FILIPINAS: Cauto pronóstico por nueva ley climática

La ley para racionalizar los esfuerzos de mitigación y de adaptación de Filipinas a las consecuencias del recalentamiento planetario fue recibida con cautela por organizaciones ambientales.

El Congreso legislativo hizo algo positivo al aprobar la norma a fines de octubre, dijo a IPS Martin Francisco, presidente de la Sociedad Ambiental Sagip Sierra Madre, pero es sólo el primer paso, apuntó.

"La ley por sí sola no alcanza. Es sólo el principio, hay muchas cosas por hacer, en especial, implementarla y reglamentarla, lo que está en manos de la nueva Comisión de Cambio Climático (CCC) que tiene un plazo de seis meses", explicó.

Además de encargar a la CCC el diseño, el control y la coordinación de los planes de acción frente a manifestaciones meteorológicas extremas que causan inundaciones y deslizamientos de tierras, la Ley de Cambio Climático prevé que las medidas de mitigación formen parte una Estrategia Marco Nacional y de un Programa sobre Cambio Climático.

La CCC estará encabezada por la presidenta Gloria Macapagal-Arroyo, quien promulgó la norma el 23 de octubre, pocas semanas después de dos tormentas tropicales que arrasaron el país, Ondoy y Pepeng, conocidas por la comunidad internacional como Ketsana y Parma.
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Los tifones causaron inundaciones y deslizamientos de tierra en Manila y en otras zonas de la septentrional isla de Luzón, matando a unas 1.000 personas.

Arroyo no escatimó en elogios y señaló que la ley "abre una nueva era en la forma en que Filipinas luchará contra el cambio climático, a mediano y largo plazo, por el bien de los filipinos de hoy y de los que vendrán".

Pero los ambientalistas sostienen que la clave de su éxito está en su implementación.

"Nuestra experiencia en Filipinas muestra que existe una dicotomía entre el texto escrito de la ley y su implementación", señaló Francisco, quien añadió que las organizaciones no gubernamentales deben supervisar de cerca la implementación de la ley.

El capítulo de Greenpeace para Asia sudoriental aplaudió la iniciativa y llamó a la CCC a diseñar las medidas de mitigación y de adaptación de Filipinas "con carácter urgente".

Pero el presidente de la organización ambientalista Bantay Kalikasan (Madre Naturaleza), Joey Papa, advirtió que no hay que esperar demasiado de la norma "hasta que no se implemente de inmediato y de forma correcta".

"Es un paso en la dirección correcta", señaló Yeb Saño, jefe del programa de cambio climático y energía del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Pero para que su implementación sea exitosa, se necesitan más leyes vinculadas al ambiente.

"Es importante que Filipinas se dote de otras normas que abarquen asuntos forestales, de pesquerías, sobre desperdicios sólidos y de protección de cursos de agua para que la nueva ley sea lo más efectiva" posible, indicó Saño, quien integrará la delegación oficial que viajará a Copenhague.

La capital danesa albergará la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 15), del 7 al 18 de diciembre.

La implementación de las leyes es un asunto que, en general, preocupa en Filipinas, pero los riesgos que supone el cambio climático para este país de casi 100 millones de habitantes despertaron particular inquietud.

Filipinas es un país especialmente susceptible al recalentamiento global. Algunas de las consecuencias negativas que deberá afrontar, o que ya padece, son el aumento del nivel del mar y de la temperatura de la superficie del océano, y la mayor frecuencia e intensidad de las tormentas tropicales y tifones.

Esos fenómenos pueden resultar desastrosos, pero serán peores si el país no se prepara para hacerles frente.

Filipinas debe prepararse para afrontar desastres mayores a los causados por los últimos dos tifones, señaló Jerry Velásquez, en una sesión del comité del Senado sobre cambio climático realizada a fines de octubre.

"Filipinas es uno de los lugares más sensibles al cambio climático", advirtió Velásquez, coordinador de la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres, de Naciones Unidas. "Lo que ocurrió con Ondoy y Pepeng no fue lo peor. Lo peor está por venir", subrayó.

En un país cuya población en crecimiento consume más arroz del que puede cultivar, la cuestión de la seguridad alimentaria es la principal preocupación en lo que respecta al cambio climático, arguyó Saño, de WWF.

Filipinas importa de países vecinos como Vietnam y Tailandia 10 por ciento del arroz que consume, alimento básico de la dieta de la mayoría de la población.

Acontecimientos climáticos extremos dañarán los cultivos, como sucedió con los últimos dos tifones, que perjudicaron especialmente al arroz. Además, el cambio en el patrón de lluvias ya es un hecho.

"Llovió mucho en zonas donde no se necesita y nada en áreas muy urgidas", apuntó Saño.

Si no se toman medidas para adaptar el país a las consecuencias del cambio climático, la producción de arroz podrá disminuir en 70 por ciento para 2020, según un informe del Banco de Desarrollo Asiático, divulgado en abril.

La ley aprobada en octubre eliminó organismos como la Fuerza de Trabajo Presidencial contra el Cambio Climático y el Comité Inter-Agencias sobre Cambio Climático, cuyas funciones pasarán a la órbita de la CCC.

En cuanto a incorporar medidas contra el cambio climático a una política estatal general, Saño consideró que puede ser un requisito más difícil de llevar a la práctica.

"Es más fácil decir que se van a incorporar ciertos asuntos a la órbita de las agencias estatales que hacerlo realmente", añadió.

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