen el derecho sudafricano, que permite juzgar crímenes contra la humanidad siempre y cuando el o los perpetradores pisen suelo sudafricano, explicó Apple.

La región tiene la obligación de usar otras opciones legales, agregó.

La escritora y activista zimbabwense por los derechos humanos Elinor Sisulu dijo que le resultó difícil leer el informe, porque éste señalaba que tres o cuatro generaciones de mujeres del país se convirtieron en víctimas de violaciones políticamente motivadas y de todos modos persistía la impunidad en el plano nacional e internacional.

"Como activista por los derechos humanos he oído esta historia de varias formas, y las 70 mujeres de este informe son apenas un pequeño porcentaje de las mujeres afectadas", dijo Sisulu.

Las poblaciones negras de la clase trabajadora, tanto rural como urbana, fueron las más afectadas, según ella.

"La clase trabajadora es la más vulnerable porque carece de los recursos para actuar y constituye la masa de votantes", sostuvo.

Sisulu opinó que es trágico que el Programa de Acción Global no aborde los asuntos reales que enfrenta la sociedad, y que el conflicto podría volverse un problema crónico para la región si los líderes de la SADC no le prestan atención específicamente.

"De hecho, el mensaje es que estos temas deberían barrerse bajo la alfombra a fin de llegar a acuerdos políticos", dijo.

El informe señala que la ZANU-PF usó a milicias jóvenes y veteranos de guerra como escuadrones del terror para intimidar e impedir que partidarios del MDC votaran por la oposición, y que esta campaña se remonta a por lo menos el año 2000.

"Leer el reporte es llorar e indignarse simultáneamente. Los relatos de las violaciones contados por las mujeres mismas —vívidos, horribles, incomprensibles— hacen que uno se pregunte nuevamente cómo son posibles semejantes cosas al final de la primera década del siglo XXI", dijo Lewis.

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