PERIODISMO-SRI LANKA: Sin guerra no hay noticias

La prensa de Sri Lanka no sabe cómo llenar el espacio que dejaron las noticias de guerra tras el fin de la lucha de casi tres décadas entre el gobierno y los insurgentes Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE).

Las portadas de los periódicos dedican ahora mucho espacio a los enfrentamientos de dos grupos musulmanes, el drama de dos bebés elefantes separados de su madre y el intento del gobierno de prohibir películas para adultos.

Se produjo un cambio drástico respecto de la época en que sólo había noticias vinculadas a la guerra que libraron los rebeldes del LTTE por la autonomía territorial del norte y este de Sri Lanka, de mayoría tamil.

La guerra civil dejó decenas de miles de personas muertas desde sus inicios en 1983.

"Creo que se exagera con los enfrentamientos entre grupos musulmanes, quizá porque no tienen otra cosa para informar", indicó el experimentado periodista Mohammad Ameen.
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Desde que el ejército derrotó a los insurgentes el 17 de mayo, los periódicos no saben cómo llenar el vacío.

"Los periodistas no saben qué informar", señaló Ariyananda Dombagahawatte, editor del periódico en cingalés Sunday Lankadeepa, el de mayor venta con un tiraje de más de 350.000 ejemplares.

"Quién iba a pensar que el LTTE iba a ser derrotado o que Velupillai Prabhakaran iba a ser asesinado", preguntó. "Nadie estaba preparado para eso, al menos no los periodistas".

Prabhakaran es el líder histórico de los Tigres tamiles asesinado en mayo por las fuerzas del gobierno.

Durante 26 años, el conflicto ocupó gran parte de las portadas de los diarios y ahora no saben qué publicar ni cómo atraer lectores.

La prensa en cingalés tiene más dificultades que la publicada en inglés porque llegan a toda la población que apoyó la intensa campaña desplegada por el gobierno en los últimos dos años y que puso fin a la insurgencia.

Los periodistas tendrán que concentrarse en otros asuntos como la reforma del Estado, la educación, la situación de los desplazados y otras cuestiones étnicas, y también ocuparse del funcionamiento de los sistemas de transporte, electoral, de la justicia, entre otros, señaló Victor Ivan, editor del periódico en cingalés Ravaya.

"El desafío para los periodistas es que ahora tienen que leer, comprender y analizar asuntos más complejos, a diferencia de antes que bastaba con una llamada telefónica", indicó.

Antes llamaban a sus contactos en el ejército o hablaban con los portavoces para informar sobre el conflicto, lo que liquidó el periodismo de investigación.

"Ese es uno de los problemas que tenemos, cómo realizar investigaciones sobre corrupción y otros asuntos de interés público", señaló un editor de varios diarios y revistas en inglés y cingalés que pidió reserva de su identidad.

La cobertura periodística varió a lo largo de los años, de muchas noticias sobre la guerra durante los periodos de más combates hasta otros de menor cantidad cuando había conversaciones de paz entre el gobierno y los rebeldes.

El contenido de la prensa cambió de forma drástica después de un episodio registrado en 1983 en que una muchedumbre de cingaleses arremetió contra la minoría tamil dejando varias personas muertas y propiedades destruidas.

La sed de noticias sobre el conflicto étnico llevó a la proliferación de periódicos, radios y canales de televisión, en comparación con los pocos que había a principios de los años 80.

La prensa en inglés no hizo de la guerra su prioridad, según editores consultados por IPS.

El conflicto suscitó mucho interés en los periodos de mayor combate o cuando ocurrían hechos significativos como a principios de este año cuando el ejército lanzó la incisiva campaña que puso fin a la guerra, indicó Sinha Ratnatunga, editor de Sunday Times, semanario independiente de mayor venta en este país insular.

"A lo largo de los años equilibramos las noticias sobre la guerra con otras más políticas, entre otros asuntos. El conflicto bélico no fue precisamente nuestra dieta básica en materia noticiosa", indicó.

Con la inminencia de las elecciones presidenciales y legislativas, el interés de los lectores cambiará y la cobertura periodística se concentrará en cuestiones más políticas.

El contenido de la prensa no puede cambiar de la noche a la mañana, remarcó Dombagahawatte, editor del Sunday Lankadeepa.

"Tenemos que seguir informando sobre cómo se ganó la guerra, al menos por unos meses más y cambiar lentamente nuestro foco de atención. No se puede hacer de forma repentina porque la necesidad de ese tipo de noticias fue creada a lo largo de muchos años", explicó.

La derrota del LTTE motivó una ligera caída en las ventas de periódicos en cingalés, apuntó Dombagahawatte.

Noticias comerciales y del conflicto fueron el foco de atención del empresario y ávido lector de periódicos en inglés y cingalés Chaturanga Perera.

"Sí, se creó un vacío, pero nos vamos a acostumbrar al cambio de contenido porque toda la vida leímos periódicos", señaló.

El vacío noticioso dejado por el fin de la guerra nos obliga a buscar nuevos temas de cobertura, reconoció Siri Ranasinghe, editor de trayectoria de Lankadeepa, el diario en cingalés de mayor tiraje del mismo grupo que el Sunday Lankadeepa.

"Nos concentraremos en cubrir episodios de delincuencia común, pero los problemas sociales tendrán ahora más espacio", añadió.

Los periódicos del domingo le dieron mucha importancia al enfrentamiento entre grupos musulmanes en la localidad de Beruwela, al sur de Colombo. También se concentraron en las elecciones que habrá en el norte la semana próxima y no le dieron mayor trascendencia al descubrimiento de un gran depósito de armas dejado por los rebeldes en su retirada.

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