La persistente sequía y la consecuente crisis alimentaria sufrida este año activaron una angustiosa alarma en Guatemala, una de las naciones más afectadas en el mundo por el cambio climático, según un informe presentado en la COP-15.
Guatemala ocupa el puesto número 24 entre los 194 países ubicados en la escala de mayor a menor, según la dimensión de los daños causados por desastres naturales de 1990 a 2008, elaborada por Germanwatch, la organización no gubernamental alemana que promueve la igualdad y la preservación de los medios de vida.
Su vecina Honduras, Bangladesh y Birmania ocupan los primeros puestos del listado tras soportar el mayor número de muertes y pérdidas económicas en el lapso estudiado.
La COP-15 (la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), que finaliza este viernes en Copenhague tras dos semanas de debates con la intención, al parecer frustrada, de llegar a un nuevo acuerdo mundial para mitigar el cambio climático superador del Protocolo de Kyoto, cuyos compromisos tienen como meta 2012.
El Índice Germanwatch, basado en información de la NatCatSERVICE de Munich Re, una de las mayores empresas mundiales de seguros, no puede interpretarse como una proyección lineal hacia el futuro por tratarse de una fotografía del pasado. No obstante, organizaciones civiles guatemaltecas advirtieron que la vulnerabilidad del país "es un hecho conocido" y que ahora lo que corresponde es "tomar medidas concretas".
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Una de las últimas acciones del gobierno del socialdemócrata Álvaro Colom fue la puesta en vigor el martes de la Política Nacional de Cambio Climático, que dispone, junto a las municipalidades, la sociedad civil y la población en general, adoptar prácticas de prevención de riesgos, reducción de la vulnerabilidad y mejorar la adaptación forzosa al cambio climático.
"Ya se aprobó la política, pero ahora falta ver que se traduzca en acciones concretas, particularmente en la asignación de fondos para el tema", dijo a IPS Edwin Castellanos, director del Centro de Estudios Ambientales de la Universidad del Valle.
Según el experto, "la sequía de este año finalmente hizo que el gobierno reaccionara", aunque muestra dudas. "La principal acción fue la formación del gabinete (de ministros) de cambio climático, pero en la práctica creo que realmente no se han reunido", señaló.
Tal y como refleja el informe de Germanwatch, Castellanos afirma que Guatemala es un país "muy vulnerable a los climas extremos y este recalentamiento global sólo está haciendo más extremo nuestro clima", razón por la que urge tomar medidas concretas.
Mario Godínez, director de la Asociación para la Promoción y el Desarrollo de la Comunidad (Cieba), dijo a IPS que es conocida la vulnerabilidad del país frente al cambio climático a raíz de lo cual han ocurrido serias inundaciones y sequías.
"Este año hubo pérdidas por sequías y esperamos que la situación se agudice para el próximo en cuanto a la escasez de alimentos y el resurgimiento de enfermedades como el sarampión y la tuberculosis", expresó.
A pesar de los efectos negativos que el país espera producto del cambio climático este dirigente no ve medidas claras para atender el fenómeno en el país. "A nivel de gobierno y de cooperación internacional no hemos visto intentos fuertes y serios que se destinen a ese tipo de medidas, sino más bien para fortalecer nuevos negocios como la ayuda alimentaria", criticó.
Godínez opina que la ayuda alimentaria es un negocio electoral para los políticos y económico para los fabricantes industriales de alimentos, del cual "la gente termina volviéndose dependiente".
Por eso entiende que es necesaria la diversificación de cultivos, el uso de semillas resistentes y demás proyectos productivos con los cuales la población afectada pueda auto sostenerse.
Guatemala fue afectada este año por la peor sequía de los últimos 30 años, lo cual provocó la pérdida de granos básicos, que a su vez generó una aguda crisis alimentaria que llevó a la muerte a por los menos 54 niñas y niños por desnutrición y otras 2,5 millones de personas resultaron afectadas, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En ese contexto, la delegación guatemalteca en Copenhague, encabezada por el vicepresidente Rafael Espada, pidió esta semana que la conferencia sobre cambio climático haga justicia a los países pobres y más vulnerables, dañados por las distorsiones ambientales provocadas por las emisiones de gases de efecto invernadero, en especial de los países ricos.
"Los países industrializados deben ahora asumir su liderazgo para lograr resultados en la reducción de gases de efecto invernadero, ya que nosotros debemos ahora realizar una adaptación forzosa a los impactos del cambio climático", afirmó en un comunicado la delegación.
Gabriel Valle, activista de la organización ecológica Fundaeco, dijo a IPS que para reducir los gases invernadero es necesario que la población entienda que el cambio climático no es un tema exclusivo del gobierno ni de las organizaciones ambientalistas, sino de toda la población.
Valle explicó que, si bien el gobierno central y las municipalidades deben promover políticas para favorecer el ambiente, los guatemaltecos también deben respetarlas y contribuir a la adaptación al cambio climático.
Además, el ambientalista señaló que es fundamental que se logre un acuerdo a nivel mundial para combatir el cambio climático, ante lo cual se mostró optimista de las conclusiones de la reunión de Copenhague.
Mientras tanto en Guatemala la situación no es para nada alentadora. Maynor Estrada, representante en el país de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), dijo a IPS que las reservas de alimentos se han terminado y que, si el período lluvioso se reanuda en mayo, sólo habrá nuevamente hasta agosto de 2010.
Sin embargo, el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) ha pronosticado que el fenómeno climático de El Niño, que ha causado escasez de lluvia durante los últimos años, podría extenderse.
El Niño, que es la fase cálida de la llamada Oscilación del Sur, se manifiesta cuando aumenta la temperatura superficial del agua en las áreas oriental y central del océano Pacífico ecuatorial, causando grandes distorsiones meteorológicas en gran parte de América, especialmente en la costa occidental. Su contraparte es La Niña.
"Estamos previendo que El Niño se prolongará hasta fines de mayo del año próximo, lo cual significa que se acentuará la sequía en la época seca", dijo a IPS Eddy Sánchez, director del Insivumeh.
Por tal razón, reiteró que son urgentes las medidas para que el país se adapte al cambio climático tales como la diversificación de cultivos y el uso de semillas tolerantes y adaptadas, entre otras.
De este modo, el informe de Germanwatch, así como las organizaciones ambientalistas han advertido al país de lo que le espera sino actúa con medidas concretas en contra del cambio climático, en otras palabras: A poner las barbas en remojo.