La gobernante Organización Nacional para la Unidad Malaya (UMNO) alienta los resentimientos raciales y religiosos para mantener su influencia sobre esa mayoría étnica, que representa 60 por ciento de los 27 millones de malasios.
Tras el fuerte revés que sufrió la UMNO en las elecciones de 2008, varios de sus dirigentes y el diario Utusan Malaysia, de su propiedad, lanzaron esa estrategia para conquistar votos malayos.
Del total de habitantes de Malasia, aproximadamente 16 millones son malayos y 11 millones pertenecen a las etnias india y china. En cuanto a religiones, 60 por ciento son musulmanes, 19 por ciento budistas, nueve por ciento cristianos, seis por ciento hindúes y tres por ciento profesan religiones tradicionales chinas.
La UMNO, integrada exclusivamente por malayos, ha estado en el poder desde la independencia del país, en 1957. Pero en 2008 sufrió su peor revés cuando la coalición de Barisan Nasional, que encabezara la UMNO, perdió cinco gobiernos estaduales y la mayoría que tenía en el parlamento frente a la alianza opositora Pakatan Rakyat, dirigida por el carismático líder opositor Anwar Ibrahim, otrora de filas gubernistas.
La caída electoral de la UMNO fue posible gracias a la combinación de votos de la minoría china e india, y los malayos pobres y urbanos que se plegaron a la oposición.
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Los malayos urbanos, alienados por la pobreza, los bajos ingresos y la lucha constante por la supervivencia en atestados complejos de vivienda públicos dejaron de lado sus lazos raciales, religiosos y culturales con la UMNO al votar por Pakatan Rakyat (Alianza del Pueblo), que ganó así, por ejemplo, 90 por ciento de las bancas parlamentarias que representan a la capital federal.
Tras su derrota, la UMNO busca recuperar votos y para eso reemplazó en abril a Abdullah Badawi como primer ministro por Najib Razak.
Najib ganó popularidad con una serie de reformas y buscó unir a los malasios a través de su consigna Una Malasia, pero otros dirigentes de la UMNO, como el viceprimer ministro Muhyiddin Yassin, adoptaron tácticas más radicales, explotando delicados problemas raciales y religiosos para ganarse la lealtad de la etnia malaya.
No queda claro si Najib respalda estas propuestas. Sin embargo, es evidente que afectaron sus esfuerzos por mejorar su credibilidad, generar confianza y ganar lealtades.
"El objetivo de estas estrategias es retratar a las minorías china e india como una amenaza para la raza malaya, la religión islámica y los gobernantes malayos", sostuvo el legislador opositor Kulasegaran Murugesan.
"Quieren dividir y debilitar a Pakatan enfrentando una raza contra la otra", le dijo a IPS. "Avivan las llamas del odio racial con la esperanza de que los malayos que votaron por Pakatan retornen a la UMNO. Con esas estrategias negativas esperan mantenerse en el poder".
Las manifestaciones multitudinarias y las discusiones públicas sobre temas raciales y religiosos son moneda corriente en este país racialmente dividido tras las elecciones de 2008.
Legisladores de la oposición acusaron al gobierno federal dirigido por Barisan Nasional de utilizar las agencias de investigación públicas para obligarlos a pasarse a la coalición gobernante.
"Las agencias dirigen una caza de brujas", dijo el veterano legislador Lim Kit Siang. "Se nos vigila y acosa constantemente para debilitar a la oposición y generar una división. Utilizan contra nosotros tácticas de la Gestapo, dijo a IPS en referencia a la policía secreta de la Alemania nazi.
En marzo, la coalición de Barisan Nasional habría orquestado la deserción de legisladores de Pakatan en Perak, en el norte del país, lo que provocó que la alianza opositora perdiera su control sobre el estado, que ahora está gobernado por Barisan Nasional.
Legisladores opositores aseguran que intentos similares están en curso en el estado septentrional de Kedah y en el central Selangor, de gran importancia económica, ambos gobernados por Pakatan.
"Avivar la animosidad racial y religiosa, orquestar la deserción y provocar el temor entre los malayos son parte de la gran estrategia de la UMNO para recuperar su poder en la sociedad", sostuvo Kulasegaran.
La misteriosa muerte en mayo de un asistente político opositor, Teoh Beng Huat, mientras era interrogado por la Comisión Anti-Corrupción de Malasia, exacerbó la división racial.
"Toda esta división, discusión e intranquilidad nacional dan la impresión de que Malasia se está desmoronando", opinó el analista político Denison Jayasooria. "Aparte de los enfrentamientos verbales, el país está estable y la economía se recupera", señaló a IPS.
A Anwar se lo acusa de haber traicionado a los malayos nativos por no defender sus intereses contra la "invasión" de la población no musulmana.
De hecho, Anwar, que enfrenta un proceso judicial por sodomía, ilegal en este país, fue acusado de ayudar a la población no musulmana al ofrecer la igualdad de oportunidades y acciones afirmativas para sectores necesitados de todas las razas.
Anwar, quien sostuvo que los cargos de sodomía fueron inventados para impedir que llegara a ser primer ministro, tuvo que reforzar su seguridad personal y advirtió al gobierno que "jugaba con fuego" al calificarlo de "traidor".