El régimen comunista de China deja poco librado al azar cuando se trata de celebraciones solemnes. El triunfo de su revolución cumplirá 60 años este jueves, y se conmemorará con actos masivos y grandes espectáculos.
Pero la dirigencia del Partido Comunista decidió desaprovechar la ocasión de fusionar lo antiguo con lo moderno. En lugar de abrir espacio a la espontaneidad del Medio Otoño en el aniversario de la Revolución, prefirió fijar una rígida coreografía para controlar la celebración.
El desfile militar conmemorativo será uno de los más grandes de la historia moderna, pero los civiles de a pie no podrán presenciarlo en directo. Tampoco el festejo nocturno y la pirotecnia en la plaza Tiananmen de Beijing, dirigidos, al igual que la apertura de los Juegos Olímpicos de 2008, por el cineasta Zhang Yimou.
A falta de participación directa de las masas, el fervor patriótico es fomentado con un alud de propaganda, que incluye el uso de 40 millones de flores y la exhibición de tres megaproducciones cinematográficas sobre el nacimiento de la China comunista.
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"Es muy auspicioso que el Partido Comunista celebre el aniversario junto con el Festival de Medio Otoño, o tal vez yo creo esto porque soy supersticioso", dijo Bai Anzheng, quien trabaja en la entrada del parque Chaoyang, donde transcurrirán algunos de los actos.
Pero los mandarines del Partido parecen desconfiar de su suerte: reclutaron a dos millones de militares y de voluntarios para custodiar la seguridad en Beijing con el fin de que nada perturbe el despliegue de poder que han montado para la celebración.
"Ni un mosquito podrá atravesar nuestro muro de seguridad", dijo el encargado de los puestos de control alrededor de la capital, Yang Haiyang, a la revista Southern Weekend.
La semana de conmemoraciones se abrirá este jueves con el desfile militar y un discurso del secretario general del Partido Comunista, Hu Jintao. Ese día habrá asueto en Beijing, que estará adornada con toda la pompa.
El desfile incluirá el despliegue de cinco misiles nunca antes vistos en la céntrica avenida de la Paz Eterna. Ciento cincuenta aviones de guerra cargando bombas surcarán los cielos.
Las calles estarán cerradas al público. Las autoridades advirtieron a quienes vivan sobre las avenidas por donde pasará el desfile que deberán abstenerse de salir a los balcones y limitarse a verlo por televisión.
Luego del desfile militar habrá una procesión de unos 180.000 civiles. En 60 plataformas rodantes asistirán veteranos de la guerra civil (1945-1949) que enfrentó a las guerrillas comunistas de Mao Zedong con las tropas nacionalistas de Chiang Kai-Shek.
El 1 de octubre de 1949 fue el día en que Mao proclamó en Tiananmen que el pueblo chino se había "puesto de pie".
Este jueves, soldados enarbolando el pabellón de la República Popular China darán 169 pasos para marcar los 169 años transcurridos desde la humillante derrota que le infligieron las potencias occidentales en la Guerra del Opio.
"La ceremonia simbolizará la lucha de China para convertirse en una nación fuerte y rica", dijo el investigador Wang Zhengxu, del Instituto de Política China de la Universidad de Nottingham. La búsqueda de la independencia y de la integridad nacional definieron los últimos 60 años, explicó.
Los tres filmes que se estrenarán en ocasión de las celebraciones se concentran en los primeros años del régimen comunista, eludiendo las hambrunas de la década del 50 o el caos político de la Revolución Cultural de fines de la del 60.
"La fundación de una república", "Tiananmen" y "Mensaje" cuentan con más de 170 actores y actrices del floreciente sistema de estrellato cinematográfico chino, entre ellos los internacionalmente conocidos Jackie Chan, Jet Li y Zhang Ziyi. Los directores presentaron sus películas como "regalos de cumpleaños a la patria".
"Tres son demasiadas para vender", dijo Chen Xueli, propietario de una tienda de películas en DVD. Sus clientes han preferido comprar "La fundación de una república" para satisfacer su curiosidad sobre la asignación de los papeles históricos.
Los compradores suelen quejarse después de que el filme es demasiado parecido a otros que se han hecho antes sobre el mismo tema, sostuvo Chen.
La censura primó en estas películas, pero también en publicaciones académicas. Una editorial de Hong Kong recibió presiones para interrumpir la difusión de "Revisión de la historia china", de Xiao Jiangsheng, prohibida hace dos años en el resto del territorio porque informa sobre las hambrunas de los años 50 y sobre la represión a las manifestaciones prodemocráticas en la plaza de Tiananmen en 1989.
