Una semana crucial afronta el movimiento social y político de Honduras que lucha por la reinstalación del gobierno de Manuel Zelaya, con la organización de dos grandes marchas en consonancia con la próxima presencia en el país de una delegación de cancilleres de varios países de América.
La delegación, liderada por el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el chileno Miguel Insulza, llegará a Honduras para auscultar la situación y ver si se puede destrabar la negociación con la mediación del presidente de Costa Rica, Óscar Arias.
Aunque este lunes trascendió que podrían sumarse al grupo delegados de Panamá, El Salvador y Guatemala, hasta ahora se ha confirmado la presencia de los cancilleres Jorge Taiana, de Argentina, Peter Kent, de Canadá, Bruno Stagno, de Costa Rica, Kenneth Baugh, de Jamaica, y Carlos Morales, de República Dominicana.
Tras un impasse ante la negativa inicial del régimen de Roberto Micheletti de permitir el ingreso, previsto originalmente para este martes, de la delegación por estar Insulza en ella, finalmente se aceptó pero fue pospuesto para una fecha que se definirá "en los próximos dos días", según un comunicado oficial.
El gobierno de facto había recusado la presencia de Insulza, a quien terminó aceptando en calidad de "observador", tras un proceso de "conciliación", se indica en el texto. El dirigente chileno fue acusado de "falta de imparcialidad" tras su condena al golpe de Estado del 28 de junio contra Zelaya y luego de que la OEA excluyera de su seno a ese país hasta tanto no retorne la democracia.
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Las manifestaciones de los partidarios del retorno al sistema de derecho, en consonancia con la llegada de la delegación de la OEA a Honduras, tienen como fin demostrar a la comunidad internacional que "la normalidad no existe en el país" como pretende Micheletti, dijo a IPS José Luís Baquedano, del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado.
Pero también "vamos con todo a la lucha, y por eso esperamos movilizar unas 100.000 personas en las caminatas, que ya comenzaron hace seis días compatriotas de distintos puntos del país" y confluyen en dos grandes vertientes, explicó.
Este lunes llegó a la norteña ciudad de San Pedro Sula, el principal motor industrial del país, la primera de esas marchas, encabezada por la esposa de Zelaya, Xiomara Castro, a quien le acompañan cientos de seguidores de la región Caribe, centro y occidente de Honduras.
La segunda se dirige a Tegucigalpa conformada por pobladores y dirigentes sociales de la región sur y del nororiental departamento de Olancho, de donde es oriundo Zelaya. Su ingreso a la capital está previsto para este martes.
En su trayectoria, los cientos de seguidores que iniciaron la caminata han sido asistidos por voluntarios del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado y vecinos comunes que les dan algo de comer y beber a medida que avanzan en su trayecto.
Los coordinadores esperan aglutinar una multitud en cada una de las marchas, pues una vez instaladas en las ciudades se sumarán los pobladores y trabajadores estatales, sindicatos y otros grupos sociales.
"Nosotros sabemos que esta semana es crucial y en el caso de la educación, pues vamos a paralizar las actividades esta semana, porque tenemos que atender a los compañeros que vienen del resto del país", comentó Eulogio Chávez a IPS.
Los dirigentes sociales convocaron desde hace cuatro días a los sindicatos de la salud, de la empresa telefónica y de la energía eléctrica y los servicios de agua potable para que paralicen sus funciones y aumenten el nivel de presión en contra del régimen de facto.
Hasta ahora la huelga ha sido acatada parcialmente en el sector de salud, donde se nota mayor inactividad en el área administrativa, especialmente en Tegucigalpa. No ocurre lo mismo en la atención de salud y emergencias, al rebelarse al llamado los médicos y las enfermeras.
Un grupo del sindicato de meteorología intentó sumarse a la huelga de resistencia hace tres días, logrando paralizar por unas horas el tráfico aéreo, pero el régimen de facto los sustituyó con personal contratado, conjurando así la acción. Por eso los aeropuertos funcionan normalmente.
En tanto, el gobierno ilegítimo de Micheletti anunció el cierre por una semana de una de las dos universidades estatales de Honduras, ante la presencia de por lo menos dos casos de gripe A/H1N1. Ordenó igual medida para dos centros privados de educación y al menos siete escuelas públicas.
Honduras registra cerca de 260 casos de esta enfermedad, con dos personas muertas por esta causa.
Para los integrantes del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado, la decisión estatal "nos extraña un poco, sobre todo por la rapidez de cerrar centros, cuando se anuncian marchas que llegan a la capital. Pero ni con eso nos van a atemorizar, aquí resistimos todos", dijo Juan Barahona.
Sin embargo, expertos políticos que asesoraron al depuesto presidente Zelaya confiaron a IPS que ven "improbable" su retorno.
"Si el presidente acepta los acuerdos de San José que promueve Arias no sólo regresa humillado y atado, sino que liquidado políticamente, porque lo obligan a renunciar a la consulta popular para una asamblea constituyente y elaborar una nueva Constitución", dijo a IPS uno de sus asesores que pidió al anonimato.
"Conozco al presidente y a sus allegados, ellos no van aceptar ese acuerdo; yo siento que él estaría más inclinado por ver como negocia la inmunidad política que necesite, además de interesado en convertirse en un actor clave en los próximos comicios electorales", acotó.
A Zelaya, sostiene, en este momento le conviene más convertirse en un "mito político, que en un presidente sin ninguna opción real de poder".
Añadió que Zelaya estaría canalizando su movimiento en la candidatura a la presidencia de Honduras para noviembre del líder sindical Carlos H. Reyes, de izquierda, cuyas bases le servirían para conformar una opción política en los próximos cuatro años.
Por su parte, el candidato a la presidencia del gobernante Partido Liberal, Elvín Santos, dijo que, si hace tres semanas le hubieran dicho que aceptara un retorno condicionado de Zelaya, "yo hubiera dicho que sí, porque no me gustó la forma en que lo sacaron, pero estoy seguro que no fue un golpe de Estado, sino una sucesión constitucional legal".
Pero, "si ahora me piden que regrese, digo que no porque las últimas encuestas indican que 85 por ciento de la población (consultados) no quieren que Zelaya retorne y que, si lo hace, sea para rendir cuentas en los tribunales de justicia".
Para el analista Jorge Yllescas, la polarización que afronta el país abre la posibilidad de un gobierno transitorio sin Zelaya ni Micheletti, "siempre en el marco de la mediación, y creo que esa opción podría ser algo viable que ausculte esta visita de la OEA que se anuncia en el país".
Tanto Yllescas como los dirigentes del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado consultados por IPS coinciden que cualquier salida a la crisis debe darse antes de finalizar este mes, pues en septiembre empieza el banderillazo electoral y la dinámica del país gravitará en función de esos comicios.
* Excluida su publicación en Italia
