Cuando faltan seis días del inicio de la cumbre de la ONU sobre cambio climático en Copenhague, no está confirmada aún la asistencia del primer ministro de India, Manmohan Singh, ni si este país de 1.200 millones de habitantes se comprometerá a reducir sus emisiones de gases contaminantes.
La presión para que Singh asista a Copenhague creció luego de que los mandatarios Wen Jiabao, de China, y Barack Obama, de Estados Unidos, confirmaron que reducirían sus emisiones y participarían en las negociaciones de Copenhague para controlar la emisión de dióxido de carbono y otros gases que provocan el recalentamiento planetario.
Las negociaciones, que comenzarán el 7 de este mes, concluirán con una reunión de jefes de Estado el 18. Está previsto que al menos 90 gobernantes asistan a la conferencia, aunque no necesariamente a la cumbre. Obama pasará por Copenhague el miércoles 9, de camino a Estocolmo para recibir el premio Nobel de la Paz al día siguiente.
El jueves, China anunció su disposición a reducir sus emisiones entre 40 y 45 por ciento de sus niveles de 2005 en la próxima década, poco después de que Estados Unidos propusiera una reducción de 17 por ciento para 2020. Los dos países son los mayores emisores de gases invernadero del mundo.
"Ahora la presión proviene incluso de los países en desarrollo avanzados para que declaremos metas sobre las emisiones, que no son legalmente vinculantes", dijo el ministro de Ambiente indio Jairam Ramesh, antes de embarcarse a Beijing el 27 de noviembre para reunirse con representantes de Brasil y Sudáfrica, considerados "países emergentes clave".
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En Beijing, Ramesh sugirió que India podría considerar una reducción de 20 a 25 por ciento de su emisión de carbono, lo cual provocó protestas de activistas y dirigentes opositores en India.
"El ministro de Ambiente debe tomar una postura clara sobre el tema del cambio climático. Dice una cosa aquí y otra en China", dijo Ravi Shankar Prasad, portavoz del opositor partido Bharatiya Janata. "India debe seguir con la política de las reducciones voluntarias de las emisiones. No debe cambiar su postura por la presión internacional".
"La propuesta de China de ofrecer una reducción en las emisiones por unidad de producto interno bruto (PIB) entre 40 y 45 por ciento para 2020 respecto de los niveles de 2005 no debe ser motivo para que India siga el ejemplo", dijo Siddhartha Mitra, científico con la Consumer Unity and Trusts Society, una organización con sede en Jaipur.
"Para empezar, China funciona con un nivel de intensidad de la energía muy superior a la de India y tiene una tasa de crecimiento mucho más elevada", dijo a IPS.
El crecimiento del PIB de China supera al de India por dos por ciento al año. Si esa tendencia continuara en los próximos 11 años, el PIB indio se incrementaría 133 por ciento y el de China 185 por ciento por encima del nivel de 2009.
China también tiene niveles de intensidad de energía muy superiores a los de India debido a sus enormes industrias manufactureras, mientras la economía de India depende más del sector de los servicios, explicó Mitra.
India ocupa el quinto lugar en intensidad de sus emisiones, con 1,8 toneladas cada 1.000 dólares de PIB, agregó Mitra. India también se encuentra en una etapa distinta de desarrollo en comparación con China y necesita avanzar en la construcción de infraestructura básica como carreteras y plantas de energía, indicó.
Mitra dijo que hay un elemento de malicia en que China haya acordado el desarrollo de una postura conjunta con India en Copenhague y luego realizara un anuncio unilateral.
El 21 de octubre, Beijing y Nueva Delhi anunciaron un plan conjunto para recortar las emisiones, y sugirieron planes para un tratado climático alternativo al que las economías desarrolladas pretendían negociar en Copenhague. Hicieron hincapié en que la "Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático y su Protocolo de Kyoto son el marco más apropiado para abordar el cambio climático".
Estados Unidos rechazó el Protocolo de Kyoto de 1997 porque eximió a los países en desarrollo, incluidos China e India, de la obligación de reducir su emisión de gases invernadero, o sea aquellos gases atrapados en la atmósfera que provocan el recalentamiento planetario.
"Todo compromiso asumido por India en Copenhague debe apuntar a reducir el ritmo de crecimiento de las emisiones mediante medidas graduales, como fomentar el uso del transporte público, la introducción de energía limpia y la regulación de industrias sucias", dijo Mitra.
El lunes, Ramesh pareció endurecer su postura y le dijo al periódico Economic Times que Nueva Delhi estaba revisando su posición luego del anuncio de Beijing, pero no dio cifras. También adelantó que su gobierno no aceptaría fijar metas para emisiones absolutas, como sugirió una propuesta divulgada por Dinamarca en vísperas de la conferencia en Copenhague.
La falta de claridad del ministro no ha sido ayudada por la idea de que existen serias diferencias entre su postura y la del jefe negociador indio sobre cambio climático Shyam Saran.
Comentando el borrador danés durante una conferencia de la Confederación de la Industria India el lunes, Saran sostuvo que el principal desafío de Nueva Delhi era contrarrestar un "intento de los países ricos de elevar los decibeles de su campaña contra países como India y China para eliminar las distinciones entre industrializados y en desarrollo".
La postura tradicional de India ha sido que las naciones ricas son históricamente responsables del recalentamiento planetario y deben pagar los esfuerzos de reducción en las naciones en desarrollo. También se adhiere al Protocolo de Kyoto, que requiere a 37 naciones ricas que reduzcan sus emisiones para 2012, pero no exige compromisos a los países del Sur.
En respuesta al borrador danés, Brasil, Sudáfrica, India y China preparan otro alternativo con diferentes metas para el Norte y para el Sur, que será presentado en Copenhague a fines de esta semana.