CAMBIO CLIMÁTICO: La mitad femenina golpea la mesa

La población femenina del mundo tiene mucho que perder y mucho para decir sobre el cambio climático. Quienes promueven que las negociaciones internacionales tengan perspectiva de género llevan nueve meses nadando contra la corriente. Pero ahora empiezan a recoger sus frutos.

Pese a los augurios pesimistas ante las negociaciones climáticas que se desarrollarán entre el 7 y el 18 de diciembre en Copenhague, representantes de la Alianza Mundial de Género y Cambio Climático (GGCA, por sus siglas en inglés) mantienen buenas expectativas.

La GGCA es una red de organizaciones no gubernamentales e intergubernamentales y de agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que trabajan para conseguir que las políticas sobre cambio climático consideren a las mujeres y la problemática de género.

La importancia de la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 15) radica en que debe dar a luz un acuerdo obligatorio sobre reducción mundial de emisiones contaminantes que suceda al Protocolo de Kyoto tras su expiración, en 2012.

La GGCA sigue de cerca las conversaciones que se iniciaron el lunes en Bangkok y se extenderán hasta el 9 de octubre y que son la penúltima instancia de debate rumbo a Copenhague. La última está programada entre el 2 y el 6 de noviembre en Barcelona.
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A la conferencia de la capital tailandesa asisten unos 4.000 delegados de 177 países.

"Hace nueve meses no había ningún lenguaje de género en las negociaciones climáticas. Ahora incluimos 23 párrafos (que citan a) las mujeres y la igualdad y equidad de género", dijo en una conferencia de prensa Cate Owren, coordinadora del programa para el desarrollo sostenible en la Organización de las Mujeres para el Ambiente y el Desarrollo, integrante de la Alianza.

Esas 23 referencias son consideradas para su inclusión en el texto que se está negociando en Bangkok y que constituirá el borrador final a presentar en Copenhague y la base para la implementación de soluciones al cambio climático.

Las negociaciones son dirigidas por el Grupo de Trabajo Ad Hoc sobre la Acción Cooperativa a Largo Plazo (AWG-LCA), creado por el Plan de Acción de la COP 13, celebrada en diciembre de 2007en la isla indonesia de Bali.

Según Owren, el AWG-LCA tiene el propósito de "abordar cada aspecto del cambio climático —adaptación, mitigación, tecnología, finanzas y desarrollo de infraestructura—, y de alcanzar una visión común".

En este último aspecto, por ejemplo, la Alianza propuso que bajo la mención a "los actores fundamentales" el texto incluya a "mujeres, pobres, indígenas, jóvenes y otras poblaciones marginadas".

También se sugirió desglosar datos por sexo y por edad, y reconocer a mujeres y hombres como "actores por igual en los procesos de toma de decisiones e implementación".

La consejera de Oxfam sobre cambio climático, Heather Coleman, enfatizó la importancia de vigilar lo que se negocia en los meses que quedan hasta diciembre para "garantizar que el lenguaje de género permanezca" en el borrador final.

El reclamo sobre género responde a que las mujeres son quienes cargan con la peor parte de los desastres naturales, que serán más frecuentes e intensos debido al cambio climático.

Las organizaciones de la GGCA sostienen que es irónico que, mientras las mujeres suelen ser las más perjudicadas por los desastres naturales, no tengan voz en los debates sobre ambiente y cambio climático.

"Las estadísticas son asombrosas. Por cada hombre que muere en un desastre natural, perecen cuatro mujeres", dijo Hannie Meesters, del Equipo de Género del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

No es que las mujeres sean "naturalmente más débiles que los hombres", sino que se debe a la "división de género en nuestra sociedad", dijo Meesters.

En algunos países, las mujeres ni siquiera saben nadar porque la sociedad considera que es inapropiado, señaló. A otras no se les permite salir sin la escolta de un hombre de la familia, incluso en situaciones de emergencia, agregó.

Citando estudios sobre las inundaciones y ciclones que afectaron a Bangladesh en 1991, Jean D'Cunha, directora del programa regional para Asia oriental y sudoriental del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem), enfatizó las dificultades femeninas en tiempos de desastres.

Durante esas catástrofes, las mujeres de entre 20 y 44 años fallecían en una proporción de 71 cada 1.000, mientras que entre los hombres la relación era de 15 cada 1.000, dijo.

La actual situación de emergencia de Filipinas, generada por el tifón que inundó amplias porciones de Manila y áreas aledañas, es otro ejemplo de cómo las mujeres se ven perjudicadas por los desastres naturales.

"En este momento, las inundaciones están bajando lentamente, y las mujeres están volviendo a hacer tareas domésticas y, al mismo tiempo, a sus lugares de trabajo", dijo Feri Lumampao, directora ejecutiva de la organización no gubernamental Approtech Asia, con sede en la capital filipina.

Obtener agua y luz —más escasas a medida que se intensifica el cambio climático— es un gran problema en zonas rurales, donde las mujeres constituyen "más de la mitad de la población", agregó.

Se considera que en las sociedades tradicionales las mujeres son las principales responsables del uso doméstico de estos recursos. Otros desafíos que enfrentan son la inseguridad alimentaria y la falta de tierras cultivables.

"Necesitamos nuevas tecnologías para adaptarnos y mitigar el cambio climático, y para eso necesitamos apoyo financiero. Las actividades para instalar infraestructura están en curso, pero no vemos que las mujeres sean una parte importante de esas acciones locales", dijo Lumampao.

Según la GGCA, las mujeres son particularmente vulnerables a las consecuencias del cambio climático, precisamente por culpa de las brechas y desigualdades de género.

Las estadísticas muestran que 70 por ciento de los 1.300 millones de indigentes del mundo son mujeres y niñas. Además, las mujeres poseen apenas uno por ciento de las propiedades y constituyen 75 por ciento de los adultos analfabetos del planeta.

Es probable que las transformaciones debidas al cambio climático "tengan implicaciones generalizadas para individuos, comunidades, regiones y naciones", señala el informe del PNUD "Human Security, Vulnerability and Sustainable Adaptation" (Seguridad humana, vulnerabilidad y adaptación sostenible).

Las mujeres sienten esos impactos de inmediato.

Según Lumampao, es importante garantizar que la igualdad de género tenga prioridad en los debates sobre cambio climático, y también que se brinde financiamiento.

Igualmente crucial es reconocer el rol de las mujeres en la resolución de los problemas climáticos, opinó Owren, dado que "las mujeres constituyen más de la mitad de la población mundial".

Aparte de ser las administradoras de los recursos naturales y las productoras de alimentos, las mujeres son vistas como "quienes se ocupan de cuidar a otros, innovadoras, educadoras, poseedoras de conocimientos esenciales y organizadoras", enfatizó. De hecho, son agentes de cambio, sostuvo.

"Es una ocasión memorable. Estamos muy optimistas y creemos que en Copenhague emergerá un resultado con sensibilidad de género", concluyó Owren.

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