El gran descontento de la ciudadanía con el gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) de Japón convierte a las elecciones del próximo domingo en las más importantes en varias décadas.
El PLD gobierna este país de forma casi continua desde hace más de medio siglo. Pero el opositor Partido Democrático de Japón (PDJ) se perfila como favorito, según varios sondeos de opinión.
La palabra que está de moda es "cambio". El sentimiento contra el statu quo también crece. Los ciudadanos ven que hay una posibilidad real de desplazar a los políticos tradicionales.
"De forma similar a lo ocurrido con los comicios estadounidenses en 2008, las elecciones japonesas giran en torno al cambio", señaló Weston Konishi, de la Fundación Mansfield, con sede en Washington, dedicada a promover la cooperación entre Asia y Estados Unidos.
"Si el PDJ llega al gobierno y logra implementar las reformas prometidas será una oportunidad para dejar atrás el prolongado periodo de malestar social y económico que vive el país", apuntó.
[related_articles]
Pero hay sentimientos opuestos respecto de las elecciones y de si el PDJ podrá ser el motor del verdadero cambio, señaló Jeffrey Kingston, especialista en Japón de la estadounidense Universidad de Temple.
No está claro, por ejemplo, que el presupuesto previsto no empeore la deuda, que representa 200 por ciento del producto interno bruto, señaló.
Además, el PDJ propone eliminar los peajes carreteros, que "ocasionará problemas fiscales regionales" y mayor contaminación, lo que "plantea dudas acerca de cómo pretende lograr sus ambiciosos objetivos en materia de reducción de emisiones de gases invernadero", precisó Kingston.
"El gobernante PLD parece no tener salida, sin ideas frescas para solucionar los graves problemas de Japón, desde el crítico estado de la economía hasta los programas de bienestar social, las jubilaciones y el envejecimiento de la población", apuntó.
"Por eso recibirá un resonante sayonara (adiós, en japonés). El PDJ va a ganar, no por sus propuestas, sino porque no es el PLD", añadió.
Los ciudadanos no sienten simpatía por el candidato a primer ministro del PDJ, Yukio Hatoyama. Sólo uno de cada tres consultados por las encuestadoras respalda su candidatura.
"Es sorprendente y revela el escepticismo de la población, con razón, hacia los políticos", indicó Kingston.
Hatoyama tendrá que restablecer la credibilidad del gobierno y generar confianza en la población, añadió, además de aliviar la pobreza creciente, todo con una economía enferma.
Hatoyama tendrá que probar muchas cosas y el PDJ estará bajo la lupa, según numerosos analistas, quienes dudan, además, que pueda usurpar el poder a la burocracia como ha prometido.
Mucha gente cree que el país necesita un cambio, señaló la traductora Hiromi Kobayashi, con dos hijos universitarios, pero todo el mundo sabe, dijo, que el PDJ no podrá hacerlo.
"Si te fijas en la historia de Japón, verás que los cambios ocurren muy lentamente, y cuando suceden, es en un grado y a una velocidad que no le entra a nadie en la cabeza", señaló. "La gente casi no discute sobre política, pese a los argumentos escandalosos y dogmáticos que se ven en televisión. Tendemos a reflexionar sobre los asuntos en privado".
Los ciudadanos se dan cuenta de que no podrán mejorar las cosas a menos que haya una gran reestructura y se vayan los mismos de siempre que no logran comprender el cambio.
"Los japoneses odian los riesgos y sólo asumen uno cuando no les queda otra opción. Creo que ahora todo el mundo piensa que es la única salida", señaló la traductora.
Algunos votantes creen que los dirigentes del PLD tuvieron varias oportunidades para cambiar las cosas, pero fueron incapaces de hacerlo, indicó Kobayashi. Pero no fue por incompetentes, sino porque están limitados por su propia formación política.
"Después de observar la lucha de varias figuras políticas de trayectoria, me di cuenta que si tomas el mejor melocotón del mundo o uno silvestre y los dejas al sol mucho tiempo, ambos se van a pudrir", indicó.
"Creo que la gente piensa que el PDJ será mejor porque no lo dejarán al sol", añadió.
Los ciudadanos se sentirán libres de criticar al PDJ como no lo hicieron con el PLD debido a su gran influencia y poder. Muchos japoneses forman su opinión influidos por los grandes medios de comunicación, sostuvo Kobayashi.
Los medios han desempeñado un gran papel formando la opinión de la ciudadanía. Sin ningún reparo exponen su preferencia por la oposición. Incluso, la red estatal NHK ha difundido duras declaraciones del primer ministro Taro Aso, seguidas de imágenes de Hatoyama, hablando con tranquilidad.
El despliegue mediático llevó a varias encuestadoras a decir que la concurrencia a las urnas será de las mayores en la historia de Japón.
El vendedor de autos Shinji Yoshida, de 28 años, dijo que votará al PDJ porque Japón necesita un cambio. "El problema es que no podrá hacer nada porque carece de infraestructura y de dinero. Resultó ser una amenaza para obligar al PLD a hacer cambios en el futuro", apuntó.
Las elecciones de este domingo generan muchas expectativas y habrá que ver si el ganador logra hacer los cambios que la gente espera y necesita.