PALESTINA: Luz eléctrica israelí en cuevas de Cisjordania

Cientos de agricultores y criadores de ganado que viven en cuevas y tiendas de campaña en un área aislada de Cisjordania cuentan con electricidad gratuita gracias a la inventiva de dos físicos israelíes.

La comunidad de Susya, donde se crían cabras y ovejas, está integrada por clanes de alrededor de 25 familias grandes. Hasta hace poco siguió una tradición centenaria de agricultura de subsistencia sin acceso a la electricidad.

En los últimos años, sus habitantes han sido el blanco de una campaña concertada por las autoridades israelíes para expulsarlos de sus tierras en beneficio del vecino asentamiento judío de Susya.

La comunidad, ubicada en lo alto de las colinas del sur de Cisjordania, fue expulsada dos veces de su hogar original, y obligada a reasentarse.

Los cables de la electricidad se extienden encima de sus hogares, y los cercanos postes de alta tensión abastecen a la colonia israelí, pero los agricultores palestinos y sus familias tienen negado el acceso a esa energía, así como al agua corriente y otras obras de infraestructura.
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A los aldeanos se les prohíbe el uso de una carretera por la que sólo pueden circular los colonos, y se les impide acceder a buena parte de su tierra de cultivo y pastoreo exceptuando unos pocos días al año, bajo la coordinación de las fuerzas armadas israelíes. Los colonos se han apropiado de estas tierras.

Pero luego de la intervención del grupo Comet-ME, uno de los 12 finalistas de una competencia mundial de proyectos innovadores organizada por la cadena británica de noticias BBC, Susya capturó los títulos de la prensa internacional.

Los físicos israelíes Elad Orian y Noam Dotan, activistas por la paz y fundadores de Comet-ME, dedicaron los últimos dos años a instalar en Susya un sistema eléctrico gratuito, alimentado con energía eólica y solar.

"El centro de nuestra actividad es la disposición de servicios de energía básica para comunidades no conectadas a la red eléctrica, usando energía solar y eólica, de un modo que sea tanto ambiental como socialmente sostenible", dijo Orian a IPS.

Por esto, aunque las familias siguen los pasos de sus ancestros, dedicándose a la cría de ganado, ahora lo hacen con algunos de los beneficios que les brinda la última tecnología.

Sus tiendas y cuevas ahora cuentan con luz, y tienen refrigeradores, modernas máquinas para elaborar mantequilla, televisiones, grabadores de vídeo y recargadores de baterías para teléfonos celulares.

"Puede parecer que todo esto es un lujo, pero en realidad algunas de estas cosas son básicas, especialmente en esta área remota y aislada", dijo Orian.

"Hasta ahora los aldeanos tenían que viajar al cercano pueblo de Yatta para recargar sus celulares, que son esenciales en caso de una emergencia médica, o para trabajar, hacer negocios o comunicaciones personales", explicó a IPS.

"Hemos proporcionado a cada una de las 26 familias del área un panel solar que suministra alrededor de medio kilovatio/hora por día. Esto es suficiente para satisfacer sus necesidades de iluminación durante aproximadamente cinco horas diarias, recargar sus celulares y permitirles mirar televisión unas pocas horas en la noche para ponerse al día con las noticias", agregó.

Jazi Nawaji, de 42 años, llevó a IPS a su cueva para mostrar su nueva iluminación.

"Ahora hay luz por las noches, así que los niños pueden estudiar y hacer sus tareas. Antes para iluminarnos dependíamos de los generadores a diésel o de las lámparas a gas, que eran caras y contaminantes. Incluso ir al baño era difícil y peligroso. Ahora todo lo que tenemos que hacer es mover el interruptor", explicó la mujer.

El sistema eólico y solar "alimenta el refrigerador y la máquina para fabricar mantequilla", dijo Orian.

"Antes, la mantequilla hecha con la leche de su ganado se producía a mano. Esto marcó una enorme diferencia en la capacidad de estas familias pobres de generar ingresos. Ahora pueden refrigerar la mantequilla y producir mayores cantidades para la venta", agregó.

Comet-ME también lleva a cabo sesiones de capacitación y talleres, además de extender becas para pasantías locales. La organización es financiada por varias entidades no gubernamentales y empresas europeas, así como por donantes privados.

Orian aspira a construir sistemas similares a los de Susya en otras comunidades de la región. "Avizoramos una cooperativa regional donde la población pueda administrar, mantener e instalar los sistemas por sí misma, sin depender de la ayuda de afuera", señaló.

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