Bajo el sol abrasador del campo haitiano donde días antes aterrizaron dos helicópteros de la ONU, Benson Blanc, de 19 años, simula disparar un arma hacia el suelo. «Toc toc toc Así fue cómo los soldados abrieron fuego», explica.
Los habitantes del tranquilo pueblo turístico de Grand Goâve, en el sur de este país y a una hora en automóvil de Puerto Príncipe, se despertaron alrededor de la una de la mañana del 10 de este mes por el sonido de los helicópteros que volaban sobre sus cabezas. Una multitud de curiosos se congregó de inmediato.
Uno de los vehículos tenía problemas mecánicos que le obligaron a aterrizar de emergencia, explicó la portavoz de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Sophie Boutaud de la Combe. Para alivianar la carga que llevaba el helicóptero dañado, la tripulación chilena debió mudar unas cajas blancas con suministros al segundo. La tarea duró varias horas.
En una entrevista radial realizada en la capital, Boutaud de la Combe dijo que las tropas solamente dispararon una vez que estuvieron en el aire, en un intento por dispersar a la multitud que se acercaba. Habían pedido un respaldo de la sección militar local del contingente srilankés de la ONU.
"Cuando llegó el respaldo, ellos comenzaron a disparar, la población huyó y se escondió tras los arbustos", contó Blanc.
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Más de una semana después, Rinvil Jean Weldy, de 50 años, todavía muestra una herida en su hombro derecho. El dolor le impide usar ese brazo, mientras se ocupa de la pequeña casa familiar, junto a la playa. Weldy es un funcionario de la salud que trabajó para el gobierno haitiano y en el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). "Yo estaba en casa cuando oí un ruido extraño y vi gente corriendo", contó a IPS.
"Quise ayudar en caso de que hubiera ocurrido algo malo. La multitud estaba demasiado cerca de los helicópteros, así que quise alejarme. Fue entonces que ellos abrieron fuego y me hirieron. Quiero justicia e indemnizaciones", agregó.
Según los entrevistados en Grand Goâve, alrededor de las cinco de la mañana, los soldados de la misión de la ONU en Haití (conocida por su acrónimo en inglés, Minustah) dispararon varias veces al suelo. No dejaron que nadie atravesara el campo, ni siquiera quienes necesitaban llegar a la playa para pescar. Una bala impactó en Weldy, a quien la policía haitiana llevó a toda prisa al hospital.
"Cuando vieron que la multitud crecía, dispararon sobre el campo", explicó Natacha Louis, una mujer que vive en las cercanías.
"Si no hubiéramos escapado, habría más víctimas. Cualquiera puede ser víctima. Weldy estaba allí como todos, no hacía nada malo. Queremos que la Minustah se vaya", añadió.
Según Boutaud de la Combe, se está realizando una investigación interna sobre el incidente. Si los efectivos dispararon hacia el suelo y no hacia el aire, fue un error, admitió. Y si Weldy quiere una indemnización por su herida, tendría que presentar una demanda oficial, señaló.
Policías militares guatemaltecos de la ONU lo visitaron el lunes, pero Weldy dijo no haberse sentido cómodo al hablar con ellos.
Funcionarios internacionales y el gobierno haitiano atribuyen a la Minustah la mejora de la seguridad en el país. Pero algunos ciudadanos consideran que las tropas extranjeras son propensas a hacer un uso insensato de la fuerza con total impunidad.
Cuando el pasado verano boreal enormes multitudes asistieron al funeral del popular sacerdote Gérard Jean-Juste, en Puerto Príncipe, la televisión estatal mostró a los soldados de la ONU abriendo fuego. Un hombre de 22 años fue asesinado. La Minustah dijo que lo mató una piedra lanzada por un desconocido.
El 9 de septiembre, soldados brasileños de la ONU arrestaron a Franki Maze, un líder social en el tugurio capitalino de Bel-Air. Aunque un examen médico realizado esa noche no confirmó la denuncia de Maze de que lo habían violado, sí halló marcas e inflamación en su rostro y cuerpo. Lo liberaron ese mismo día.
La investigación interna de la ONU libró a los soldados de toda responsabilidad y acusó a Maze de inventar partes de su historia.
"En Haití todos mienten para la Minustah", señaló Mario Joseph, abogado experto en derechos humanos que trabaja para el Bureau des Avocats Internationaux (Buró de Abogados Internacionales).
"Yo presenté dos demandas en casos de Cité Soleil. Ellos hacen sus propias investigaciones todo el tiempo. Necesitamos investigaciones independientes", sostuvo este profesional, frustrado por cómo maneja las acusaciones de abuso la fuerza de paz.
El mes pasado, el Consejo de Seguridad de la ONU extendió por otro año más —que será el quinto— el mandato de la Minustah. El comandante brasileño Floriano Peixoto Vieira Neto, dijo en una entrevista con la agencia Reuters que es improbable que la fuerza se vaya en lo inmediato.
"Los avances que hemos logrado en materia de seguridad no han sido acompasados por las ganancias socioeconómicas que esperábamos, por eso decimos que la situación de Haití es extremadamente frágil", agregó.
El miércoles, cuando se cumplieron 206 años de la aplastante victoria del general haitiano Jean-Jacques Dessalines sobre las tropas coloniales francesas en la Batalla de Vertières, la policía arrestó a dos profesores universitarios y 12 estudiantes por protestar contra la presencia de fuerzas extranjeras, según la agencia haitiana de noticias AlterPresse. No está claro por qué fueron llevados bajo custodia.
* Ansel Herz puede ser contactado en ansel.herz@gmail.com