CAMBIO CLIMÁTICO: "Lo que se necesita es liderazgo"

Lester Brown dice que, a veces, sus puntos de vista parecen extremos porque la gran mayoría de los medios de comunicación dominantes no entienden la urgencia y los desafíos que impone el catastrófico fenómeno del cambio climático.

"No podemos darnos el lujo de dejar que el planeta se caliente mucho más", sostiene.

Luego de trabajar como granjero en el nororiental estado estadounidense de Nueva Jersey, Brown ingresó en los años 60 ingresó en el Servicio Civil, convirtiéndose en un experto en políticas agrícolas antes de fundar el Worldwatch Institute, en 1974.

Ganador de muchos premios y títulos honoríficos, Brown es autor de 50 libros. En 2001 fundó el Earth Policy Institute con sede en Washington, el cual también preside, para trazar una hoja de ruta hacia una economía ambientalmente sostenible.

IPS dialogó con Brown sobre su nuevo libro, "Plan B 4.0: Mobilizing to Save Civilization" ("Plan B 4.0: Movilizarse para salvar a la civilización"). Se trata de la cuarta versión, y tal vez la más urgente, de la serie "Plan B", a la cual se puede acceder en el sitio web del Instituto.
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IPS: En su nuevo libro, usted reclama una reducción de 80 por ciento en las emisiones de carbono para 2020. Eso es muchísimo más de lo que cualquier país propone ahora.

LESTER BROWN: Los líderes políticos se fijan en la magnitud que debería tener la reducción de las emisiones para ser políticamente viable. En el Earth Policy Institute, en cambio, evaluamos cuánto se necesita para evitar los efectos más peligrosos del cambio climático.

Las enormes plataformas heladas de Groenlandia y el Antártico occidental ya se están derritiendo a un ritmo acelerado. Si se derriten completamente, esto elevará 12 metros los niveles del mar. Los glaciares de montaña se están reduciendo en todo el mundo y corren riesgo de desaparecer, incluidos los de las montañas de Asia, donde el derretimiento de los hielos alimenta a los principales ríos del continente durante la estación seca.

Para estabilizar el clima y mantener el futuro aumento de las temperaturas globales en un mínimo, necesitamos mantener la concentración de dióxido de carbono en 400 partes por millón.

IPS: ¿Es posible semejante reducción de las emisiones?

LB: Insumirá una movilización mundial propia de tiempos de guerra. Primero, invertir en eficiencia energética nos permitirá impedir que aumente la demanda mundial de energía. Dejar de usar diodos emisores de luz y pasar a sensores inteligentes como los detectores de movimiento puede reducir 90 por ciento la cantidad de electricidad utilizada en iluminación.

Luego podemos reducir un tercio las emisiones reemplazando los combustibles fósiles por fuentes de energía renovables en la producción de electricidad y calor. En pocos años, Texas cuadruplicará su producción de energía eólica a 8.000 megavatios. Y planea aumentar a 40.000 megavatios, el equivalente a 50 centrales alimentadas a carbón. El ritmo del cambio quita el aliento.

Reducciones por otro 14 por ciento en las emisiones se concretarán reestructurando nuestros sistemas de transporte y reduciendo el uso de carbón y petróleo en la industria. Poner fin a la deforestación en todo el mundo puede reducirlas otro 16 por ciento. Por último, plantar árboles y manejar suelos para secuestrar carbono puede absorber otro 17 por ciento.

Ninguna de estas iniciativas depende de las nuevas tecnologías. Sabemos qué se necesita hacer para reducir 80 por ciento las emisiones de dióxido de carbono para 2020. Y todo lo que se necesita ahora es liderazgo.

IPS: La mayoría de la gente, incluidos los líderes políticos, no parecen tener ningún sentido de urgencia o peligro respecto del cambio climático. ¿Qué motiva esta propuesta de movilización "de guerra"?

LB: El cambio ya está ocurriendo y se está acelerando. Las emisiones de carbono en Estados Unidos bajaron nueve por ciento este año, y no sólo debido a la recesión. Dudo que en el futuro se construya una nueva planta eléctrica a carbón en este país: solamente este año 22 habrán sido cerradas o reconvertidas. Cuando se vuelva más evidente el aumento del nivel del mar, la gente actuará.

Esto es algo similar a la caída del Muro de Berlín, en 1989. Hubo años de descontento generalizado antes de esa caída, y luego, aparentemente de la noche a la mañana, se produce una revolución política que lo cambia todo. Nos estamos moviendo hacia esta clase de punto de inflexión.

IPS: ¿Qué otras señales ve usted de que el planeta esté llegando a ese punto de inflexión?

LB: Veo un cambio en los patrones de socialización. En una época, obtener la licencia de conducir o poseer un automóvil era la clave para la interacción social de los jóvenes. Eso está cambiando. En Japón, la socialización ocurre ahora a través de Internet y las ventas de autos nuevos están en declive. La flota automotriz se reduce, incluso en Estados Unidos, y aumenta el uso de bicicletas.

También veo mucha búsqueda de valor: ¿cuáles son los efectos en la salud del uso de automóviles y del estilo de vida basados sobre el traslado continuo? ¿Cómo podemos construir calles completas con aceras y ciclovías que sean seguras para todos?

La crisis económica también ha cambiado el pensamiento. Creo que surgiremos como una sociedad mucho menos materialista.

IPS: ¿Será eso suficiente para reestructurar las economías mundiales?

LB: No lo sé. Al final, la carrera para salvar a la civilización es entre los puntos de inflexión socio-políticos y los naturales.

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