Venezuela pactó compras por 1.100 millones de dólares con Argentina, para reemplazar a proveedores colombianos de varios bienes. El acuerdo es por 10.000 automotores, 80.000 toneladas de carne vacuna, 100.000 de maíz, 18.000 de leche, 9.000 de frijoles y 18 millones de huevos.
El comercio de Venezuela con Argentina llegó a 1.400 millones de dólares en 2008, mientras que el intercambio con Colombia totalizó 7.300 millones de dólares en el mismo periodo, con una balanza de seis a uno a favor de Bogotá.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, colocó "en el congelador" las relaciones políticas con Colombia, ordenó cesar el suministro de combustible al vecino país y dejar de comprar bienes a empresas colombianas, que el último año vendieron 6.000 millones de dólares en automóviles, alimentos, confitería, cosméticos, textiles y calzados, principalmente.
La justificación de Chávez es que Colombia puede transformarse en una amenaza bélica para Venezuela si se concreta la decisión de su presidente, Álvaro Uribe, de permitir el uso de por lo menos siete de sus bases militares por parte de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.
El propósito aducido por Uribe para ese convenio con Washington es apuntalar los esfuerzos conjuntos de lucha contra el narcotráfico y la guerrilla izquierdista.
En respuesta, Chávez decidió llevar a "cero" los suministros y de ser posible las compras a Bogotá, "una medida para pisarle los callos a Uribe al hacer que sus empresas paguen, con la pérdida de mercados, ingresos y empleos, el precio de la confrontación política", dijo a IPS la politóloga Beatriz de Majo, experta en temas de integración.
Mientras escala esta confrontación, desembarcó en Venezuela esta semana la mandataria de Argentina, Cristina Fernández, acompañada de varios de sus ministros y unos 70 empresarios, para presidir junto a Chávez la firma de 22 acuerdos de cooperación y comercio, en esencia compras venezolanas de bienes y tecnología.
Venezuela tiene su ingreso como miembro pleno al Mercado Común del Sur (Mercosur) pendiente de la ratificación de los parlamentos de Brasil y Paraguay, en tanto ya lo hicieron los del resto de sus integrantes, Argentina y Uruguay. Hace tres años, Caracas decidió separarse de la Comunidad Andina de Naciones, que conformaba junto a Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú.
"No le estamos quitando nada a nadie, al contrario, se ha reabierto el cupo para la industria automotriz, que en 2007 podía exportar a Venezuela 19.000 autos", dijo Fernández, satisfecha porque "en estos acuerdos están representados todos los sectores clave que caracterizan la economía argentina".
El ministro venezolano de Comercio, Eduardo Samán, había planteado el asunto en términos más duros. "Esos 10.000 carros (automóviles) que nosotros le íbamos a comprar a Colombia, que se los compre (el presidente de Estados Unidos, Barack) Obama".
Argentina "está en capacidad de sustituir progresivamente todos los productos que vienen desde Colombia", afirmó Samán, "y además a precios más baratos, desde automóviles hasta rubros farmacéuticos", estimó.
En el organismo que reúne a los comerciantes privados de Venezuela, Consecomercio, la asesora Emilia Peraza dijo a IPS que, "si bien los productos pueden tener un precio FOB (de exportación) más barato, eso no necesariamente significa que el precio final resulte inferior".
Un camión desde Colombia puede traer un solo contenedor, y un buque desde Argentina 300, lo cual abarata ese flete, "pero al llegar se suman costos de estiba, caleta, movimiento de contenedores, costo de nacionalización, almacenamiento, aranceles, refrigeración, seguridad y devolución del contenedor vacío a la naviera", dijo Peraza.
Pero la entidad comercial argentino-venezolana apuesta por la intervención estatal para agilizar trámites y bajar costos. "El sector privado nos hará sus requerimientos y una empresa estatal hará las compras, para evitar la sobrefacturación", dijo Samán.
