El gobierno de Barack Obama se comprometió a mejorar el vínculo con Cuba. Pero este miércoles mantuvo en la ONU la habitual defensa del embargo económico, financiero y comercial de Estados Unidos contra el país caribeño, que ya lleva 47 años.
De los 192 países integrantes de la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), 187 votaron la 18 condena consecutiva a las sanciones impuestas por Washington a La Habana.
Solo tres delegaciones votaron en contra (Estados Unidos, Israel y Palau), mientras dos se abstuvieron (Islas Marshall y Micronesia).
Se trata de una votación de rutina en la Asamblea sobre uno de "los más persistentes embargos comerciales de la historia", impuesto contra Cuba en 1962. Se la considera una victoria política y moral para el gobierno de Raúl Castro, dada la caída del apoyo sufrida por la posición estadounidense a lo largo de los años.
La cuestión, para el gobierno de Obama, es si está comprometido con transformar sustancialmente la política exterior de Washington o si pretende apenas cambiar sus apariencias, dijo a IPS el periodista Bill Fletcher Jr., director de la publicación política BlackCommentator.com.
[related_articles]
"Si Estados Unidos no rompe con este bloqueo criminal, no habrá transformación real de su política internacional", observó Fletcher.
El embargo, para Obama, es embarazoso, pero para el pueblo de Cuba es fuente de continua tensión y de dificultades, según el experto.
"El hecho de que el pueblo cubano haya podido sobrevivir al bloqueo debe ser homenajeado. El gobierno de Obama debe dar un paso dentro del siglo XXI", agregó.
Sarah Stephens, directora ejecutiva del Centro para la Democracia en las Américas, dijo: "El presidente Obama debe tomar nota de la votación en la ONU por lo que implica: un signo de que nuestro país debe actuar en el mundo como si estuviéramos en 2009 y no en 1959."
Para eso, sostuvo, Washington "debe dejar de lado el embargo y dialogar abierta y directamente con Cuba".
Por su parte, el director ejecutivo del Fondo para la Reconciliación y el Desarrollo con sede en Nueva York, John McAuliff, observó en una declaración publicada este miércoles: "La hipocresía de Estados Unidos en su defensa del embargo se equipara con la hipocresía de Israel votando con nosotros. Los ciudadanos israelíes van de vacaciones, invierten y trabajan en Cuba."
El embajador de China en la ONU, Zhang Yesui, argumentó ante la Asamblea que el embargo estadounidense contra Cuba no sólo constituye una violación grave de los propósitos y principios del foro mundial, sino que también socavan el derecho de los cubanos a sobrevivir y a alcanzar el desarrollo.
El Grupo de los 77 y China, expresión del Sur en desarrollo en el sistema de las Naciones Unidas, exigió a Estados Unidos "acabar con este embargo" y "adherir plenamente a los principios de respeto mutuo y no interferencia en los asuntos internos de un país hermano".
"El profundo impacto de la crisis económica mundial y el persistente embargo de Estados Unidos continuarán agravando las dificultades por las que pasa el pueblo cubano", dijo, en nombre del Grupo, el embajador de Sudán, Abdalmahmood Abdalhaleem Mohamad.
El diplomático srilankés Dayan Jayatilleka, experto en asuntos cubanos, dijo a IPS que Estados Unidos sufre "una Bahía de Cochinos diplomática" cada año en que se ha propuesto a la Asamblea General un proyecto de condena al embargo, en alusión a la fallida invasión a la isla por parte de milicias anticastristas asistidas por Washington en 1961.
Jayatilleka consideró "paradójico" que esa actitud continúe en la presidencia de Obama, quien ha "procurado restaurar la moral de Estados Unidos, combinando ética con realismo".
Pero el embargo no es ético y ni siquiera es beneficioso para Washington, según el diplomático srilankés, autor del libro "La dimensión moral del pensamiento político de Fidel Castro", publicado en Londres.
Hasta los ciudadanos del sudoriental estado de Florida, en Estados Unidos, bastión de la comunidad cubana anticastrista en el exilio, han mostrado voluntad de romper con la vieja y rígida política de Washington hacia La Habana, según Jayatilleka.
La embajadora de Estados Unidos en la ONU, Susan Rice, dijo ante la Asamblea General que en los últimos meses el gobierno de su país tomó varios pasos para apoyar al pueblo cubano en su deseo de determinar libremente el futuro de su país.
"Hemos promovido las visitas de familiares" exiliados a Cuba "y el libre flujo de información desde y hacia" el país latinoamericano, indicó.
Rice recordó que Washington levantó las restricciones a las visitas de cubanos a sus familiares en la isla y a las remesas enviadas allí desde Estados Unidos, y que elevó la cantidad de artículos de carácter humanitario que los estadounidenses pueden donar a personas que viven en Cuba.
"Son pasos importantes y esperamos que sean un punto de partida para próximos cambios en las relaciones" bilaterales, afirmó.
Mientras, el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla exhibió una larga lista de medicinas de primera necesidad que las compañías farmacéuticas estadounidenses no pueden venderle a su país a causa del embargo.
"Desde la investidura del presidente Obama no hubo ningún cambio en la implementación del bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba. El bloqueo sigue intacto", dijo Rodríguez Parrilla a la Asamblea General.
"Continúa siendo una política absurda que causa escasez y sufrimientos. Es una masiva, flagrante y sistemática violación de los derechos humanos", agregó.