Los nuevos integrantes del Poder Legislativo mexicano ocuparán este martes sus escaños por los próximos tres años, con una agenda que deberá abordar, entre otras urgencias, medidas para paliar la dura recesión.
En el nuevo escenario, el opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI) tendrá la primera mayoría en la cámara baja, gracias a sus 237 diputados. Pero si suma a representantes de otros partidos políticos, como el Verde Ecologista de México y Nueva Alianza, puede alcanzar la mayoría absoluta y por tanto un dominio pleno de los asuntos a tratar en el foro legislativo.
El PRI gobernó ininterrumpidamente este país norteamericano durante 70 años y, tras de perder el poder en 2000 a manos del hoy gobernante Partido Acción Nacional (PAN), aspira a retornar al gobierno en 2012.
"La única salida (a las graves crisis política y económica) es construir expresamente una nueva forma de relación en México, rediseñando el sistema político y económico, lo que implicaría cambios muy profundos. Algo extremadamente difícil de hacer en un sistema presidencial que no tiene mayoría en la Cámara de Diputados ni en el Senado", comentó a IPS el analista Macario Schettino.
El PAN cuenta con 143 escaños y su desafío mayor es impulsar la agenda del presidente conservador Felipe Calderón, lo cual lo obliga a negociar con el PRI. De hecho, este periodo legislativo marcará la parte final de la gestión del mandatario, que concluirá en diciembre de 2012.
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Relegada en los asientos legislativos viene la izquierda, cuyo partido más emblemático, el de la Revolución Democrática (PRD), sólo tendrá 71 escaños, que le dejan pocas opciones ante el PRI y el PAN o ante una eventual alianza de ambos en temas específicos.
Un total de 499 de los 500 congresistas juraron sus cargos, a excepción de Julio Godoy, del PRD, que enfrenta un proceso penal por narcotráfico. Su reemplazante aún no ha sido definido.
En materia económica, el nuevo Congreso asume en medio de la peor crisis económica de México en su historia moderna. Este año, la economía se contraerá ocho por ciento, en el peor desempeño en el continente, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
El desempleo llegó a cuatro por ciento, la inflación acumulada en los últimos tres años se ubicó en 15 por ciento y la depreciación del peso frente al dólar en ese mismo periodo fue de 24 por ciento.
Una de las primeras responsabilidades de la nueva legislatura será aprobar, antes del 15 de noviembre, el presupuesto nacional para el año próximo, con un déficit ya estimado de unos 29.000 millones de dólares.
Se prevé que el proyecto de presupuesto incluya endeudamiento y ajuste fiscal, aunque las siete fuerzas políticas de oposición representadas en el Legislativo y las cámaras empresariales ya expresaron su rechazo al aumento o creación de impuestos.
"El Presupuesto de Egresos tiene tal importancia porque en él inciden la dramática caída de la economía en 2009 y la nueva correlación de fuerzas en el Congreso, mientras que su desenlace afectará las expectativas de recuperación de la economía y repercutirá en el ya de por sí complejo año de 2010", escribió este lunes en el diario El Universal Manuel Camacho, miembro del consejo político del Frente Amplio Progresista, que agrupa al PRD y a los izquierdistas Partido del Trabajo y Convergencia.
El nuevo Congreso surgió de las elecciones del 5 de julio, cuyos grandes triunfadores fueron el PRI, la abstención y el sufragio nulo. Este último fue resultado de una campaña impulsada por 70 organizaciones no gubernamentales que han formado la llamada Asamblea Nacional Ciudadana.
Ese movimiento, que realizará una reunión pública este martes en la sede legislativa cuando asuman los nuevos parlamentarios, propugna la instauración de mecanismos de democracia directa, como dar valor jurídico al voto nulo y a la abstención, y la creación de figuras como el plebiscito, el referéndum, la revocación del mandato y la consulta ciudadana.
Además, se propone la reducción del financiamiento público a las franquicias políticas y garantizar la transparencia y la rendición de cuentas de los legisladores, así como la autorización a las candidaturas independientes o ciudadanas.
"Queremos que haya deliberación y diálogo en el Congreso, que los congresistas no saquen iniciativas en esos temas sin ningún proceso de deliberación, y es ahí donde queremos empujar propuestas más concretas", dijo a IPS Alberto Serdán, coordinador de proyectos de la no gubernamental Propuesta Cívica, una de las agrupaciones integrantes de la Asamblea.
A pesar de que los diputados apenas asumirán sus cargos, cargan con el desprestigio social de esa institución y de los partidos. Según una encuesta nacional elaborada por la empresa Gabinete de Comunicación Estratégica, publicada el 27 de agosto por el diario El Universal, 35,4 por ciento de los consultados dijeron creer que los nuevos legisladores trabajarán mejor que sus predecesores, mientras que 41,6 por ciento estimaron que lo harán igual.
Además, casi 73 por ciento contestaron que debería haber menos parlamentarios, y 87,3 por ciento consideraron excesivo el sueldo de los diputados, unos 140.000 dólares anuales.
El PRI administrará su mayoría de manera de preparar el camino para los comicios presidenciales de julio de 2012, para los cuales hoy encabeza las preferencias, según varias encuestas.
"El PRI tratará de no tomar decisiones, para no cargar costos políticos, y esperará a que llegue 2012 para ganar la presidencia. El PRI no ha entendido el tamaño del problema que enfrenta el país, y por eso cree que puede esperar", anticipó Schettino.
De momento, el partido ya dio una muestra de su poder al bloquear la ceremonia de entrega del tercer informe anual de gobierno de Calderón, programada para este martes a una hora en la cual los legisladores aún no habrían sido investidos, lo que constituía una violación legal. El mandatario se vio obligado a posponer la actividad hasta el miércoles.