Un año después de la ofensiva israelí contra el territorio palestino de Gaza con artillería pesada, bombardeos aéreos y varias incursiones de fuerzas terrestres, aparecen cada vez más investigaciones que acusan al Estado judío de cometer crímenes de guerra.
Hamás (Movimiento de Resistencia Islámica) controla Gaza desde junio de 2007. Un año antes había obtenido la mayoría en las elecciones legislativas palestinas.
Israel decidió ahora arremeter contra organizaciones no gubernamentales (ONG) como Amnistía Internacional, Christina Aid, Oxfam, Trocaire, Finn Church Aid, Diakonia y Cordaid, mediante una investigación que contradice las de ellas.
Lo que desató la ira de Israel fue el estudio conjunto "Failing Gaza: No rebuilding, no recovery, no more excuses" ("Fracaso en Gaza: ni reconstrucción ni recuperación, no más excusas"), divulgado este mes por esas organizaciones con sede en Europa.
"Las organizaciones explotan principios morales, legales y humanitarios para promover una guerra política contra Israel. Muchas de las acusaciones de su estudio no se basan sobre pruebas creíbles y reflejan su doble discurso", señaló Gerlad Steinberg, presidente de la organización de derecha NGO Monitor.
"Mediante su sistemática parcialidad en lo que respecta a Israel, esas ONG perdieron respetabilidad y los gobiernos europeos que financian sus ataques comparten la responsabilidad por el atropello", sostuvo Steinberg.
Las ONG que operan en el atribulado Medio Oriente tienen la convicción de que pueden sortear la brecha que separa a israelíes y palestinos e impulsarlos a presionar a sus gobiernos para que reaviven el proceso de paz.
Israel se siente cada vez más aislado por el llamado informe Goldstone sobre crímenes de guerra perpetrados por su ejército durante la Operación Plomo Fundido, del 27 de diciembre de 2008 al 18 de enero de 2009, que le costó la vida a 1.400 personas y más de 5.000 heridas, la mayoría de ellos civiles.
El informe fue dirigido por Richard Goldstone, ex miembro de la Corte Constitucional de Sudáfrica y ex jefe de fiscales de los tribunales internacionales para juzgar crímenes de guerra y actos de genocidio en Ruanda y en la antigua Yugoslavia. Además, es judío y se define como sionista.
El documento encomendado por las Naciones Unidas detalla crímenes de guerra perpetrados por Israel y Hamás, lo que le valió críticas mordaces de organizaciones favorables al gobierno israelí.
El gobierno derechista del Estado judío de mano dura trata de defenderse arremetiendo contra las ONG que abogan por la paz.
Durante años, organizaciones israelíes de derechos humanos y por la paz recibieron asistencia financiera y respaldo moral de muchos gobiernos europeos y, en menor medida, de Washington.
Además, muchos estudios de ONG internacionales fueron realizados con apoyo de activistas israelíes a favor de la paz.
Los intentos de desacreditar a las organizaciones pacifistas se intensifican conforme aumentan las denuncias de violaciones de derechos humanos y continúa la actividad de expansión en los asentamientos judíos en territorios palestinos, en contra de lo que reclaman muchos estados occidentales.
En ese clima recalentado, NGO Monitor comenzó a encabezar la contraofensiva israelí con su informe "Trojan Horse: The Impact of European Government Funding for Israeli NGOs" ("Caballo de Troya: impacto de la financiación de los gobiernos europeos a las ONG israelíes").
NGO Monitor fue creada por el politólogo Steinberg, también analista de asuntos de seguridad, junto con el columnista y líder de la expansión de los asentamientos israelíes, Yisrael Harel.
En su estudio, la organización ofrece un "detallado análisis de los fondos brindados por los gobiernos extranjeros a organizaciones israelíes muy politizadas". El informe fue el centro de una conferencia realizada a principios de este mes en el parlamento de Israel (Knesset).
"Las ONG ejercen un significativo poder legal y político, en especial mediante el uso de términos y marcos conceptuales de asistencia humanitaria y de derechos humanos a favor de los palestinos. También son un importante y canal, a menudo solapado, de influencia extranjera sobre las políticas de seguridad y de relaciones exteriores de Israel", sostiene NGO Monitor.
