AMBIENTE-UGANDA: Lago Victoria busca desintoxicarse

Más de 6.000 personas viven y trabajan en la comunidad ugandesa de Ggaba, sobre el lago Victoria, donde funciona el mercado mayorista de pescado más cercano a la capital.

Habitantes de la comunidad de Ggaba ahúman pescado Crédito: Pius Sawa/IPS/IFEJ
Habitantes de la comunidad de Ggaba ahúman pescado Crédito: Pius Sawa/IPS/IFEJ

El agua luce verde —por el exceso de algas— y sucia desde el muelle. Y huele a pescado, o a estancada. Nadie está dispuesto a consumirla en su hogar, y los pasajeros que van y vienen desde Ggaba a las islas del lago Victoria se abstienen de meterse en ella.

El pescador John Sentamu, de 66 años, prepara sus redes para dejarlas en el agua toda la noche. Dice que por culpa de las algas ya no captura tantos peces como hace cinco años.

«Yo pescaba un bote completo y mi esposa vendía el pescado en el mercado todos los días. Nuestra vida era buena. Pero ahora ni siquiera logro llenar la mitad de un bote», relata.

«Los peces, especialmente las tilapias, se han apartado de las costas hacia aguas más profundas. Ninguno puede quedarse en aguas tan sucias. Y mi pequeño bote no puede ir más allá de 16 kilómetros», explica.
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Sentamu compara su embarcación con una gran nave de madera amarrada cerca de allí. Ésta consume alrededor de 80 litros de combustible diésel en viajes de más de 130 kilómetros en por el lago, hacia las islas, en busca de peces más grandes.

Dice que se necesitan más de 2.000 dólares para comprar un bote impulsado con un motor poderoso, como ése. Él, como la mayoría de los pescadores de Ggaba, está obligado a trabajar más cerca de la costa.

Otros pescadores dicen que las tilapias desovan en el extremo más superficial del lago, pero que actualmente no lo hacen porque el exceso de algas las ha espantado.

Sin embargo, el biólogo Lucas Ndawula, del Instituto Nacional de Investigación en Recursos Pesqueros (Nafirri, por sus siglas en inglés), señala que el hábitat de las tilapias, incluida su zona de reproducción, se encuentra en las áreas llanas, cercanas a la costa, por lo que no es verdad que la floración de las algas haya forzado a los peces a migrar hacia aguas profundas.

Según Ndawula, este excesivo crecimiento de algas ocurre cuando hay un influjo de nutrientes, principalmente nitrógeno, con que las algas se alimentan. Así se reproducen en vastas cantidades, utilizando mucho oxígeno disuelto en el agua del lago, lo que dificulta la supervivencia de peces y otros seres acuáticos.

Ndawula dice que uno de los resultados de la «sobre-fertilización» es el desarrollo de un crecimiento excesivo de algas en respuesta al exceso de nutrientes en el agua.

«Como las algas sirven de alimento para muchos organismos y para los peces, las transformaciones en su composición y cantidad se manifiestan en cambios a largo plazo en la relativa abundancia de diferentes organismos, como ocurrió en la comunidad de zooplancton del lago Victoria a lo largo de aproximadamente 30 años», agrega.

También, en septiembre y octubre murieron miles de peces en el lago, según la encargada de las reservas pesqueras del distrito de Jinja, Sarah Namulondo. La funcionaria espera un informe de la Autoridad de Manejo Ambiental para determinar la causa del problema.

El pescador Mohammad Kityo confirmó que en Ggaba los peces están falleciendo. Algunos días, cuando llega por la mañana a recoger sus redes, encuentra a varios muertos.

RESERVAS PESQUERAS ACUCIADAS

Las especies de peces del lago Victoria están bajo varias presiones desde hace tiempo. La perca del Nilo, un gran depredador, se comió a casi toda la variedad endémica de la tilapia, y hubo que introducir especies alternativas. La pesca artesanal, que usa redes ilegales y pesticidas, también pone en peligro a los ejemplares más valiosos para la pesca comercial, que se capturan cerca de la costa.

