Según los cómputos primarios divulgados en Honduras, el candidato presidencial del derechista Partido Nacional, Porfirio Lobo, ganó las elecciones realizadas pese a la permanencia del gobierno de facto instaurado tras el golpe de Estado del 28 de junio.
Los datos presentados por el Tribunal Supremo Electoral indican que Lobo obtiene 55 por ciento de los votos emitidos el domingo cuando se han verificado casi 63 por ciento de las actas, que representan cerca de 2,5 millones de votos.
En tanto, el candidato del gobernante y centroderechista Partido Liberal, Elvín Santos, recibe 35,8 por ciento de adhesiones. La diferencia entre Lobo y Santos es de casi 17 por ciento, uno de los porcentajes más elevados en la historia electoral de Honduras entre estos dos partidos que se disputan el poder tradicionalmente.
A su vez, Bernard Martínez, del Partido de Innovación y Unidad Social Demócrata (PINU/SD) se convierte en el tercer candidato presidencial más votado, con 35.592 sufragios, equivalentes a 2,1 por ciento del total de contados.
El presidenciable de la Democracia Cristiana, Felícito Ávila, lleva en el primer conteo 31,234 votos, que representan el 1,8 por ciento, y el izquierdista partido de Unificación Democrática (UD) obtiene 1,7 por ciento.
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La jornada electoral transcurrió en aparente calma, excepto la represión policial de la que fue víctima una manifestación convocada por seguidores del presidente legítimo Manuel Zelaya, derrocado la madrugada del 28 de junio, cuando fue sacado de su casa en pijamas por fuerzas militares que lo embarcaron en un avión rumbo a Costa Rica.
La protesta realizada en la norteña ciudad de San Pedro Sula, a 250 kilómetros de Tegucigalpa y el segundo centro urbano más importante del país, culminó abruptamente por la represión, que dejó decenas de personas heridas y unos 30 detenidas, según el Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado y el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras.
Cerca de 300 observadores internacionales que reconocieron de antemano las elecciones y más de 350 periodistas de medios del exterior estuvieron presentes en Honduras.
Uno de esos observadores, el ex presidente derechista boliviano Jorge Quiroga dijo que "estas elecciones son históricas y la participación del pueblo fue sorprendente".
Para estos comicios estaban habilitados 4,6 millones de hondureños, 1,2 millones de los cuales residen en el exterior. Ello equivaldría a que el domingo podían participar efectivamente poco más de tres millones, por lo que, según el primero conteo sobre un poco más de 8.000 actas, más de la mitad habrían votado.
Saúl Escobar, presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), informó que, en los primeros resultados, los votos nulos son 66.537, en tanto que los votos en blanco sumaban 66.537.
Añadió que la participación electoral fue del orden de 61,3 por ciento del padrón de ciudadanos habilitados, "una de las más altas en la última década.
También desafió al señalar que ese cuerpo está dispuestos a cualquier auditoria, nacional e internacional, si alguien tiene duda de este proceso, que ha estado marcado por la transparencia y por el triunfo de la democracia hondureña".
La referencia de Escobar es por las críticas recibidas y el desconocimiento de los comicios de casi toda la comunidad internacional y de la resistencia al golpe de Estado por haberse realizado sin que se restituyera el mandatario legítimo en su cargo.
En los comicios de 2005, el Partido Liberal ganó con 23 por ciento del electorado, frente a un abstencionismo de 47 por ciento. La tendencia ahora parece revertirse, según los reportes del tribunal.
Tras conocer los primeros resultados, Santos aceptó la derrota. "Lo hacemos con hidalguía porque estamos a las puertas de una nueva etapa en el país, debemos anteponer intereses personales para privilegiar los de la patria", sostuvo.
Prometió, además, "una oposición constructiva y real que vigilará siempre los intereses de la gente, pero no transigiremos cuando haya que defender la institucionalidad hondureña". Santos lidera hoy el partido que había llevado a Zelaya a la presidencia y que luego, de la mano del actual presidente de facto, Roberto Micheletti, impulsó el rompimiento institucional.
Tras aceptar la derrota electoral, hizo un llamado a su partido para que "levante la cabeza y se sume a esta fiesta democrática que vive toda Honduras, porque hoy ha ganado la democracia y nuestro partido será objeto de reformas".
Lobo es un hacendado oriundo del nororiental departamento de Olancho, de donde es originario también Zelaya, que este domingo observó los comicios desde su refugio en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde permanece desde hace más de dos meses cuando volvió al país sorpresivamente luego de que fuera expatriado por fuerzas militares.
En sus primeras declaraciones, Lobo dijo que está obligado y convencido que debe entablar un gobierno de unidad, "por lo que iniciaré un diálogo para conformar un gobierno humanista en donde la persona será el principio y fin de nuestras acciones". "Yo quiero ver una Honduras hacia adelante, no enfrascarme en pleitos del pasado", agregó.
Lobo dijo a IPS que este diálogo requerirá de pactos de gobernabilidad y que en el mismo Zelaya "esta incluido y, si tengo que tocar las puertas de la cooperación y la comunidad internacional para que reconozcan este triunfo legítimo y masivo de mi pueblo, no dude que lo haré".
Indicó que varios gobiernos le habían llamado para felicitarle y anunciarle que "muy pronto" reconocerán su triunfo y a las propias elecciones "porque nadie puede negar que fueron legítimas, transparentes y masivas".
"Quiero decirle que busco la unidad de mi pueblo, y quiero decir a la gente que conforma la llamada resistencia (opositores al golpe de Estado) que Honduras somos todos, y aparte de las diferencias ideológicas, los invito a iniciar un proceso de reconciliación de la familia hondureña", añadió.
Ingeniero agrónomo, experto en artes marciales y con un pasado ligado a la izquierda cuando fue a estudiar por seis meses a la Universidad Patricio Lumumba, en la hoy desaparecida Unión Soviética, el presidente electo de Honduras ha tenido una trayectoria ligada al movimiento social al ser fundador del primer organismo no estatal de derechos humanos, junto al actual ombudsman, Ramón Custodio.
Esa formación es la que le ha generado algunos recelos en los cuadros más conservadores del derechista Partido Nacional. Pero Lobo sostiene que "esos prejuicios han desaparecido, porque somos un partido centro humanista que busca dinamizar su participación a favor de todos los hondureños", comentó sonriente en diálogo con IPS.
El centenario Partido Nacional, que junto al Liberal conforman el bipartidismo político en el país, rompió también la tradición política que daba a los gobiernos liberales dos períodos consecutivos de cuatro años, por uno nacionalista.
Desde 1980 a 2005, los liberales habían logrado seis triunfos electorales, frente a dos de los nacionalistas.