"Mediante los generosos recursos brindados por donantes extranjeros, la red de ONG de Israel puede promover ideologías políticas particulares y oponerse al gobierno elegido democráticamente en diversos asuntos", prosigue el documento.
"Las intervenciones extranjeras ocultas infringen la soberanía y la independencia de Israel, desequilibran el proceso político e interfieren con las políticas del gobierno elegido y de la mayoría favorable al sionismo", añade.
El estudio arremete contra más de 20 ONG israelíes y fustiga "la falta de transparencia y de responsabilidad", así como lo que llama "'déficit de democracia" de esas organizaciones.
Entre las organizaciones criticadas está B'Tselem, que lleva 20 años denunciando las violaciones de derechos humanos bajo la ocupación israelí de los territorios palestinos, e Ir Amim, que registra los acontecimientos que ocurren en Jerusalén oriental, de mayoría palestina y también ocupada.
En la conferencia de la Knesset, el gobierno exhortó a los legisladores a tomar medidas drásticas contra la asistencia extranjera, que según NGO Monitor, "manipula la política interna y socava la legitimidad internacional de Israel".
Pero las ONG no se quedan de brazos cruzados.
Los que acusan a las organizaciones a favor de la paz, "quieren hacernos creer que están motivados por la seguridad nacional", señaló Didi Remez, ex portavoz de Peace Now.
Altos funcionarios, "como el conocido Ron Dermer, jefe de planificación política de la oficina del primer ministro" israelí Benjamín Netanyahu, desempeña un papel cada vez más activo en "su agresiva campaña para sofocar la disidencia", señaló Remez.
"NGO Monitor no es un organismo de control objetivo. Es una operación partidaria que reprime a sus adversarios ideológicos mediante el sofisticado uso de técnicas macartistas", en alusión al senador estadounidense Joseph McCarthy que desató una verdadera caza de brujas en la década de 1950, apuntó.
"Si los neoconservadores israelíes realmente quieren 'transparencia', ¿por qué no tomarles la palabra?", preguntó Remez, quien propuso estudiar la financiación de organizaciones que promueven la expansión de los asentamientos en los territorios palestinos ocupados.
"Cientos de millones de dólares de contribuyentes israelíes y de exoneraciones impositivas en Estados Unidos, la mayoría desconocidos por la ciudadanía, son la fuerza que impulsa la expansión de los asentamientos. Auditar sus fondos socavaría a las organizaciones que dependen de la poca claridad de sus finanzas para realizar sus operaciones encubiertas" en las colonias judías, añadió.
Además de las iniciativas oficiales a favor de los asentamientos, esas donaciones aumentan la presencia judía en Jerusalén oriental, de mayoría palestina, así como en muchos proyectos de expansión en las colonias de Cisjordania.
"Cuánto tiempo más los contribuyentes estadounidenses mantendrían el estatus de exoneración impositiva a ShuvCiena Israel, un fondo cristiano sionista, si supieran que respalda la expansión de los asentamientos, aun los ilegales bajo la legislación israelí", preguntó Remez con sarcasmo.
Pero la guerra contra las ONG que trabajan por la paz puede llegar a fracasar.
El ataque a esas organizaciones israelíes coincide con la decisión del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos, a instancias del presidente Barack Obama, de apoyar a las ONG cuyas actividades coincidan con la política de Washington en Medio Oriente.
No parece una buena estrategia arremeter contra las organizaciones a favor de la paz cuando en Estados Unidos cobra nueva fuerza la fe en la sociedad civil. Obama fue elegido en buena medida gracias a la gran plataforma que le brindaron para divulgar su propuesta.
Además, el ataque de NGO Monitor contra los gobiernos extranjeros por entrometerse en lo que considera asuntos internos de Israel puede llegar a contrariar a sus tradicionales amigos.
Pero quizá lo más perturbador para las organizaciones que abogan por la paz sea la crisis económica y financiera internacional, que comenzó en Estados Unidos en 2008. El volumen de las donaciones disminuyó en más de un tercio, según informaron las ONG.