PALESTINA: Los grandes desafíos de Abbas

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, líder del partido secular Fatah, logró un triunfo significativo esta semana al convocar la sexta Conferencia General de esa fuerza política en la meridional ciudad cisjordana de Belén.

Pero veteranos analistas palestinos señalan que todavía están por delante los mayores desafíos políticos internos que enfrenta este dirigente de 74 años.

Muchos de esos desafíos, sostienen, se originan directamente en los acuerdos que hizo para poder realizar la conferencia, y para asegurarse de que ésta incluyera la definición de una plataforma política y la elección de un nuevo liderazgo.

Uno de los mayores acuerdos estuvo relacionado con la decisión de realizar la conferencia dentro de Cisjordania, ocupada por Israel. Eso significó que Israel impidiera asistir a muchos activistas de Fatah de larga data que viven en la diáspora.

La conferencia se inició el 4 de este mes y concluyó el jueves, tras prolongarse más de lo previsto debido a las dificultades que hallaron antiguos y nuevos dirigentes para ponerse de acuerdo.
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En cuanto a Gaza, Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica), prohibió salir de la franja a 470 miembros de Fatah residentes allí.

Hamás señaló que sólo permitiría a los delegados de Fatah viajar a Belén si el partido de Abbas liberaba a todos o a la mayoría de los integrantes de su movimiento que mantiene como prisioneros en Cisjordania. Fatah se negó.

No obstante, los miembros de Fatah atrapados en Gaza participaron en las elecciones partidarias realizadas en la conferencia por teléfono y correo electrónico.

No sorprendió a nadie que una gran mayoría de los 2.241 asistentes a la conferencia resultaran ser cisjordanos. No obstante, a un movimiento fundado en 1964 en la diáspora y que se basó en los reclamos políticos urgentes de los palestinos exiliados, eso supuso un cambio importante.

Ese predominio de cisjordanos también se hizo evidente en la primera ronda de las elecciones. De los 19 hombres electos para el Comité Central, uno es de Gaza y dos de la diáspora. Todos los demás son de Cisjordania.

El propio Abbas fue nombrado líder de Fatah por unanimidad.

Los resultados preliminares de las elecciones para el Comité Central fueron anunciados el martes, y en las horas siguientes provocaron una tormenta de indignación de muchos miembros y activistas históricos de Fatah.

Varios líderes de Fatah procedentes de la diáspora anunciaron la decisión de formar un subgrupo llamado "Fatah, el Despertar". Entre ellos figura Mohammad Jihad, miembro del Comité Central hasta la semana pasada, cuando supo que ni siquiera lo habían invitado a la conferencia de Belén.

Otro veterano miembro del Comité, el ex primer ministro palestino Ahmed Qureia, rival histórico de Abbas, sí asistió a la conferencia. Pero quedó tan indignado al perder en las elecciones que luego criticó públicamente el proceso de escrutinio de votos, asegurando que el fraude electoral había sido todavía mayor que el de los comicios del 12 de junio en Irán.

Muchos analistas occidentales describieron los resultados de la votación como un traspaso del poder a una nueva generación de dirigentes. Pero quien obtuvo la mayor cantidad de sufragios —1.368— fue Mohammad Ghneim, de 71 años, uno de los primeros líderes de Fatah junto con el difunto Yasser Arafat (1929-2004), Abbas y otros.

Ghneim también fue el responsable de elaborar la lista de invitados a la conferencia.

Además, la "vieja guardia" de líderes de Fatah representó alrededor de la mitad de los elegidos. Y la mayoría de los miembros de la "nueva guardia" electos para el Comité Central rondan los 50 o 60 años, así que las perspectivas de revitalización no parecen muy grandes.

Los dos nuevos integrantes "jóvenes" del Comité más frecuentemente elogiados en las capitales occidentales son Marwan Barghouthi, de 50 años, y Mohammad Dahlan, de 47.

Barghouthi cumple cinco cadenas perpetuas consecutivas en una prisión israelí. Dahlan es un jefe de seguridad que durante varios años trabajó de cerca con los estrategas de seguridad de Israel y Estados Unidos.

Barghouthi salió tercero en la votación, con 1.063 sufragios, mientras que Dahlan quedó en el décimo puesto, con 853.

Aunque ambos pertenecen a la misma generación tienen puntos de vista muy diferentes en relación a muchos temas.

Como la mayoría de los prisioneros de Fatah en cárceles israelíes, Barghouthi está a favor de que su partido se reconcilie con Hamás. Por el contrario, Dahlan es fuertemente anti-Hamás.

El analista palestino Hussein Agha, radicado en Londres, observó que aunque la "guardia joven" del Comité Central se ponga de acuerdo entre sí sobre cómo revitalizar a Fatah, le costará.

"El movimiento no tiene la clase de estructuras internas que le permita concretar un cambio real", dijo.

Ésta fue la primera conferencia general de Fatah desde 1989. En las dos décadas transcurridas desde entonces cayeron en desuso muchos de los mecanismos de consulta interna y de disciplina del partido.

Según muchos analistas palestinos, antes Abbas se había burlado de los pedidos de mayor responsabilidad dentro del movimiento. Pero en la conferencia mostró una renovada atención a las sensibilidades de la base de Fatah.

Eso quedó claramente expuesto en el "informe político" que presentó en Belén, aunque muchos se quejaron de que a éste le faltó una evaluación crítica de los logros y fracasos del partido en los últimos 20 años.

Pero en el informe Abbas también dijo que, aunque las "formas legítimas de resistencia" seguían siendo un derecho palestino, de todos modos Fatah estaba comprometido con la negociación de un acuerdo de paz con Israel.

Además estableció que los palestinos solamente deberían reanudar las conversaciones de paz luego de que Israel frenara su programa de construcción de asentamientos en Cisjordania y liberara a los 11.000 prisioneros políticos palestinos que mantiene en sus cárceles.

Esto acerca mucho las ideas de Fatah sobre los grandes temas diplomáticos a las que profesa Hamás.

Se prevé que las negociaciones por la reconciliación palestina se reanuden a fines de este mes en El Cairo. Pero algunos analistas señalan que Abbas —a diferencia de parte del renovado Comité Central— se opone fuertemente a esa reconciliación.

También evalúan que hay pocas probabilidades de que las conversaciones generen una coalición gobernante capaz de representar a los palestinos en cualquier nueva negociación de paz, a menos que Estados Unidos presione mucho más a Abbas para hacer que esto ocurra.

Desde hace muchos años, Estados Unidos y sus aliados en la Unión Europea han sido las principales fuentes de recursos financieros de todas las instituciones palestinas lideradas por Fatah.

Para Agha, esta convención "dejó muy felices a casi todos" los que estuvieron allí.

"Muchos de ellos no se vieron durante muchos años. Así que desde ese punto de vista la conferencia fue un logro real" para Abbas, sostuvo.

Pero en Belén "no hubo un debate político real", enfatizó.

"No se resolvió ni abordó ninguno de los muchos problemas de Fatah. Así que la sensación de felicidad no durará más de dos o tres meses", concluyó.

* Helena Cobban es analista de Medio Oriente y escritora. Su blog se encuentra en: www.JustWorldNews.org.

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