La rápida desaparición de glaciares y el consecuente agotamiento de las fuentes de agua empujan a la pobreza a los pueblos andinos y obligan a crear conciencia sobre el cambio climático, dijeron expertos bolivianos a IPS.
Un incremento de la temperatura determina pérdidas de nieve y hielo en la cordillera de los Andes, advirtió la responsable de cambio climático de la filial boliviana de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA), Carmen Capriles.
La funcionaria dialogó con IPS durante una visita al Chacaltaya, montaña a 30 kilómetros de La Paz cuyo pico superior se encuentra a 5.530 metros sobre el nivel del mar.
El Chacaltaya es una muestra de "glaciar muerto". Hasta hace 10 años tenía una masa de hielo y nieve que lo convertían en la pista de esquí más alta del mundo y que representaban su gran atractivo, según coinciden los impulsores del capítulo boliviano del movimiento internacional Acción Climática 350.
Esta organización reclama medidas urgentes para frenar las emisiones a la atmósfera de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero.
[related_articles]
Durante todo el año, la montaña sólo exhibe su imagen cónica de roca. Pero el pasado fin de semana, una tormenta de nieve acompañada de bajas temperaturas y fuertes vientos saludó la visita de un centenar de sorprendidos activistas.
"Es un milagro del cielo", exclamó el presidente del Círculo de Periodistas de Turismo de Bolivia, Jorge Amonzabel, defensor del ambiente y aficionado al esquí.
Una veintena de organizaciones se sumaron a Acción Climática 350, que reclama limitar la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera a 350 partes por millón, lo cual se discutirá en diciembre en la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que se celebrará en Copenhague.
La alegría por la nieve que cubrió con rapidez el tejado del único refugio y por los copos posándose libres y veloces sobre los rostros y la ropa se mezcló con cierta desazón, porque esa imagen no será habitual durante el resto del año.
Una tormenta de nieve en la primavera boliviana es inusual y puede atribuirse al desorden climático, dijo Amonzabel, quien observaba apesadumbrado lo que en otros tiempos fue una natural pista de esquí ahora convertida en una pendiente de roca y tierra.
Bolivia es un país altamente vulnerable a los cambios ambientales, sociales y económicos globales, expresó Capriles.
La seguridad alimentaria de los pueblos altiplánicos está seriamente amenazada porque la sequía reduce la cosecha de tubérculos, granos y pienso para ganado, mientras la falta de periodos de baja temperatura impide el proceso de deshidratación y conservación de la papa (chuño), producto básico para temporadas de escasez, afirmó.
Tradicionalmente, recordó la experta, las familias que viven de la agricultura de subsistencia en zonas rurales vendían su excedente de alimentos y, con ese dinero, accedían a bienes y servicios necesarios. Pero ahora se ven obligados a vender lo poco que cosechan y se quedan sin comida.
La psicóloga Daniela Leytón, coordinadora de género de Acción Climática 350 para América Latina, Daniela Leytón, consideró que los bolivianos, más que limitarse a ser espectadores del recalentamiento, pueden "ser activos en un país vulnerable por sus altos índices de pobreza y donde se observan efectos físicos como el derretimiento de las nieves del Chacaltaya".
"Tenemos la oportunidad de movilizarnos y canalizar nuestras demandas de manera efectiva", dijo a IPS.
Leytón afirmó que las mujeres soportan los efectos del cambio climático por sus roles y por las condiciones de discriminación y pobreza que las afectan desproporcionadamente.
Por eso, manifestó, ella participa en un movimiento que, además de defender los derechos femeninos, reclama al mundo una acción hacia la conservación de la naturaleza.
Las mujeres de las zonas bajas de Bolivia saben por anticipado que entre los meses de enero y febrero se verán obligadas, a causa de las inundaciones, a abandonar sus casas y a asentarse en espacios no necesariamente adecuados para sobrevivir.
La activista destacó la creatividad de las jefas de familia, que combaten la desnutrición buscando alimentos ricos en proteínas producidos en carpas solares y empleando métodos de cocción también solar, de modo que también evitan el consumo de combustibles contaminantes.
Capriles señaló que el Chacaltaya no ha sufrido sólo el aumento de temperatura, sino el impacto de la extracción de hielo para su uso en frigoríficos y heladerías de la vecina ciudad de El Alto.
Al aumento de la temperatura ha contribuido también el uso de techos de zinc (calaminas), que reflejan y multiplican los rayos del sol, explicó.
El ingeniero Luis Tórrez, experto en cambio climático y desarrollo urbano, consideró que el uso de combustibles fósiles continuará en el mundo por muchos años, y ante este escenario recomendó rediseñar las viviendas para adaptarlas a eventos como tormentas y deslizamientos.