La ferminia (Ferminia cerverai) es conocida como la «soprano del bosque», por su bello trinar. Pero esta avecilla es muy tímida y, al menor ruido, se esconde entre la vegetación de Santo Tomás, localidad de la cubana Ciénaga de Zapata.
Ver y escuchar a este pajarillo endémico de este humedal —el mayor y mejor conservado de Cuba y el Caribe insular— suele ser la ambición de quienes visitan sus parajes, hasta ahora poco explorados por el turismo internacional, orientado hacia sol y playa.
Pero autoridades de la industria del ocio decidieron abrir las puertas a viajeros que buscan algo más que un buen bronceado.
"Disponemos de cuatro instalaciones hoteleras bien acondicionadas para ese segmento turístico que aprecia mucho la naturaleza, y podría estar interesado en ofertas como el senderismo, la observación de aves, el buceo contemplativo o la pesca deportiva", dijo a Tierramérica el director comercial de la operadora turística Cubanacán en Ciénaga, Estanislao Rodríguez.
Este extenso y poco poblado municipio de la costa sur de la provincia de Matanzas, a unos 200 kilómetros de La Habana, atesora no menos de 65 por ciento de la avifauna cubana, unas 1.000 especies de plantas y anfibios endémicos, como el cocodrilo cubano (Crocodylus rhombifer), que tiene aquí su hábitat preferido.
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Desde fines de noviembre a marzo, es posible observar en la estación ecológica de Las Salinas no menos de 65 especies de aves migratorias que huyen de las frías temperaturas del invierno boreal en Estados Unidos y Canadá.
En este ecosistema, declarado reserva de la biosfera en 2000 y sitio Ramsar en 2001, predominan las llanuras bajas, pantanosas y semipantanosas, con vegetación de sabana. También tiene bosques, ríos, lagos naturales y unos 70 kilómetros de cuevas en las que se han formado lagunas semicirculares de agua dulce llamadas "cenotes".
La zona recibe apenas 100.000 turistas anuales. Está en marcha una campaña comercial para atraer clientes, principalmente de Europa, con mayor poder adquisitivo para viajes especializados.
Una eventual apertura del mercado de Estados Unidos, cautivo del embargo económico que impide a ciudadanos de ese país visitar libremente Cuba, podría elevar la demanda sobre el turismo de naturaleza, con un impacto peligroso para el ecosistema.
Sobre tal posibilidad, el ministro cubano de Turismo, Manuel Marrero, dijo a Tierramérica que ese "arribo masivo tiene que ir para las playas". El desarrollo del ecoturismo al que aspira Cuba será sobre la base de una "explotación justa" y en función de la densidad prevista para cada lugar, agregó.
Hoy se hace cada vez más necesario diversificar nuestros productos, y hemos decidido desarrollar el turismo de naturaleza, pero de manera "sustentable", afirmó Marrero en una reunión internacional destinada a promocionar Ciénaga de Zapata como destino. Pablo Bouza, director del Parque Nacional Ciénaga de Zapata, que ocupa prácticamente toda el área de más de 600.000 kilómetros cuadrados, también insistió a Tierramérica que se han tomado previsiones para un turismo que "no es de masividad, sino de sostenibilidad".
"Desde que decidimos hacer uso público de estas áreas protegidas se estudiaron las capacidades de carga de los sitios que podrían usarse para el turismo de naturaleza… Existen instrumentos para medir la efectividad del manejo de cada actividad, con evaluaciones semestrales", explicó.
A modo de ejemplo, Bouza citó el caso del senderismo en el sistema espeleolacustre, donde sólo se podrán visitar tres de las 90 cavernas inundadas del territorio. Además, en cada sesión entrarán no más de siete personas y un máximo de 15 cada día.
Las autoridades también confían en el vínculo estrecho de la industria turística con los organismos del Estado encargados de la protección ambiental.
Estudios sobre el tema proponen entre otras medidas la adopción de una legislación exhaustiva para supervisar el cumplimiento de las normas existentes, una mayor coordinación de todos los factores involucrados en la actividad turística y apoyo financiero para aplicar métodos de gestión sostenibles y tecnologías más modernas y respetuosas con la naturaleza.
Veintidós por ciento de la superficie de Cuba está comprendida en alguna categoría de protección natural, de acuerdo al alto valor de su diversidad biológica. Junto a Ciénaga de Zapata, sobresalen las reservas de la biosfera declaradas en Guanahacabibes y Sierra del Rosario, en la occidental provincia de Pinar del Río.
También son reservas de la biosfera la zona de Buenavista, en el archipiélago Jardines del Rey, centro del país, y Baconao y Cuchillas del Toa, en la porción más oriental de la isla. Pese a sus riquezas naturales, la variante ecológica representa apenas cuatro por ciento del turismo cubano, que se espera atraiga este año a 2,36 millones de visitantes.
* Este artículo fue publicado originalmente el 26 de septiembre por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.