Sin embargo, el presidente de la Unidad de Manejo de Playas de Ggaba, Dirisa Walusimbi, dice que el crecimiento de algas no es permanente. Según él, hay estaciones en las que están constantemente presentes y estaciones en las que raramente se ven, y relaciona esto con la cantidad de peces capturados.

«Esto ha estado en el lago durante muchos años. Pero hay épocas en que se vuelve demasiado, especialmente cuando llueve», señala.

Parte de lo que dice Walusimbi va en línea con las observaciones de los investigadores. El crecimiento de algas es el resultado de que demasiados nutrientes ingresen al lago, lo que Ndawula describe como «sobre-fertilización».

«Cuando la eliminación de plantas deja el suelo desnudo, las lluvias arrasan grandes cantidades de suelos cargados de nutrientes hacia el cuerpo de agua adyacente. Ésta es la esencia de la erosión. Esos nutrientes, cargados en cantidades anormales, conducen al fenómeno de la sobre-fertilización y la contaminación», plantea.

En las áreas aledañas a Kampala, muchos practican la agricultura urbana. Cultivan verduras, bananas, papas, y crían ganado, cerdos y aves. Los productos químicos que usan y los desechos de sus granjas se abren paso hacia el lago durante las temporadas lluviosas.

Los florecimientos de algas en Ggaba y otras partes también están vinculados a la quema de carbón. Según Ndawula, la quema de demasiada materia orgánica también contribuye con la fertilización del lago, cuando el carbón queda en el aire y luego se sumerge en el agua.

El vertido de desechos industriales es otra causa de sobre-fertilización y contaminación del lago. El funcionario ambiental del distrito de Jinja, Ernest Nabihamba, indicó que la contaminación aumentó a causa del vertido no regulado de desechos en el lago, lo que conduce a la alta concentración de amoníaco, que agota el oxígeno del agua, asfixiando a los peces.

Además, la Corporación Nacional de Agua y Saneamiento, que abastece a Kampala, tiene problemas en su planta de tratamiento hídrico. Desde mediados de septiembre, la mayor parte de la capital está sometida a un racionamiento de agua, aparentemente porque el brote de algas bloqueó las turbinas.

ADVERTENCIAS IGNORADAS

Hace 10 años, Nafirri advirtió que el aumento de la agricultura y la industria en torno al lago causó un incremento de los desechos municipales e industriales. El informe señaló que las reservas pesqueras del lago corrían el riesgo de reducirse a la mitad. El Instituto señaló que sus planteos no fueron abordados.

Para mitigar el problema, la entidad delimitó cuatro sitios de reproducción de peces en el lago Victoria para ayudar a estimular las reservas que se vieron reducidas por las algas.

Pero esto no puede funcionar si no se implementan otras medidas para disminuir la sobre-fertilización de esas aguas. Nafirri difundió varios informes aconsejando al gobierno y a la población sobre cómo controlar las aguas residuales.

A consecuencia, la Unidad de Manejo de Playas en Ggaba aprobó dos normativas para impedir que la población arroje desechos al lago. Walusimbi dice que prácticamente todas las actividades están prohibidas en torno a los pantanos que constituyen los principales filtros naturales del agua.

Los cultivadores de palma aceitera en la isla de Kalangala ahora plantan una leguminosa que forma una cobertura útil para impedir que los fertilizantes se deriven hacia el lago. También hay una zona de exclusión de 200 metros entre la orilla del lago y el área sembrada, para prevenir la erosión.

Y un proyecto de control de hierbas acuáticas de 300 millones de euros (unos 446 millones de dólares) entre Egipto y Uganda permitirá que los residuos de las zonas aledañas sean dirigidos, mediante un canal de drenaje, a un pantano que filtrará el agua antes de que ésta ingrese al lago.

* Este artículo es parte de una serie producida por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales) para la Alianza de Comunicadores para el Desarrollo Sostenible (http://www.complusalliance.org).

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