La puja entre fuerzas de seguridad peruanas y una columna sobreviviente del grupo armado maoísta Sendero Luminoso parece estar cambiando de signo en los valles de los ríos Apurímac y Ene, en el centro-sur del país, una zona que tiene tristes memorias de la guerra interna (1980-2000).
Esos valles conocidos por las siglas VRAE son el principal centro peruano de producción de cocaína. En ellos confluyen los Andes y la selva amazónica y se extienden en cuatro regiones: Apurimac, Ayacucho, Cusco y Junín.
El sábado por la noche, una columna de entre 40 y 60 combatientes de Sendero intentó infructuosamente tomar un destacamento policial de la Dirección de Operaciones Especiales en San José de Secce, capital del distrito de Santillana, en el norte de Ayacucho.
San José de Secce es la puerta de entrada al VRAE para los insumos químicos empleados en la elaboración de clorhidrato de cocaína a partir de la coca, y puerta de salida de esa droga y de su producto intermedio, la pasta básica.
Desde enero de este año, las operaciones antidrogas se hicieron muy intensas, afectando seriamente las actividades del narcotráfico.
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El ataque comenzó a la hora local 23:30, con disparos hacia la sede policial, en la plaza de armas de San José de Secce, a seis horas de automóvil de Huamanga, capital de Ayacucho y a 30 minutos en helicóptero.
Después de un poco más de una hora de combate, la policía consiguió repeler el ataque de balas y granadas, y los senderistas se retiraron. Murieron tres policías y dos civiles mujeres que estaban visitando a sus familiares en el destacamento.
La policía encontró rastros de sangre dejados por los guerrilleros y registró, en una interceptación posterior de sus comunicaciones radiales, que sufrió ocho bajas: tres muertos y cinco heridos, según dijeron a IPS fuentes de inteligencia del Ministerio del Interior.
El 30 de agosto del año pasado, el gobierno lanzó la Operación Excelencia contra Sendero en el VRAE. La guerrilla, que supuestamente se beneficia de proteger el cultivo de coca y la producción de cocaína, había conseguido hasta ahora responder de manera demoledora.
El 9 de abril, por ejemplo, senderistas sorprendieron a dos patrullas del ejército, matando a 15 uniformados.
"Esta es la primera vez que se pone en fuga a los senderistas, se frustra su plan de capturar una base policial y su objetivo de robar armamento para reforzar sus columnas", dijo a IPS una fuente de inteligencia policial. "También es la primera vez que hay evidencias de que se les ha causado bajas", agregó.
En abril se destruyeron en el VRAE dos toneladas de hojas de coca, en mayo, 1,9 toneladas, en junio, 1,6, y en julio, 2,6 toneladas. En los últimos dos meses, se desmantelaron 155 laboratorios de cocaína, según datos oficiales.
Además, entre abril y junio se incautaron casi 242 kilogramos de pasta básica y entre mayo y julio la policía arrestó a 128 personas acusadas de vínculos con el narcotráfico.
"Es evidente que nuestra acción en la zona del VRAE afecta la relación de Sendero Luminoso con el narcotráfico", dijo a IPS una fuente de la Dirección Nacional Antidrogas.
Con el ataque "se buscaba reducir la intensidad de las operaciones antinarcóticos, no sólo para garantizar el negocio de las mafias, sino también para cosechar las simpatías de la población que se dedica al cultivo de coca y a la producción de droga", opinó la fuente que opera en el VRAE.
"Sendero se financia con el narcotráfico y se apoya en el respaldo de la población empobrecida que sobrevive con el negocio ilícito de la droga", abundó.
El distrito de Santillana es uno de los más pobres del país. De acuerdo con el censo de 2007 del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), casi 90 por ciento de sus 7.215 habitantes son pobres y 64 por ciento son indigentes. Estas son las tasas más altas del país.
Según el INEI, casi 100 por ciento de la población carece de servicios de información y comunicación, y más de 92 por ciento sobreviven con actividades propias.
La policía antidrogas sostiene que muchos pobladores poseen cultivos ilegales de coca en el VRAE y otros laboran en su cosecha.
Durante la guerra entre fuerzas estatales y la guerrilla de Sendero (1980-2000), San José de Secce fue una de las zonas más azotadas por la violencia. La población civil fue masacrada por negarse a colaborar con alguna de las partes en conflicto.
La independiente Comisión de la Verdad y Reconciliación estimó que en Santillana fueron asesinadas más de 1.000 personas, la mayoría enterradas en fosas comunes sin identificar.
Debido a la destrucción sistemática de los registros civiles practicada por la guerrilla, centenares de viudas y huérfanos perdieron sus documentos de identidad y actas de nacimientos y defunciones, necesarios para acceder al proceso de reparación de víctimas, dispuesto por el Estado. IPS reportó sobre este drama en 2006.
El actual líder de Sendero Luminoso en el VRAE, Víctor Quispe Palomino o el "camarada José", dijo el 24 de mayo en una entrevista con un periodista limeño que el vínculo con el tráfico de drogas solamente busca defender el único medio de subsistencia de la guerrilla: la coca.
El último informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito señala que la capacidad peruana de producción de cocaína pasó de 290 toneladas en 2007 a más de 302 toneladas en 2008. Más de 50 por ciento procede de laboratorios del VRAE.
El gobierno de Alan García concibió un plan de desarrollo social para el VRAE, que sin embargo todavía no ha comenzado a ponerse en práctica.