Pedro Bergaglio, de la Fundación Pro Tejer, que reúne a parte de la industria textil argentina, destacó que se aprovechará "una oportunidad lícita de hacer negocios y el ministro Samán nos aseguró que no tendremos problemas con aranceles, certificados de importación o giros de divisas".
Aspectos como esos han sido un calvario para exportadores colombianos cada vez que las relaciones bilaterales se han precipitado al foso de la confrontación.
Vicente Bauducco, presidente de la cooperativa láctea argentina SanCor, cerró tratos para colocar 18.000 toneladas anuales de leche UHT (larga duración), 3.000 de las cuales amortizarán un préstamo de 55 millones de dólares que Caracas le hizo en el pasado.
A los alimentos para consumo humano, junto a textiles, calzado (dos millones de pares al año) y materia primera de alimentos y fármacos para animales, se sumará maquinaria para instalar en Caracas 40 talleres que fabricarán pantalones vaqueros, y se estudiará erigir plantas procesadoras de soja y de maquinaria agrícola ligera en el interior del país.
Carlos Larrazábal, presidente del Consejo Venezolano de la Industria privada, estimó que "la sustitución no necesariamente es fácil o rápida, y puede haber desabastecimiento temporal en rubros farmacéuticos, y también en la industria automotriz".
También criticó que Venezuela hubiese establecido "una suerte de bloqueo al comercio con Colombia, cuando ha criticado ese tipo de acciones respecto de otros países", como el que aplica Estados Unidos sobre Cuba.
Mientras, en la frontera colombo-venezolana muy pocos camiones cruzaban con mercaderías y la actividad comercial y aduanera en las poblaciones de frontera, en los departamentos del noreste colombiano Guajira y Norte de Santander, y en los estados occidentales venezolanos de Táchira y Zulia.
"Las ventas están por el suelo, los controles de la Guardia Nacional vuelven a ser excesivos, los colombianos se abstienen de venir a comprar por temor a que los efectivos militares les confisquen la mercancía como contrabando de extracción", dijo a IPS por teléfono el dirigente local de la organización empresarial Fedecámaras, José Rozo.
En el lado colombiano la mayor aprensión es por el suministro de gasolina desde Venezuela, pues los camiones-cisterna que llevaban el combustible ya no llegan tras la orden de Chávez de "cero" entregas al país vecino.
Con el convenio, Caracas entregaba mensualmente 4,5 millones de galones (unos 17 millones de litros) a los departamentos colombianos de frontera, a un precio intermedio entre los valores internacionales y el doméstico, pues Venezuela tiene la gasolina más barata del mundo, de apenas cuatro centavos de dólar por litro.
"Siempre somos los más perjudicados, los de la frontera. Si la importación se paraliza, tendremos que vender la gasolina a 6.000 pesos (tres dólares) por galón", frente al precio habitual de 1,75 dólares el galón, deploró María Eugenia Martínez, de la Federación Colombiana de Distribuidores de Derivados de Petróleo en Cúcuta, Colombia.
Una incógnita es cómo influirá el cierre de ese suministro en el contrabando de gasolina desde Venezuela hacia Colombia, estimado por la prensa local, sólo en el eje Norte de Santander-Táchira en unos cinco millones de galones mensuales.
A esa actividad se dedican centenares de "pimpineros" colombianos que cargan a hombros, en bicicletas o por otros medios recipientes de cinco galones, "pimpinas", y quienes en el pasado, ante restricciones como las de este agosto, han chocado con las autoridades en protestas sobre la propia línea fronteriza.
Finalmente, Colombia se ha abstenido de interrumpir el suministro de 250 millones de pies cúbicos de gas desde Punta Ballenas, en su extremo norte, hasta Maracaibo, noroeste de Venezuela, mientras del lado de este país se toman previsiones para reemplazar, con combustibles líquidos, el fluido colombiano que alimenta plantas eléctricas.
"Podemos dejar de comprar gas a Colombia sin ningún problema", aseguró el ministro venezolano de Energía, Rafael Ramírez.
