Con el privilegio de estar en una zona libre de grandes catástrofes naturales, Uruguay sufre sin embargo en los últimos tiempos el aumento en importancia y recurrencia de las inundaciones producto del cambio climático. Y el centro del país aparece como una de las zonas más vulnerables.
El desborde de ríos y arroyos se ha multiplicado a tal punto que hace dos años las ciudades de Mercedes, en el oeste, Durazno, en el centro, y Treinta y Tres, en el este, soportaron la peor crisis sanitaria de su historia. El problema se reitera cada invierno, aunque los daños se han reducido en función de reasentamientos y mayor cuidado en el ordenamiento territorial.
Pero igual este drama provocado por periódicas lluvias abundantes, intercaladas con sequías cada vez más recurrentes, sigue siendo el «evento adverso de mayor magnitud que provoca frecuentemente situaciones de emergencia o desastre» poblacional y económico, como define el SNE, el organismo oficial de socorro para todo tipo de catástrofes que reúne al gobierno nacional, autoridades locales y organismos de seguridad, entre otros.
El SNE (Sistema Nacional de Emergencias) tuvo a las inundaciones como tarea en 20 de las 32 intervenciones que debió hacer desde 1997 a 2003, abarcando los 19 departamentos (provincias) en que se divide Uruguay, según un estudio realizado por la estatal Universidad de la República.
Una investigación que, empero, no abarca la última gran inundación registrada en mayo de 2007, la mayor en casi medio siglo, cuando debieron ser evacuadas 12.000 personas, la mitad de ellas sólo en Durazno, y fueron afectadas otras 110.000 en distintas partes de este país de 3,3 millones de habitantes. La causa fue el récord de lluvias caídas, superiores a 400 por ciento del promedio en esa época del año.
[related_articles]
Es que el cambio climático nutre a Uruguay de malas noticias de este tipo cada vez más seguido. El último Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD indica que hubo 44.000 evacuados de 1997 a 2006 a raíz de los desbordes fluviales causados por el aumento de las lluvias en 30 por ciento y la mayor presencia de tormentas y temperaturas fuera de lo normal, previéndose que ambos fenómenos se acentúen en el futuro.
Muy atrás quedó en la memoria colectiva uruguaya lo que se consideró un hecho aislado como fue la gran inundación de 1959, cuando se evacuó a todos los habitantes de la central ciudad de Paso de los Toros y casi no quedó población cercana a algún curso fluvial sin ser afectada. El peor desastre natural en la historia local que inspiró a Mario Benedetti (1920-2009) para comenzar su novela «Gracias por el fuego» con sus protagonistas en Nueva York convencidos de que el país había desaparecido bajo las aguas.
El principal responsable del drama casi siempre es, junto a sus importantes afluentes, el río Negro, que parte el país en dos al ingresar desde Brasil por el noreste y desembocar por el oeste en el río Uruguay, también con culpas a expiar.
El SNE tiene cuantificado el problema. Por ejemplo, cuando en la sudoccidental ciudad de Mercedes el río Negro alcanza los 7,50 metros de altura se deben evacuar a 250 familias asentadas en la parte baja lindera a este vecino peligroso. La mayor parte son, aunque parezca poco razonable, barrios regulares que incluyen viviendas costosas.
En Durazno, en el centro del país, sucede lo mismo. Cuando la cota del cercano río Yí, principal tributario del Negro, supera determinada cantidad de metros, una franja del barrio La Amarilla debe ser evacuada. El fenómeno se reproduce en otras urbes del interior del país, como Treinta y Tres, asentada al lado del río Olimar, Florida, junto al río Santa Lucía Chico, Salto y Paysandú, al borde del río Uruguay, o Juan Lacaze, sobre el Río de la Plata.
EL PAÍS DE LAS TIERRAS BAJAS
[pullquote]1[/pullquote]El SNE recuerda que en Uruguay, por lo general, las inundaciones no se producen rápidamente debido a que es un territorio levemente ondulado, por lo tanto es posible reducir daños y evitar pérdidas humanas y materiales.
En primer lugar, se debe evitar el afincamiento en áreas inundables. Para saber si un área fuera de riesgo, se debe consultar al respectivo gobierno local. Pero la población en zona de riesgo es incalculable dado que la mayoría de las ciudades uruguayas se levantaron a la vera de ríos en partes altas y, a medida que fueron creciendo, se extendieron a las zonas inundables de modo legal o en asentamientos irregulares, situación que la nueva Ley de Ordenamiento Territorial trata de solucionar.
Desde los papeles es fácil, pero a la hora de encontrar un lugar donde vivir cuando la pobreza desplaza a las personas a los márgenes urbanos, la tinta se borra y las tierras bajas dejan de ser «peligrosas», dicen los vecinos.
