Quince años después de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD) el vaso continúa medio lleno, dijo a IPS la directora ejecutiva adjunta del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Purnima Mane.
La situación no es mucho mejor en lo que refiere a la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), adoptada hace 30 años por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Los avances de la CIPD —que reunió en 1994 a representantes de 179 países en El Cairo con el fin de, entre otras cosas, reconocer los derechos y la dignidad a las mujeres— fueron analizados en una reunión de alto nivel celebrada en Estambul del 11 al 13 de este mes, que también consideró la marcha de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
Los ODM son ocho objetivos y 21 metas sobre pobreza, salud, género, educación, desarrollo y ambiente con plazo a 2015, adoptados por 189 países en la Cumbre del Milenio de la ONU, celebrada en septiembre de 2000.
Un informe sobre salud materna en 20 países de Europa oriental y Asia central reveló que la mortalidad materna se redujo a menos de la mitad desde 1990, de 51 muertes a 24 muertes cada 100.000 nacimientos vivos. Pero no es probable que el ODM número 5, que estipula la reducción de 75 por ciento de la mortalidad materna para 2015, se alcance a tiempo en Albania, Armenia, Georgia, Kazajstán, Kirguistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán, según expertos en población de la ONU.
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De hecho, la conquista del ODM-5 está más atrasada que otros objetivos.
Las cifras del UNFPA muestran que cada minuto muere una mujer durante el embarazo o el parto, 90 por ciento de ellas en África y Asia. La conquista del acceso universal a la salud reproductiva para 2015 sigue lejana. Y las mujeres aún padecen violencia en todo el mundo, 30 años después de la adopción de la CEDAW. En la reunión de Estambul también se analizó un informe del UNFPA sobre la violencia contra las mujeres que revela que una de cada tres mujeres padecen abusos.
IPS entrevistó a Mane luego de las reuniones de Estambul.
IPS: ¿Cuál es su evaluación de la CIPD tras 15 años de su adopción?
PURNIMA MANE: Digamos que el vaso está medio lleno. Tenemos que llenar la otra mitad.
IPS: ¿Por qué está medio lleno?
PM: Muchos problemas no se abordan adecuadamente. No hemos lidiado en su totalidad con el problema básico. Se sigue pensando que la CIPD tiene que ver con el sexo y el aborto sin percatarnos de que nosotros no defendemos el aborto como planificación familiar, sino a la planificación familiar para reducir los abortos.
Los recursos financieros y técnicos tampoco son suficientes. La ONU calcula una inversión necesaria para los programas de población en 2010 de 64.700 millones de dólares. La inversión real representó 30.800 millones en 2008. El sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) se convirtió en un gran factor.
IPS: ¿Hubo alguna sorpresa agradable en los últimos 15 años?
PM: Sí, los cambios en nuestros socios. No nos imaginamos que organizaciones religiosas y juveniles adquirirían un papel tan activo.
IPS: ¿Y sorpresas desagradables?
PM: La mortalidad materna sigue alta. Me asombra que el número de muertes maternas, que en 1990 se estimaban en 527.000, siga siendo aproximadamente igual. Yo pensaba que el tema de la mujer era más atractivo y que recibiría más atención. Todos quieren ayudar a los niños, pero no a sus madres.
IPS: Esto también sucede a 30 años de la CEDAW. ¿Ha tenido éxito?
PM: La Convención logró prácticamente la ratificación universal, con la adhesión de 186 países. Tuvo mucho éxito en concentrar la atención de los gobiernos en áreas existentes de discriminación dentro de sus sistemas jurídicos, y en crear un proceso para revertir esa discriminación.
Puede ser un instrumento poderoso para el cambio, pero debe ser reconocida como tal por los gobiernos y la sociedad civil con el fin de que ese éxito continúe. La implementación sigue siendo un desafío en todo el mundo. Requiere el compromiso de los gobiernos con la igualdad de género y un esfuerzo estratégico de la sociedad civil para responsabilizar a los estados por las obligaciones asumidas en la CEDAW.
IPS: ¿Qué sucede en la región de Europa oriental y Asia central?
PM: Muchos países presentaron proyectos de ley en sus parlamentos. A pesar de esas gestiones de buena fe, aún persiste la necesidad de incorporar sistemas de apoyo legal adecuados que protejan a las sobrevivientes de la violencia. Y existe la necesidad de implementar las leyes más activamente. La legislación existente contra la violencia doméstica está mal implementada.
IPS: ¿Por qué persiste la violencia de género en muchas partes del mundo?
PM: Porque está profundamente arraigada en las sociedades y existe una impunidad generalizada. Los delitos no siempre se procesan. Existen grados diversos de aceptación social de la violencia de género. La discriminación de género, la baja situación socioeconómica y los problemas culturales dejan a las mujeres y niñas con escasas opciones y recursos para evitar o escapar de situaciones abusivas y buscar justicia.
Esta violencia no es sólo una violación de los derechos humanos. También es una amenaza a la salud. Recrudece durante las guerras y las crisis económicas. La violencia contra la mujer aumenta cuando están embarazadas. Es horroroso.
IPS: ¿Qué viene ahora?
PM: Los ODM no terminarán en los próximos cinco años. Se los remodelará. La búsqueda del acceso universal a la salud reproductiva seguirá existiendo. Pero no queremos esperar 20 años más.