ASIA-EEUU: Obama avanza a paso cauteloso

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llegará este jueves a Japón, primera escala de una gira por Asia cuyas metas son moderadas por diferencias en materia militar, comercial, financiera y ambiental con los países de la región.

Uno de los principales puntos de la entrevista entre Obama y el primer ministro japonés Yukio Hatoyama en Tokio será la relación de los soldados estadounidenses apostados en la base militar de Okinawa con la población local.

En esa isla del sur de Japón residen dos tercios de los 47.000 militares del país norteamericano en el archipiélago asiático. La imagen de los soldados extranjeros quedó muy mal parada desde que en 1996 tres de ellos fueron condenados de la violación de una niña de 12 años.

Unos 21.000 manifestantes se concentraron el domingo en la ciudad de Nago, en Okinawa, para exigir la retirada de las fuerzas estadounidenses y apoyar al gobernante Partido Democrático en su llamado a negociaciones con Washington por una reducción de su representación militar allí.

Pero expertos en la capital estadounidense sugieren que difícilmente el asunto quede zanjado durante la visita presidencial.
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"Creo que hay consenso en no intentar resolver la cuestión en esta instancia", dijo a IPS Richard Bush, director del Centro de Estudios Políticos sobre Asia Nororiental de Brookings Institution.

Para Obama, "lo importante" será "no forzar el asunto en una etapa tan temprana" de la administración del Partido Democrático, que comenzó el 16 de septiembre "y nunca antes había gobernado", explicó.

"El apoyo del público" japonés a la alianza con Estados Unidos "sigue siendo fuerte, por lo que esto no es navegar en medio del huracán", agregó. "Este ambiente de respaldo hace más fácil que una eventual solución funcione."

No se prevé, tampoco, que las negociaciones hacia un acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos y Corea del Sur se aceleren cuando Obama llegue a Seúl. El gobierno surcoreano cree que el convenio será un componente importante en la ya firme relación bilateral.

El punto crítico del acuerdo es el acceso de los automóviles estadounidenses al mercado surcoreano.

"Queremos asegurarnos de que el acuerdo de libre comercio establezca un acceso adecuado", dijo el viernes Jeffrey Bader, a cargo de asuntos asiáticos en el gubernamental Consejo de Seguridad Nacional.

Sin embargo, el funcionario dijo ser incapaz de aventurar un pronóstico sobre tiempos y factibilidad política al respecto.

La escala en Corea del Sur servirá también para considerar la situación de Corea del Norte, las negociaciones internacionales al respecto y la inminente visita, anunciada este martes, de un pequeño equipo de Washington a Pyongyang para negociar la desnuclearización de ese país.

Las diferencias en cuestiones militares con Japón y comerciales con Corea del Sur impedirán grandes avances, pero Obama intentará compensarlo con apariciones públicas.

El presidente estadounidense brindará conferencias de prensa en Tokio, Seúl y Bejing y un discurso sobre relaciones con Asia en Tokio, y también participará en un foro con jóvenes en la ciudad china de Shangai.

Además, la situación en Afganistán es motivo de firmes acuerdos entre Estados Unidos y sus aliados asiáticos.

Tokio comprometió este martes un aporte de asistencia financiera al país de Asia central de 5.000 millones de dólares. Seúl anunció el envío de un equipo de reconstrucción. Esos datos son oportunos para que Obama reafirme la fortaleza del vínculo con esos dos gobiernos.

En cambio, los cuatro días de visita del presidente estadounidense a China marcarán un momento inusual en la historia de las relaciones entre estas dos potencias. Obama buscará nuevas áreas de cooperación, en especial a la luz de la crisis económica mundial en curso.

Washington ha intentado convencer a China de la necesidad de elevar su consumo interno y de fortalecer su moneda, el yuan, pero no es de prever que presione mucho a su principal acreedor.

De todos modos, Obama consideró que las cuestiones monetarias estarán presentes en su entrevista con el presidente chino Hu Jintao.

En la agenda también figurarán los asuntos ambientales. China y Estados Unidos son dos de los principales emisores de dióxido de carbono del mundo, y el diálogo entre ambos es crucial para el éxito de la Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático que se celebrará el mes próximo en Copenhague.

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