En Florida, sin embargo, las soluciones comienzan a aparecer. En agosto se entregaron las primeras 16 viviendas para familias en zonas de riesgo en formato de cooperativa. Las Terrazas del Prado Español son el núcleo habitacional construido por los propios afectados que ya goza de todos los servicios y una mejor vista al río Santa Lucía Chico, pero desde una altura considerable.
Francisco es uno de los uruguayos que llegó al río para quedarse. «Yo vivía en Canelones (en el sur) y de allí me corrió la miseria, entonces me vine a Florida pues me dijeron que había trabajo. Resulta que no encontré nada y me tuve que meter en una casa deshabitada que se inundaba cada vez que llovía y crecía el río», narra a IPS.
«Era un drama porque teníamos que irnos con la familia a los lugares que brinda el gobierno». Consciente de que la solución no era tal, apostó a formar una cooperativa con sus pares, también afectados.
«Creamos la cooperativa de inundados, y así con ayuda del gobierno pudimos comenzar a construir nuestras casas. Esto es una maravilla, es lo que siempre soñamos», dice Francisco, justo el mismo día en que recibió la llave de su nueva casa, construida con sus propias manos.
El SNE recomienda a quienes habitan en zonas bajas, realizar «limpieza de basura, arbustos y desechos sólidos en cursos de agua, fundamentalmente si son cañadas o cunetas, cercanos a su lugar de residencia y/o trabajo, no arroje basura o escombros a los cauces de cursos de agua de su zona».
También aconseja establecer un plan de seguridad familiar, con planos de la casa, llaves de paso de agua y energía eléctrica bien identificadas, al igual que el sitio más seguro y el más peligroso dentro de la vivienda, y las vías de evacuación más rápida.
«Si, todo muy lindo», dice María José desde su actual posición de evacuada en la ciudad de Durazno. «Pero cuando el río crece y te desaloja no pensás en nada de eso, tomás a tus gurises (niños) y te querés ir lo antes posible». Evacuada desde 2007, aún espera por una solución.
Mientras en febrero el gobierno entregó las unidades correspondientes a la cooperativa La Mojada, construida en terrenos no inundables de Durazno, algunas familias aguardan para este 2009 la concreción definitiva de sus soluciones habitando desde hace dos años un viejo y céntrico hotel.
EL DRAMA ENSEÑA
En razón de que las inundaciones están entre las principales amenazas en este país, Uruguay se ha apoyado en el Proyecto Friend-Amigo Lac, surgido de la agenda científica del Programa Hidrológico Internacional, para profundizar el conocimiento y la comprensión de los procesos hídricos y atmosféricos.
La intención logar acciones conducentes a una mejor respuesta, contribuir a resolver aspectos de la planificación y la organización de la prevención, la gestión de emergencias y la regulación de crecidas para así evitar cuantiosos daños humanos, sociales y económicos, como los ocho millones de dólares perdidos por los desbordes fluviales de 2007.
Los avances logrados por esta colaboración y otras acciones son valorados por las autoridades desde el SNE, que es en Uruguay el centro de referencia y asistencia para los habitantes de todo el país ante una catástrofe de cualquier naturaleza. Creado en 1995, tiene carecer descentralizado al funcionar a través de los Centros Coordinadores de Emergencias y Comités Nacional y Departamentales de Emergencias.
«En la medida en que ahora se incorporó el concepto que tenemos un enorme aumento de la variabilidad y pasamos de un extremo al otro en materia de eventos críticos (climáticos), en lapsos muy breves de tiempo», se destaca que por primera vez existe un plan de prevención de inundaciones», señaló Jorge Vázquez a cargo del Comité Nacional de Emergencias desde su cargo de prosecretario de la Presidencia.
«Se han confeccionado mapas satelitales del país detectando los lugares más bajos y con riesgos de desbordes de caudales de arroyos y ríos, y suelos con menor capacidad de absorción», explicó el funcionario, hermano del presidente Tabaré Vázquez, del izquierdista Frente Amplio.
Acotó que muchos gobiernos locales ya tienen un plan de riesgo con las zonas identificadas, junto a un plan de evacuación de damnificados.
Un caso es precisamente Durazno, donde las autoridades procuran que las viviendas que se encuentran en zonas inundadles y cuyos propietarios sean beneficiarios de nuevas casas, las abandonadas sean demolidas para que otras personas no las habiten y corran el mismo riesgo.
«El problema es que muchos viven del río, ya sea como monteadores o areneros, o pescadores. Entonces viven sobre la costa, viven de la costa. Es gente que difícilmente se vaya del costado del río», expresó un vecino a IPS.