La supervivencia de miles de personas corre peligro si el gobierno de Tailandia cambia su régimen de propiedad intelectual y limita la producción de medicamentos genéricos baratos para favorecer a las marcas patentadas de poderosas empresas farmacéuticas de Estados Unidos y Europa, alertan activistas.
Esto dificultaría el acceso de decenas de miles de tailandeses a las versiones genéricas de productos farmacéuticos de marca más caros. Las personas con VIH/sida dependen de estos medicamentos genéricos para sobrevivir.
Una carta dirigida al primer ministro Abhisit Vejjajiva acusó al gobierno de ignorar la situación de estos pacientes. La estrategia gubernamental "afectará directa e indirectamente el acceso a las medicinas y a los servicios de atención médica del pueblo tailandés", alertó la misiva firmada por 14 organizaciones defensoras de la salud pública y los derechos de los consumidores.
"El régimen de propiedad intelectual ha sido una barrera vital en el acceso a las medicinas por mucho tiempo", agrega.
El nuevo plan del gobierno "agravará la situación y socavará el acceso a la salud de los ciudadanos" con sida (síndrome de inmunodeficiencia humana), según la carta enviada el 14 de de este mes y a la que tuvo acceso IPS. Esto "contradice sin lugar a dudas la estrategia de acceso universal a las medicinas que aprobara el gabinete" continuó.
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La llamada Estrategia Nacional de Propiedad Intelectual, que apunta a impedir violaciones en ese campo, se aprobó el 9 de julio sin discusión pública, indicó Kannikar Kijtiwatchakul, activista por la salud y líder de las 14 organizaciones signatarias de la misiva, entre ellas la Red Tailandesa de Personas con VIH/sida, la Fundación por los Derechos del Sida y la Red de Pacientes con Cáncer.
"Nos molesta que no haya habido transparencia en la forma que se aprobó la estrategia", manifestó.
A los funcionarios de los ministerios de Salud Pública y de Educación "no se les pidieron sus aportes" ni se consultó a la sociedad civil, agregó la activista en entrevista con IPS. "Sólo consultaron a los ministerios de Comercio, de Relaciones Exteriores y de Ciencia y Tecnología".
Esa actitud contrastó con la transparencia que había mostrado el gobierno cuando consultó a la opinión pública durante la aprobación de la política para asegurar el acceso universal a las medicinas, dijo Kannikar. "El gobierno recibió la opinión de la Asamblea Nacional de Salud, que tiene más de 2.000 representantes. No hubo secretos", explicó.
Otros activistas y académicos entrevistados por IPS comparten su opinión. "El Ministerio de Comercio presentó la Estrategia Nacional de Propiedad Intelectual con el único énfasis puesto en fomentar la innovación y las formas de protegerla", sostuvo la Dra. Jiraporn Limpananont, consultora de la unidad de investigación en farmacología social de la Universidad de Chulalongkorn, en Bangkok.
"Esta estrategia intenta modificar leyes que complicarán la emisión de licencias obligatorias para los fármacos. Esto podría afectar el acceso a las medicinas más baratas", agregó.
Tailandia es uno de los pocos países en desarrollo, como Brasil, que dieron prioridad a la salud pública de sus ciudadanos por encima del lucro de las empresas farmacéuticas de Estados Unidos y Europa al permitir el uso de las patentes de fármacos de marca, más caros que los genéricos.
Esa posibilidad está amparada por normas internacionales de la Organización Mundial del Comercio, que otorgan a los países en desarrollo el recurso de las licencias obligatorias, así como la producción e importación de fármacos genéricos en épocas de crisis sanitaria nacional.
Los activistas están decididos a proteger las conquistas de gobiernos anteriores en pos de los medicamentos genéricos mediante las licencias obligatorias, para alargar la vida a las personas que viven con VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) y los pacientes de enfermedades cardíacas y cáncer.
En marzo, los medios de comunicación informaron que el Ministerio de Comercio había solicitado a la cartera de Salud Pública que dejara de autorizar licencias obligatorias para fármacos caros.
Los activistas también expresaron su inquietud por los compromisos que asumiera el ministro de Comercio interino cuando visitó Estados Unidos en marzo, mientras Bangkok procuraba que Washington retirara a Tailandia de la lista de países vigilados.
Esa lista anual, elaborada por el representante de comercio de Estados Unidos, identifica a los países que violan los derechos de propiedad intelectual de las empresas trasnacionales estadounidenses. Tailandia integra la nómina desde 2007.
El informe del representante de comercio estadounidense de este año mencionó, por primera vez, al tema de las licencias obligatorias en relación con Tailandia. "Exhortamos a Tailandia que considere la forma de abordar sus desafíos de salud pública y mantener a la vez un sistema de patentes estable que promueva la inversión, la investigación y la innovación".
Eso sería devastador para las personas que viven con VIH en el país, expresó Nimit Tien-Udom, director de la Fundación Acceso Sida, organización no gubernamental dedicada a obtener medicamentos más económicos para las personas con sida.
"Las personas que con VIH deben utilizar fármacos genéricos todos los días", explicó a IPS. "De esta forma pueden vivir más".
En la actualidad, 150.000 de los 600.000 tailandeses con VIH dependen de los medicinas antirretrovirales genéricos. De ellos, entre 10.000 y 20.000 necesitan una segunda línea de medicamentos más potentes para prolongar su vida.
"Se verán afectadas los que necesitan la segunda línea de fármacos contra el sida", sostuvo Tien-Udom.
Tailandia, donde han muerto 300.000 personas por el sida, obtuvo el reconocimiento universal por el éxito de sus campañas contra la pandemia, que incluyen medidas preventivas y políticas de salud pública de atención a las personas que viven con VIH.