Desavenencias entre los 10 países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) terminaron degradando el espacio que varios jefes de gobierno se disponían a abrirle a la sociedad civil de la región en la cumbre de esta semana en Tailandia.
La intención declarada del bloque, plasmada en la carta institucional vigente desde diciembre, es convertir la organización para 2015 en un cuerpo regional basado sobre normas y centrado en la ciudadanía de los países, siguiendo el ejemplo, en cierto modo, de la Unión Europea (UE).
La Asean, hoy integrada por Birmania, Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam, se fundó en 1967, en plena Guerra Fría, como escudo ante la expansión del comunismo.
Una fuente diplomática dijo a IPS que Tailandia, en su carácter de anfitrión de la 15 cumbre de la Asean en el centro turístico de Cha-am, al sur de Bangkok, pretendía establecer un espacio permanente de vinculación entre jefes de gobierno y representantes de la sociedad civil.
El antecedente fue la reunión de 20 minutos realizada en el marco de la 14 cumbre, celebrada en la misma ciudad tailandesa en febrero.
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Por ahora, el punto continúa en el orden del día de la conferencia. La reunión entre gobernantes y activistas de Asia sudoriental transcurrirá, según lo previsto, entre las 11:50 y las 12:20 de este viernes.
Pero el diplomático consultado por IPS reveló que Birmania, Camboya y Laos ya hicieron saber sus objeciones. "La categoría del compromiso entre los líderes de la Asean y la sociedad civil se reducirá" a una mera instancia informal, explicó.
"El viejo plan de Tailandia de institucionalizar la interfase entre los líderes de la Asean y representantes de más de 70 organizaciones no gubernamentales se desmorona", escribió el periodista especializado en política regional Kavi Chongkittavorn en su columna semanal para el diario The Nation. El experto indicó que Laos propuso la semana pasada, en una reunión de coordinación, catalogar de "opcional" la reunión propuesta con la sociedad civil en la cumbre que transcurrirá entre el viernes y el domingo y en las siguientes.
"Altos funcionarios de la Asean se apresuraron a aceptar la idea de Vientiane, lo que reflejó la gran ansiedad de los líderes desde la histórica cumbre de febrero", anotó Chongkittavorn.
Al ser consultado si la decisión implica "degradar" la reunión con activistas de la región, el director general del Departamento de Asuntos de la Asean de la cancillería tailandesa, Vitavas Srivihok, ofreció una respuesta diplomática.
"Nos gustaría que la participación de la sociedad civil en la cumbre fuera un pilar permanente de la Asean", dijo Vitavas. "Pero debemos asumir un enfoque realista que respete el desarrollo político y el proceso interno de cada país del bloque."
"Esta reunión podría realizarse el año próximo en forma de seminario, cena o recepción", agregó, en referencia a la 16 cumbre, que se celebrará en Vietnam, uno de los dos países del bloque gobernado por partidos comunistas. El otro es Laos, el más pobre de la región.
Pero no fue ésta la única muestra de la reticencia de los gobernantes de la Asean a reunirse con representantes de la sociedad civil. También se asignó a los ministerios de relaciones exteriores la facultad de elegir qué activistas y organizaciones participarán en las cumbres en nombre de cada país.
"Los nombres de todos los representantes de la sociedad civil deben ser enviados a través de las cancillerías. Nuestros pares de Myanmar (nombre que la dictadura le da a Birmania) lo querían así", confirmó Vitavas. "Pero eso no será de ese modo en todos los países. El gobierno de Tailandia dará a nuestra sociedad civil plena libertad para elegir los nombres."
A nadie sorprende la alarma de las organizaciones no gubernamentales, que perciben un retroceso desde la cumbre de febrero.
En esa ocasión, se realizó la primera reunión formal y cara a cara entre jefes de gobierno y representantes de la sociedad civil en 42 años de la Asean, la cual duró 20 minutos.
Pero los delegados de las organizaciones no gubernamentales birmanas y camboyanas debieron quedarse fuera del recinto, debido a la fuerte protesta del primer ministro de Birmania, general Thein Sein, y el de Camboya, Hun Sen, que amenazaron con retirarse de la reunión.
"Esperábamos repetir el éxito de la última cumbre. Queríamos que se institucionalizara esta interfase", dijo Yuyun Wahyuningrum, directora del programa de Asia oriental del Foro Asiático de Derechos Humanos y Desarrollo.
"Las últimas noticias son desalentadoras. Convertir la reunión en opcional equivale a degradarla. El nuevo criterio de selección también es problemático. Crea un clima de temor entre los activistas de países como Birmania y Laos", sostuvo.
"¿Por qué los líderes nos tienen miedo? Lo que estamos tratando de hacer es construir un diálogo. Esta interfase es importante para hacer visible a la sociedad civil, de modo de cumplir el compromiso de forjar una Asean centrada en la gente, como establece la carta del bloque", añadió Wahyuningrum.
La degradación de la reunión deja al descubierto los problemas de credibilidad de la Asean, dijo a IPS el cientista político Thitinan Pongsudhirak, de la Universidad Chulalongkorn en Bangkok, quien había moderado el diálogo entre gobernantes y activistas en la pasada cumbre.
"Esto ocurre en un momento crítico, cuando la Asean trata de tornarse una institución inclusiva y amistosa con la gente, más que un club para jefes de gobierno y burócratas", advirtió.
Pongsudhirak consideró que la decisión implica una violación de la carta del bloque, una suerte de constitución regional que compromete a todos los países que lo integran con principios comunes, entre ellos la protección y promoción de los derechos humanos.