El presidente de México, el conservador Felipe Calderón, termina la primera parte de su mandato de seis años con una posición debilitada, en particular por los problemas económicos y de seguridad que afronta, y encara un panorama poco alentador para el resto de su periodo de gobierno.
Desde que asumió el 1 de diciembre de 2006, Calderón, del Partido Acción Nacional (PAN), se ha enfrentado a una severa crisis de seguridad, al embate de la gripe A/H1N1 y al aumento de la pobreza y el desempleo.
Para George Grayson, especialista en temas mexicanos de la estadounidense Universidad de William & Mary, estos tres años han estado marcados por "muchos fracasos y pocos éxitos".
"Calderón puede reinventarse si toma acciones vigorosas contra otros monopolios", dijo Grayson a IPS, en alusión a la decisión gubernamental de octubre de desarticular la empresa estatal de distribución eléctrica Luz y Fuerza del Centro.
Calderón sucedió en diciembre de 2006 a su correligionario del PAN, Vicente Fox, quien terminó en julio de 2000 con el monopolio político ejercido sin interrupción durante 70 años por el hoy opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI).
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Durante la campaña electoral que lo llevó al gobierno, Calderón prometió la creación de miles de empleos, un robusto crecimiento económico y el congelamiento de los impuestos, entre otras metas.
Pero la realidad desvirtuó esos ofrecimientos. Este año se perderán más de 900.000 puestos de trabajo debido a la recesión y la actividad económica se contraerá entre siete y ocho por ciento, lo que lleva a México a tener el peor desempeño de la región, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Además, esa agencia de la Organización de las Naciones Unidas reportó que la pobreza aumentó a 41 millones de personas en esta nación norteamericana. Por otra parte, el Congreso legislativo decidió elevar los gravámenes para paliar el debilitamiento de las finanzas públicas.
En el terreno de la seguridad ciudadana, la situación no marcha mejor que en la economía. Luego de asumir el gobierno, Calderón lanzó una ofensiva en contra del narcotráfico, al desplegar miles de soldados y policías en las zonas más afectadas por este flagelo.
Tres años después, las muertes vinculadas a esta actividad criminal superan las 15.000.
Para el analista político Macario Schettino, la primera parte del sexenio ha sido "muy complicada" y la segunda puede ser "mucho más interesante y compleja".
La situación económica obligará a tomar decisiones mucho más profundas que en cualquier otro momento. "Creo que dentro de un año las cosas se verán muy diferentes a como se ven hoy", declaró a IPS.
La aprobación pública del primer mandatario parece depreciarse, como lo muestra una encuesta del periódico El Universal divulgada este lunes. En lo que va del año del último trimestre, la calificación para el desempeño de Calderón fue de 6,56 en una escala de 0 a 10, que es la más baja del año.
En ese sentido, la crisis económica parece pasarle una factura considerable, pues casi cinco de cada 10 consultados contestaron que el gobernante no ha atendido sus necesidades económicas.
La revista financiera El Semanario tituló el editorial de su número vigente "Felipe Calderón, ¿pato cojo?", en recuerdo de la expresión inglesa "lame duck", que describe a un presidente que comienza a perder poder.
"La segunda mitad del calderonismo, que está a unos días de arrancar, carga ya con un estigma: el desvanecimiento del mandatario, que vive acorralado por los reyes del PRI y por un modelo de gestión que se deja llevar por las emociones y las encuestas. Por eso, su futuro parece estar atado a la parálisis", señaló la publicación.
"Por las circunstancias que nos tocó atravesar este año, por la crisis económica, por la influenza, por la violencia de la lucha entre los cárteles en México, por las sequía, por muchas razones, éste ha sido y quizás será el año más difícil para este gobierno", reconoció Calderón durante un acto de celebración de sus tres años de gestión.
Por "la lenta recuperación económica en Estados Unidos, la falta de voluntad del PRI de ayudar al presidente y los cuellos de botella por todas partes en la industria petrolera nacional, telecomunicaciones, transporte, electricidad", el futuro se anticipa peor que 2009, al decir de Grayson.
El PRI ha vuelto por el fulgor perdido, al dominar el parlamento y posicionarse en primera fila para los comicios presidenciales de 2012.
Distanciado de la dirigencia empresarial por el paquete fiscal aprobado por la Cámara de Diputados y por sus políticas económicas, Calderón posee poco margen de maniobra debido a su dependencia del PRI para empujar sus iniciativas en el Poder Legislativo.
"Calderón llega a la mitad de su sexenio en una acusada soledad, no remediada siquiera por su propio partido, en cuyo seno se gestan o se muestran disensiones que debilitan a un presidente en posición precaria", escribió el comentarista político Miguel Granados en la edición vigente de la revista semanal Proceso.
Por eso, en un intento por reorientar su administración, Calderón planea el envío al Congreso legislativo de una serie de propuestas de reforma.
La más destacada es la de índole política, al incluir la figura de referéndum, la reelección de alcaldes y diputados, la reducción en la cantidad de parlamentarios y la posibilidad de que candidatos independientes participen en las elecciones.
La reelección ha sido un tabú en la política mexicana desde hace 100 años, al grado de que todos los documentos oficiales portan la rúbrica "sufragio efectivo, no reelección".
Con esta propuesta, Calderón se ha apropiado de una agenda ajena, pues algunas de esas medidas han sido impulsadas por un grupo de 70 organizaciones no gubernamentales que han formado la llamada Asamblea Nacional Ciudadana.
Esta red propugna por la instauración de mecanismos de democracia directa, como dar valor jurídico al voto nulo y la abstención, la creación del plebiscito y del referéndum, la revocación del mandato y la consulta ciudadana y la disminución del financiamiento público a los partidos políticos.
"Las propuestas de Calderón son adecuadas, pero se dan en un marco de debilidad muy alta de su gobierno, por lo que no hay garantía de que sean aprobadas por el Congreso", señaló a IPS Alberto Serdán, coordinador de proyectos de la no gubernamental Propuesta Cívica, una de las integrantes de la Asamblea.
Los miembros de la Asamblea Nacional efectuarán una reunión plenaria en enero próximo en la nororiental ciudad de Monterrey.
"Vamos a continuar con esta agenda, tratando de sumar a diversos actores políticos, para que sea una propuesta consensuada y tenga la mayor legitimidad posible", refirió Serdán.