El precio de salvar la Tierra de los efectos del cambio climático es ínfimo o en algunos casos inexistente, arguyó una autoridad científica con la aparente intención de convencer a los países industrializados de sumarse al esfuerzo de la comunidad internacional por detener el recalentamiento global.
"Ahora necesitamos concentrarnos en nuestra responsabilidad, no en un contexto estrecho y miope, sino en el mundo en su conjunto porque es totalmente claro que la mitigación de los (efectos de los) gases invernadero no es una propuesta costosa, inclusive puede resultar libre de costos", sostuvo Rajendra K. Pachauri, presidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).
La advertencia estuvo dirigida a los delegados de países miembros de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático que discuten hasta este viernes, en Barcelona, la suerte del Protocolo de Kyoto, un instrumento de ese tratado que estableció los porcentajes de reducción de las emisiones de los gases contaminantes, causantes del recalentamiento.
En particular, se interpretó que Pachauri interpelaba a los representantes de las naciones industrializadas, sobre quienes recae el compromiso de efectuar los mayores recortes y de compensar al mundo en desarrollo por los efectos perniciosos que les ocasiona el deterioro ambiental, del cual no es responsable.
Pachauri advirtió que deberá ser la ciencia la que determine las posiciones de los delegados cuando decidan el destino del Protocolo de Kyoto, durante las negociaciones que se realizarán del 7 al 18 de diciembre en Copenhague.
La ciencia les debe decir que, para beneficio del planeta y de todas las especies que lo habitan, las conclusiones del cuarto informe de evaluación del IPCC son totalmente válidas y deberán tenerse en cuenta para obtener un buen acuerdo en Copenhague, insistió.
De esa manera, el jefe del IPCC desaconsejó la intención, atribuida a los países industrializados, de prescindir del Protocolo de Kyoto y proponer en Copenhague un nuevo acuerdo que les exija menores recortes de emisiones y erogaciones financieras.
Como un eco de las palabras de Pachauri, la representante de Kenia, Grace Ukambu, comentó que cuando preguntan a los países industrializados por qué no ponen sobre la mesa sus números sobre las reducciones de emisiones, responden que eso "es difícil económica y políticamente".
Los países en desarrollo, en particular los del Grupo Africano, sostuvieron esta semana en Barcelona, al comienzo de las sesiones, que tienen la convicción de que la Unión Europea se propone abandonar el Protocolo de Kyoto.
La queja de las naciones del Sur no incluye a Estados Unidos, porque ese país nunca ratificó el Protocolo de Kyoto, aunque es uno de los estados parte de la Convención de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) sobre Cambio Climático.
Los delegados africanos presionaron para que las deliberaciones de Barcelona se concentren en establecer acuerdos sobre los niveles de reducción de emisiones por parte de los países industrializados.
No les firmaremos un cheque en blanco en los otros temas mientras ellos (los industrializados) no se comprometan sobre los valores individuales y agregados de las disminuciones de emisiones que harán, dijo el coordinador del Grupo Africano, Osman Jarju.
En su mensaje a los delegados reunidos en Barcelona, Pachauri resaltó las ventajas de adoptar los acuerdos de inmediato. Los costos de la mitigación de los efectos del recalentamiento global son muy bajos y en algunos casos hasta negativos. Es como tener los frutos a la mano, insistió.
Un compromiso en la materia aportaría mayores niveles de seguridad energética, aire más puro y sus beneficiados asociados en la salud, tasas más altas de empleo derivadas de las oportunidades de la mitigación, como la transferencia hacia fuentes de energía renovables.
El IPCC que preside Pachauri impulso el debate sobre el cambio climático con la divulgación de su cuarto informe de evaluación en 2007, el mismo año en que el organismo científico recibió el Premio Nobel de la Paz, compartido, por sus investigaciones en la materia.
Ese informe declaró que el recalentamiento del sistema climático es inequívoco y resulta evidente de las observaciones del aumento global de las temperaturas promedio del aire y de los océanos, del extendido derretimiento de las nieves y los hielos y de la elevación del nivel global de los mares.
En caso de no tomarse acciones de estabilización de la concentración en la atmósfera de gases de efecto invernadero, a fines de este siglo la temperatura promedio aumentará en cualquier parte del mundo entre 1,1 y 6,4 grados, aunque una estimación más apropiada fija los dos extremos en 1,8 y cuatro grados, dijo ese informe del IPCC.
El IPCC se encuentra preparando su quinto informe de evaluación, con la intención de divulgar una síntesis en septiembre de 2014. Durante la reunión de Barcelona, científicos de la organización adelantaron algunas conclusiones alcanzadas en los últimos años, que serán desarrolladas en el próximo estudio.
Por ejemplo, la combinación de observaciones e informaciones paleo-climáticas demuestran que en el planeta se han producido cambios sin precedentes en el sistema climático, tanto en amplitud como en frecuencia de cientos a varios miles de años.
Las mismas fuentes dijeron que el derretimiento ampliamente extendido de márgenes de hielos se observa en Groenlandia y en la Antártida, con efectos en el aumento del nivel de los mares.
Las emisiones de dióxido de carbono permanecen en la atmósfera durante miles de años, causando cambios irreversibles en el clima y en la composición química de los océanos, sostuvieron.
Pachauri remarcó que por eso, ahora la ciencia no nos deja otra opción que la acción.