La palabra «bunko» se aplica en Japón a los libros pequeños o a las ediciones de bolsillo. Pero también sirve para denominar a un tipo de biblioteca privada y así lo ha tomado la asociación A Leer/IBBY México para sus proyectos de lectura en zonas marginadas de este país.
"En estos espacios se ofrecen a los niños libros de calidad y sesiones de lectura, en las que se busca el diálogo respetuoso y creativo sobre lo leído", explicó a IPS Azucena Galindo, directora general de A Leer, fundada en 1979 para promover este hábito, especialmente entre la niñez.
Ya existen más de 50 bunkos y este año abrirán otros seis en todo el territorio mexicano, con el apoyo de la empresa automotriz japonesa Toyota.
A Leer es la rama mexicana de IBYY (International Board on Books for Young People), una organización nacida en 1953 en la ciudad suiza de Zurich con el objetivo de "propiciar el entendimiento entre los pueblos a través de la literatura, especialmente los libros para niños" y con representación en 71 países.
Para el próximo ciclo escolar que inicia el 24 de este mes, la sección mexicana planea fortalecer sus programas de promoción de la lectura en las aulas.
En promedio, la población del país lee menos de dos libros al año.
"Nuestro trabajo se ha centrado en cómo se propicia la lectura. Trabajamos para que los niños quieran leer, para que en el niño sea algo significativo", declaró Galindo.
A Leer, que se financia primordialmente de donaciones y campañas de recolección de fondos, ejecuta varios proyectos para ese cometido. Uno de ellos es "Nosotros entre libros", que opera desde 2005 con 850 voluntarios en 57 escuelas estatales de la capital mexicana.
El programa cuenta con coordinadores, que cursan gratuitamente un diplomado en promoción de lectura, que deben reclutar a 20 personas y capacitarlos para realizar actividades de lectura en voz alta en las escuelas.
Para el año próximo, la meta es alcanzar los 1.200 voluntarios que lleguen a unos 26.000 niños y niñas en la ciudad de México.
En el nuevo ciclo lectivo el programa se expandirá al sureño estado de Oaxaca, donde cinco coordinadores trabajarán con unos 2.500 niños.
Para los jóvenes, la organización diseñó el programa "Éntrale", dirigido inicialmente a 80 escuelas secundarias de la ciudad de México y que incluye la capacitación de los maestros.
"Hay que ser muy provocador para acercar a la gente a la lectura", analizó Galindo. El surgimiento de la asociación influyó en la creación de la Feria del Libro Infantil y Juvenil, que en 2009 cumple 29 años de existencia.
En septiembre próximo, la asociación planea iniciar la promoción de la lectura entre la población sorda del país mediante sesiones que contarán con un narrador y un intérprete. De hecho, su nueva sede, a inaugurar en 2010, contará con materiales para sordos y no videntes.
Anualmente, A Leer publica la Guía de libros recomendados para niños y jóvenes, una referencia a la hora de elegir obras para esos segmentos poblacionales.
Además, imparte un diplomado sobre promoción de la lectura y análisis de textos que ya ha graduado a más de 300 personas.
La reunión mundial de IBYY se escenificará en la ciudad española de Santiago de Compostela en noviembre próximo, mientras que Oaxaca albergará el encuentro latinoamericano en 2014.
"Buscamos tener más fuerza regional y compartir nuestras experiencias sobre el trabajo que realizamos", sostuvo Galindo.