La apabullante victoria electoral del opositor Partido Democrático de Japón (PDJ), con su candidato Yukio Hatoyama, ante el gobernante Partido Democrático Liberal (PDL), infundieron un renovado optimismo a muchos hombres y mujeres afectados por la crisis, como Yasuyo Takahashi.
"Sentimos que ahora tenemos una buena oportunidad de generar cambios en la política japonesa", dijo esta madre de dos niños en edad escolar residente en un suburbio de Tokio.
Ella se autodefine como "apolítica", pero justo antes de los comicios del domingo renovó su interés en el tema, ayudando a volcar la marea a favor del partido opositor.
Se valora que el PDJ, con sus apenas 10 años de existencia, haya más que duplicado sus legisladores en la Cámara de Representantes, hasta ocupar ahora 308 de los 480 escaños de ese cuerpo, y logrando así una cómoda mayoría. Por otro lado, los lugares destinados al PDL se redujeron considerablemente, pasando de 300 a 119.
Incluso antes de que terminaran los 54 años del PDL en el poder, ya había muchas esperanzas de que estuviera gestándose un cambio. Este tema, recurrente durante la campaña, tuvo un gran impacto en votantes como Takahashi, desesperados por un cambio de régimen.
[related_articles]
"Repentinamente, mis amigas y yo nos convertimos en votantes interesadas", dijo.
Semanas antes de los históricos comicios, ella y sus amigas discutían cuestiones políticas a la hora de la cena. Sopesaban las plataformas electorales de los candidatos y evaluaban qué significaba para ellos y sus hijos, algo que jamás habían hecho antes, agregaron.
Takahashi dijo que, como madres, están particularmente interesadas en las acciones del nuevo gobierno para aumentar las guarderías infantiles y brindar complementos económicos para los niños así como garantizar un abaratamiento de la educación.
Aunque grupos como el de ella y sus amigas participaron en vigorosas discusiones sobre las elecciones, otros, particularmente de jóvenes, adoptaron iniciativas visibles en todo Japón.
Decenas de organizaciones estudiantiles independientes, por ejemplo, marcharon por las calles llamando a los jóvenes a votar. También realizaron campañas en el ciberespacio, intentando sacudir la apatía política.
Según la agencia de noticias Kyodo News, con sede en Tokio, la concurrencia a las urnas de votantes de entre 20 y 29 años en los últimos comicios fue de 30 a 40 por ciento, en comparación con 66,7 por ciento en las elecciones de 1967.
Sin embargo, quienes rondan los 60 años representaron entre 70 y 80 por ciento del electorado en las últimas tres décadas.
Para alentar a los jóvenes a comprometerse a votar, Kensuke Harada y sus amigos crearon el sitio web "ivote". Junto con muchos otros grupos de jóvenes que estaban organizados desde antes de las elecciones, ivote también congregó a ciudadanos tras la idea de sufragar.
Y lo lograron, como quedó en evidencia por la enorme participación de ciudadanos en las elecciones, en gran medida jóvenes.
"Ellos deben haber sentido que podían marcar una diferencia en el resultado electoral y en la política japonesa aunque en realidad no esperaran su impacto inmediato en sus vidas cotidianas", dijo el joven de 23 años, estudiante de ciencia política en la Universidad de Tokio.
"Quedamos impresionados por el resultado de las elecciones", dijo Harada.
Ya en febrero, Harada y sus amigos comenzaron a organizar fiestas para votantes jóvenes a fin de reunirse y debatir temas vitales con políticos de todas las tendencias. El grupo logró crear una red nacional con más de una decena de otros grupos, para organizar un encuentro en la víspera de las elecciones en cada una de sus 15 ciudades, incluida la capital.
El día de los comicios, su grupo envió un recordatorio por correo electrónico a alrededor de 1.200 miembros registrados para que al otro día fueran a votar.
Aunque sondeos realizados por los medios de comunicaciones nacionales habían pronosticado un drástico viraje del poder en la Cámara de Representantes, el resultado final fue aún más sorprendente de lo previsto.
"Éste es el fin histórico del gobierno del PDL", dijo el conductor de televisión Soichiro Tahara durante la cobertura de las elecciones del domingo.
El primer ministro Taro Aso admitió la derrota poco después de cerrarse las urnas. También reconoció la "desilusión" del pueblo para con su gobierno, al que se culpó de los problemas económicos que acuciaron al país, entre otros temas importantes.
Incluso muchos veteranos líderes del PDL y ex y actuales ministros, entre ellos el ex primer ministro Toshiki Kaifu (1989-1991) y el actual ministro de Finanzas Kaoru Yosano, perdieron a manos de candidatos nuevos y más jóvenes del Partido Democrático en sus propios distritos.
"Los votantes buscaron un sistema alternativo para su propia supervivencia", y esto significó echar del poder al "anticuado PDL", en el contexto de "la mayor crisis de posguerra que afectó a Japón", dijo a IPS Takashi Nishio, profesor de administración pública en la Universidad Internacional Cristiana de Tokio.
La crisis no es sólo económica, destacó. Los japoneses están más ansiosos que nunca por su seguridad y bienestar, especialmente con la llegada de la influenza A/H1N1.
Los votantes se dieron cuenta de que el viejo sistema, donde las políticas eran elaboradas e implementadas por poderosos burócratas en vez de legisladores, ya no los iba a proteger más, señaló.
La segunda economía más grande del mundo experimentó la mayor contracción desde la crisis económica de 1974. Pese al aumento de 0,9 por ciento en el producto interno bruto que se registró entre abril y junio de este año, el panorama económico se volvió nefasto para muchas personas.
Según el líder estudiantil Harada, el interés de sus compañeros en la política se generó a partir del deterioro económico, que debilitó mucho las perspectivas de empleo.
Nishio dijo que el manifiesto del PDJ listó políticas específicas que brindaron a los votantes ideas más claras sobre qué querían en su nuevo gobierno.
Por ejemplo, los demócratas prometieron no elevar el impuesto al consumo durante cuatro años y hacer autopistas gratuitas, así como reducir drásticamente los gastos gubernamentales innecesarios, para facilitar el financiamiento de sus programas.
La asistencia récord, de 69,28 por ciento de los votantes, en estas elecciones, reflejó claramente el reclamo de cambio, según los analistas.
También fue "el resultado de frustraciones y quejas sobre el PDL que se acumularon durante mucho tiempo", dijo Aso, durante una conferencia de prensa televisada, al admitir la derrota ante el PDJ.
Ahora que pasaron las elecciones y que Yukio Hatoyama será el nuevo primer ministro, la duda que persiste en las mentes de muchos es: ¿cumplirá el PDJ el cambio que prometió?
Por ahora, los sentimientos de euforia y optimismo son palpables en el país. "Los cambios se están produciendo", dijo Harada.