En momentos que una delegación de la Unión Europea (UE) inicia una visita oficial a Estados Unidos, un nuevo informe critica al bloque por «hacer un fetiche de las relaciones transatlánticas» y querer «influenciar a Washington a través de estrategias de seducción y halagos».
El informe elaborado por Jeremy Shapiro y Nick Witney, del centro de estudios Consejo Europeo sobre Relaciones Exteriores (ECFR, por sus siglas en inglés), fue presentado en la víspera de una cumbre de dos días entre líderes de Estados Unidos y la UE en Washington que se concentrará en temas como cambio climático, recuperación económica, desarrollo y política exterior.
Los autores criticaron a Bruselas por hacer de "la cercanía y la armonía" con Washington "fines en sí mismos" y no avanzar por resultados concretos.
El estudio señala que Washington percibe una falta de efectividad de Bruselas, y por eso está optando por buscar otros socios en el planeta.
Los autores señalan que Washington está reconociendo que se produce un giro hacia un "mundo post-estadounidense", en el que el poder global se distribuye entre otros actores, como China, y en respuesta a esto procura apuntalar relaciones que serán cruciales para mantener su papel central en los asuntos globales del siglo XXI. Pero en esa estrategia no está incluida la UE.
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Esto podría quedar en evidencia este martes. El énfasis de la UE en esta cumbre de dos días podría ser un indicio del grado de "ilusión" que tiene sobre las relaciones transatlánticas.
La delegación de la UE en Washington está integrada entre otros por el presidente de la Comisión Europea (órgano ejecutivo), José Manuel Durao Barroso, la comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, el jefe de la diplomacia, Javier Solana, y el primer ministro de Suecia, Fredrik Reinfeldt, país que ejerce la presidencia rotativa del bloque.
"La continua insuficiencia de un diálogo formal entre Estados Unidos y la UE queda particularmente expuesta por las cumbres anuales", señala el estudio. "Para los estadounidenses, estas cumbres se caracterizan por el amor europeo a los procesos por encima de la sustancia, y por la compulsión europea por llenar (de funcionarios) el salón, más allá de la eficiencia", añade.
"El verdadero problema reside menos en las disposiciones institucionales de Europa que en su psicología", señaló.
Los autores indican que el gobierno de Barack Obama ha dejado en claro que pretende trabajar más cerca de China que de la UE, pero en Bruselas se mantiene la percepción de que "Europa sigue siendo el socio natural de Estados Unidos en la búsqueda de un mundo más amplio". Basado en entrevistas e insumos de los 27 miembros de la UE, el informe concluye que la mejor opción para el bloque es formar un frente más fuerte y unido, "y no rehuir de las preguntas sobre qué es lo que efectivamente quiere de las relaciones transatlánticas".
El estudio concluye que, dadas las "especiales relaciones" que gran parte de los países europeos imaginan tienen con Estados Unidos especialmente con Obama, al que admiran mucho—, sienten que sería "impropio reemplazar sus hábitos de deferencia con un enfoque más severo y en última instancia más productivo".
Las críticas del informe están en gran medida relacionadas con las discusiones transatlánticas sobre política exterior y seguridad, más que con temas económicos, en los que, afirman los autores, la UE no ha tenido "ninguna dificultad" para negociar efectivamente con Estados Unidos.
CARA A CARA
Sin embargo, un área relacionada con la economía, el cambio climático, sí se presenta como un tema de contienda. Se espera que el recalentamiento planetario sea uno de los principales asuntos a ser discutidos en la cumbre en Washington.
Este miércoles se creará un nuevo consejo de energía conjunto de la UE y Estados Unidos. Éste se concentrará en seguridad energética mundial y el desarrollo de nuevas tecnologías. La idea fue propuesta por el gobierno de Obama en junio para intentar promover el diálogo transatlántico en este tema.
Aparte de este consejo, pocas veces han estado cara a cara Estados Unidos y la UE para hablar sobre cambio climático.
En una cumbre la semana pasada, los líderes de la UE concluyeron que los países ricos debían crear un fondo anual de 74.000 millones de dólares para ayudar a los países del Sur en desarrollo a afrontar y mitigar los efectos del cambio climático. Sin embargo, no especificaron cuánto aportaría el bloque europeo.
Este es uno de los temas que probablemente surgirá durante la cumbre.
Al no comprometerse con una cifra concreta, muchos países europeos creen que el bloque arriesgó su reputación como líder en políticas de cambio climático.
El informe del ECFR, sin embargo, considera que esta preocupación de "dar un buen ejemplo" es irrelevante y anticuada si se quieren estimular políticas en otros lugares. Estados Unidos "determinará esos asuntos (como el cambio climático) sobre la base de lo que piensa que esté dentro de sus intereses, con poca referencia a un autoproclamado liderazgo europeo".
Europa debe entender que "el cambio climático es la principal prioridad de Obama después de la salud", señaló el activista Nick Mabey, de la organización sin fines de lucro por el desarrollo sostenible europeo E3G, al hablar este martes con periodistas vía telefónica.
Aun cuando un proyecto de ley contra el recalentamiento planetario avanza lentamente en el Senado estadounidense, crece la frustración en algunas capitales europeas por una percibida falta de compromiso de Washington con la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que se realizará del 7 al 18 de diciembre en Copenhague.
Al participar de una reunión preparatoria en Barcelona esta semana, la ministra de Clima y Energía de Dinamarca, Connie Hedegaard, señaló: "Es muy difícil imaginar cómo un presidente estadounidense puede recibir el premio Nobel (de la Paz) y al mismo tiempo (enviar) una delegación a Copenhague con las manos vacías".
En una visita a Washington no relacionada con la cumbre, la recientemente reelecta canciller (jefa de gobierno) alemana Angela Merkel hablará este martes en una sesión conjunta del Congreso legislativo estadounidense, con motivo de los 20 años del derribo del Muro de Berlín.
Merkel parece ahora sentirse con un fuerte mandato para liderar los temas relacionados con el cambio climático. "Ahora (que han terminado las elecciones en Alemania), Europa está otra vez en el juego", afirmó. "Los juegos internos que distrajeron a Europa en los últimos meses han terminado".