BIRMANIA: EEUU pone a prueba nueva estrategia

Una misión oficial de Estados Unidos a Birmania será esta semana la prueba de fuego de la estrategia del gobierno de Barack Obama hacia los regímenes totalitarios: dialogar con ellos con el fin de alentar cambios políticos, en lugar de atacarlos.

La visita que realizarán el martes 3 y el miércoles 4 el secretario de Estado adjunto para Asia Sudoriental y el Pacífico, Kart Cabpbell, y su segundo, Scot Marcial, es una señal clara de esa nueva política, que rompe con la línea dura del antecesor de Obama, George W. Bush (2001-2009).

Se trata de la visita de funcionarios estadounidenses de mayor rango a Birmania en 14 años. La última, en 1995, fue la de la entonces embajadora del país norteamericano en la ONU y luego secretaria de Estado (canciller) Madeleine Albright.

Las reacciones que despierta este nuevo enfoque entre los birmanos son contradictorias, luego de decenios en que la junta militar prefirió aislarse de la comunidad internacional antes que ceder a las presiones.

Millones de empobrecidos birmanos han soportado vivir bajo un régimen represivo caracterizado por la paranoia y el secretismo, cuyas principales figuras se han enriquecido explotando mano de obra esclava y los inmensos recursos naturales del país, que incluyen desde gas natural hasta rubíes.
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"En general, el cambio de política de Obama alienta a los ciudadanos más políticamente activos", dijo el analista político Aung Naing Oo, exiliado en Tailandia. "Pero los activistas birmanos en el exterior no están tan seguros. Su optimismo es cauto."

La visita será de "aprendizaje" para ambas partes, agregó.

La incógnita es cómo tratará el hombre fuerte del régimen, el general Than Shwe, a los visitantes y con qué funcionarios militares y policiales se reunirán. Than Shwe es célebre por inventarse enfermedades para evitar entrevistarse con visitantes extranjeros.

"La visita de Campbell será exitosa si se reúne con el general Than Shwe", dijo a IPS el experto en seguridad birmano Win Min, de la tailandesa Universidad Payap. "Pero suele eludir esas instancias si no está seguro que le resultarán provechosas."

Dentro de las fuerzas armadas hay señales de bienvenida al cambio de política de Obama, sostuvo Win Min. "Ven este nuevo enfoque como una oportunidad para trabajar con el nuevo gobierno y mejorar la imagen de Birmania en la comunidad internacional", explicó. Pero Campbell también recibe presiones para reunirse con dirigentes de la Liga Nacional para la Democracia (LND), el asediado partido opositor que ganó las últimas elecciones, celebradas en 1989, y cuya líder, la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, está sometida a detención domiciliaria.

La intención es que los funcionarios estadounidenses sean recibidos en la sede del partido en Rangún, la antigua capital, para que "los dirigentes puedan hablar libremente y sin temor de que sus conversaciones sean grabadas", sostuvo una fuente del partido que solicitó reserva sobre su identidad por razones de seguridad.

La prensa estadounidense también prevé que Campbell y Marcial se reúnan con Aung San Suu Kyi, que pasó 14 de los últimos 20 años presa.

La líder de la LND tiene prohibido todo contacto con sus seguidores. Pero ya hizo saber, a través de su abogado, que está muy interesada en la misión estadounidense, según informó la revista The Irrawady, publicada por periodistas birmanos exiliados en Tailandia.

El enfoque de Washington hacia ese país, que ha sufrido cuatro decenios de dictaduras y donde la observancia de los derechos humanos es pésima, fue descrito hace poco por un alto funcionario del Departamento de Estado (cancillería) en una reunión reservada con activistas políticos birmanos en Tailandia.

"El funcionario dijo que ejercerían presión para que el régimen saliera del aislamiento. Eso será diferente de la anterior mano dura", dijo un participante en el cónclave.

"Usarán criterios muy realistas para medir los avances. Saben que el éxito no será rápido. Apelarán a la paciencia y necesitarán una estrategia de largo plazo", agregó.

Habrá, incluso, cambios en materia de aplicación de sanciones, las cuales han sido la regla en los gobiernos estadounidenses desde mediados de los años 90, así como los llamados al congelamiento de inversiones en Birmania.

La secretaria de Estado (canciller) Hillary Rodham Clinton advirtió públicamente que las sanciones no han alentado al régimen a avanzar hacia la reforma política. Desde febrero, cuando visitó Indonesia, anunció en varias ocasiones una "revisión de políticas" relativas a Birmania

En julio, Marcial aprovechó una reunión de representantes de los gobiernos del sudeste asiático para conversar durante una hora y media con el canciller de Birmania, Nyan Win. Y el mes pasado, altos funcionarios estadounidenses se reunieron con birmanos en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York.

"Las próximas reuniones deberían servir para clarificar lo que está sucediendo realmente dentro de Birmania y para saber si la junta habla en serio cuando se refiere al cambio político", dijo a IPS el portavoz de la Coalición Nacional de Gobierno para la Unión de Birmania radicada en Bangkok, Zin Linn, que reúne a representantes en el exilio del gobierno elegido a través de las urnas en 1989.

"Pero eso depende de cuántos participantes asistan, tanto de la junta como de la LND y de representantes de las minorías étnicas", agregó.

"Sin saber la situación en el terreno, la nueva política estadounidense no conducirá a ninguna parte. Habrán cometido el mismo error en el que otros gobiernos incurrieron antes", concluyó Zin Linn.

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